El Opel Insignia 2017 que más hemos conducido (y por nuestras carreteras habituales), tenía el motor de gasolina de 1,5 litros y 140 caballos, neumáticos de medidas 215/55 R17 y la suspensión de serie. Esta unidad me ha gustado mucho por su calidad de conducción, precisión y buen guiado. De hecho, me ha gustado más que los diversos Insignia que probé en la presentación internacional (se puede deber, perfectamente, a que no pude conducirlos todo lo necesario y a que las carreteras eran desconocidas para mi).
No sé si todos los Insignia estarán tan bien resueltos dinámicamente (lo confirmaremos a medida que probemos más unidades), pero de ser así, me parece que está entre los mejores. Opel ha conseguido un coche particularmente preciso a las órdenes del conductor sin descuidar en absoluto la comodidad de marcha, pues la suspensión absorbe bien las irregularidades. En su interior se tiene la impresión de viajar en un vehículo sólido, que no hace ruidos en los baches y que no traslada a sus ocupantes las clásicas vibraciones que sí trasladan coches más secos de suspensión (como un Renault Talisman o un Mercedes-Benz Clase C Berlina con la suspensión de serie o la deportiva; no sé cómo va con la neumática).
La dirección tiene buen tacto y permite guiar el coche hasta límites muy elevados. Esa precisión en condiciones exigentes la experimentamos con claridad en nuestra maniobra de esquiva, la cual superamos a 77 km/h. No se trata de una velocidad particularmente alta, pero los movimientos del coche fueron en todo momento fluidos e incluso progresivos. Todo esto se aprecia bien en el vídeo adjunto. No sé qué resultado dará la suspensión de dureza variable, pero no me parece muy necesaria teniendo en cuenta cómo va la de serie. Algo parecido ocurre con las ruedas. Este Insignia tiene las de menor tamaño disponibles (y de la marca y modelo Michelin Primacy 3), con las que da un resultado magnífico. Opcionalmente las hay hasta de 20 pulgadas, que no he probado, pero no creo que aporten mucho valor a la conducción (e incluso puede que hagan al coche más brusco).
A pesar de sus grandes dimensiones, no se maneja del todo mal en lugares con poco espacio disponible. Para dar una vuelta completa necesita un mínimo de 11,1 metros (si medimos entre bordillos) u 11,7 metros (entre paredes). Es menos espacio del que necesita un Renault Talisman (11,6 y 12,1 metros respectivamente) y que un Mazda 6 (11,2 y 12 metros). Un Ford Mondeo maniobra, por poco, ligeramente mejor entre paredes que el Opel Insignia (11,6 metros). Un Škoda Superb maniobra claramente mejor que todos los anteriores (11,1 metros entre paredes).
El motor de gasolina, 1,5 litros y 140 caballos da mejor resultado que sensaciones. Su funcionamiento es muy silencioso y apenas vibra (lo que ayuda a conseguir una gran suavidad de marcha), pero que le falta un poco de brío para subir de régimen. Esta sensación puede estar acrecentada porque la caja de cambios manual tiene relaciones muy largas, que hacen que el motor generalmente trabaje a un régimen bajo. Opel no ha facilitado los desarrollos de transmisión, pero según hemos comprobado, con la tercera marcha se pueden alcanzar hasta unos 150 km/h y la segunda casi llega a 100 km/h. De esta forma, si necesitamos adelantar con la máxima celeridad posible a un vehículo que circule a 80 km/h, lo más conveniente es empezar la maniobra en segunda y cambiar a tercera cuando sea necesario.
Así hemos hecho nuestra habitual maniobra de adelantamiento de 80 a 120 km/h y el tiempo empleado han sido 7,0 segundos, que es un dato ligeramente peor del que hemos obtenido en coches parecidos por tamaño, potencia y tipo de carburante. Es el caso del Mazda6 SKYACTIV-G 2.0 145 CV (6,8 segundos), el Mercedes-Benz C 180 7G-Tronic (6,6 segundos) o el Ford Mondeo Sportbreak 1,5 EcoBoost, que fue el más rápido de todos pues empleó 6,1 segundos en la mencionada medición. Estos y otros datos se pueden en este enlace.
Si el Insignia no ha sido más veloz en dicha medición de 80 a 120 km/h puede ser porque el cambio de marchas es lento. Cuando se intenta cambiar todo lo rápido posible, a veces se produce una rascada de los engranajes de la caja de cambios que impide introducir la marcha deseada. En todo caso, aunque el cambio fuera más rápido, no veo factible que en la medición de 80 a 120 km/h se pudiera acercar a los datos del Ford Mondeo 1.5 EcoBoost. En un uso normal, el cambio de marchas se maneja bien, aunque, eso sí, el recorrido de la palanca es grande.
El consumo es moderado, incluso se puede calificar de bajo a velocidad sostenida. En nuestro habitual recorrido por autovía gastó 6,9 l/100 km que es menos de lo que consumió un Ford Mondeo Sportbreak 1.5 Ecoboost 160 CV (8,4 l/100 km) y un Mercedes-Benz C 180 7G-Tronic Plus156 CV (7,2 l/100 km), si bien ambos son más potentes y rápidos. El Mazda6 SKYACTIV-G 2.0 145 CV consumió solo 6,6 l/100 km. El Insignia 1.4 T 140 CV gasta poco a velocidad más o menos sostenida, pero sube apreciablemente cuando se aprovecha la potencia o hay cambios de ritmo.
Al menos en nuestra unidad de pruebas, el motor no subía de régimen de forma limpia e uniforme sino con pequeños baches de potencia. Se apreciaba tanto al acelerar a fondo en marchas largas o como al maniobrar en cuesta (no era sencillo mantener el motor a un régimen perfectamente constante). No sabemos si este pequeño inconveniente es un problema de nuestra unidad de pruebas o está extendido.
A parte de ese motor, en la presentación internacional a los medios de comunicación también probamos el motor de gasolina de 166 caballos, los Diesel de 136 y 170 y la caja de cambios automática de ocho velocidades. El texto que sigue a continuación fue redactado con motivo de ese evento, donde no pudimos conducir todo lo que nos gustaría, y por ello, quizá no siempre las sensaciones descritas sean precisas. Lo que más nos ha gustado del motor Diesel de 2,0 litros de 170 CV es que da un empuje contundente a medio régimen. De hecho, parece claramente superior en este aspecto al gasolina de 166 caballos. Este motor de gasolina tiene una respuesta normal a bajo y medio régimen, por lo cual es un motor agradable en conducción normal. Lo que no hace muy bien es llegar a un régimen alto con facililidad, y esa falta de «estirada» final puede hacer pensar que le falta algo de empuje (aún no hemos medido sus prestaciones para confirmar o desmentir esa sensación).
El motor Diesel de 136 CV, como es lógico, tiene un empuje menor que el de 170 CV, pero no hace del Insignia un coche lento y, además, tiene un funcionamiento más refinado en todo el rango de revoluciones. El aspecto más negativo es que tiene poca fuerza a bajo régimen, obligando de esta manera a hacer patinar el embrague más de lo normal para salir con agilidad desde parado (por ejemplo en rampas ascendentes como las de un garaje). También nos ha parecido un poco más silencioso que el de mayor potencia.
El nuevo cambio automático de 8 velocidades nos ha gustado mucho tanto por ciudad como por carretera por su buen equilibrio entre suavidad para un uso urbano o tranquilo por carretera. También responde con suficiente rapidez cuando se demanda mucha aceleración de forma inmediata; quizá no tanto como la de algunos de sus rivales (como la de ocho marchas de BMW, que también es de convertidor de par), pero en términos generales, no se puede decir que sea lenta. Además, en el modo manual, no selecciona una marcha superior aunque llegue al límite superior de revoluciones.