Del Subaru Outback hay tres versiones, todas con motor de gasolina. Dos con motor de 2,5 litros y 165 CV (manual o automático) y una con motor de 3,0 litros, seis cilindros y 245 CV, disponible sólo con cambio automático.
El precio de la versión más asequible, con cambio manual, denominada Outback 2.5i, es 31.500 euros. Por el cambio automático para este motor hay que pagar 1.500 euros más y por el sistema de control de estabilidad, sólo disponible con cambio automático, 2.000 euros más. El precio del Outback 3.0 R, con motor de 3,0 litros y seis cilindros, es 42.900 euros. Incluye de serie cambio automático, control de estabilidad y tapicería de cuero. Sus únicas opciones son el navegador (2.800 euros) y la pintura metalizada (360 euros). Las opciones para la versión 2.5 i son: navegador más tapicería de cuero (4.400 euros) y pintura metalizada (360 euros).
El Subaru Outback 3.0 R que he probado es un vehículo adaptado para circular de forma rápida por carretera y confortablemente por caminos, hecho a partir de la carrocería de un turismo (Subaru Legacy). Otros vehículos con esta misma concepción son el Audi allroad, los BMW X3 y X5, y el Volvo XC 70.
Frente a estos coches, el Subaru Outback 3.0 R tiene la ventaja, para circular por zonas escarpadas, de su menor distancia entre ejes. El Outback tiene una batalla claramente menor que sus rivales (ficha técnica comparativa).
Por la forma de la carrocería, está peor adaptado que otros modelos de este tipo para circular por zonas muy agrestes, o para afrontar rampas y pendientes pronunciadas (cosas que no se suelen dar en caminos). Otro inconveniente para ello es su menor altura libre entre la carrocería y el suelo, si bien el Outback ha ganado dos centímetros con respecto a su predecesor. En el caso del 3.0 R, la dureza de la suspensión y su recorrido lo hacen menos confortable que otros modelos, como el Volvo XC70.
En definitiva, el Outback no es la mejor opción, independientemente del precio, para circular por fuera de carretera, especialmente si los caminos a abordar resultan abruptos. En cambio, probablemente sea el mejor para circular rápido por asfalto en carreteras viradas, con un cierto tacto deportivo, del que carecen los otros modelos.
Independientemente de las diferencias de estabilidad y capacidad para circular por el campo, lo que sobresale en el Outback es su precio, diferencia que también se aprecia en la ficha comparativa anterior. La versión más potente y equipada del Outback, cuesta 4.000 euros menos que el Volvo XC 90 2.5T Automático y tiene 36 caballos más de potencia. Frente a los equivalentes en Audi y BMW la distancia es todavía mayor. El BMW X5 3.0 iA cuesta casi 8.00 euros más y tiene 14 caballos menos de potencia. El Audi Allroad 2.7 quattro 2.7 T tiptronic 5 vel. cuesta 12.000 euros más y tiene 5 caballos más.
Esta diferencia de precio no se ve luego matizada por la diferencia de equipamiento, ya que el Outback más potente tiene un equipamiento prácticamente idéntico al de sus rivales.
Para quien desee un coche de este tipo, la opción menos costosa es el Subaru Outback 2.5i, por 31.500 euros. La siguiente opción por precio es el Volvo XC D5 Aut. que cuesta 8.500 euros más y que resulta la alternativa menos costosa para quien necesite un motor Diesel, ya que Subaru no dispone, de momento, de este tipo de motores.
En las versiones menos costosas de cada modelo sí hay diferencias de equipamiento, ya que el Outback 2.5i con caja de cambios manual no puede llevar sistema de control de estabilidad; aun así, sigue siendo la opción más barata.