Este motor recuerda a los motores Opel de los mejores tiempos: tiene mucha fuerza a cualquier régimen y, además, puede gastar muy poco. Por la forma que tiene de dar potencia, no parece que corra tanto como coches que tienen un motor turboalimentado más explosivo (los de Audi). Pero lo cierto es que este Astra ha sido mejor en prestaciones que coches atmosféricos, como el BMW 325ti Compact o el Toyota Celica VVT-i, y sobrealimentados, como el Seat León 20vt o el Mercedes C230 K Sportcoupé.
Tiene la elasticidad que solo da un turbocompresor y ningún bache evidente en la curva de potencia; su empuje es muy uniforme (la presión máxima absoluta es 1,85 bar). No obstante, en ciertos casos (y en dos unidades distintas), he observado una pequeña irregularidad de funcionamiento, como si el movimiento del acelerador y la respuesta del motor no fueran siempre simétricos. Lo que no he llegado a averiguar es si eso se producía siempre en las mismas circunstancias (aceleración rápida en marchas largas o desde bajo régimen). Es un motor radicalmente distinto al que tenía el Calibra Turbo (comparación entre estos modelos).
A diferencia de otros motores turboalimentados, éste tiene un margen de funcionamiento muy grande. Da la potencia máxima a 5.400 rpm, pero por encima de 6.000 conserva mucha fuerza. Tanto es así, que da la velocidad máxima a un régimen extremadamente alto con relación al de potencia máxima: 6.360 rpm. No me he puesto a ver si llegaba o no a ese régimen, pero a 6.000 sí llega con una cierta reserva de aceleración (no sé si tanta como para alcanzar los 245 km/h que declara Opel).
Los desarrollos, por tanto, son cortos. No creo que sea un problema en este caso; con esos desarrollos y la elasticidad que tiene el motor, es posible ir en la quinta marcha en un margen extremadamente amplio de velocidad, sin necesidad de reducir para que el coche responda bien. Algunas veces he echado de menos una sexta velocidad, pero más para bajar el ruido que para otra cosa. En cualquier caso, el Astra Coupé Turbo no es un coche especialmente ruidoso.
El consumo puede ser muy bajo si se conduce suavemente. A una media real de 90 km/h por carreras medias de doble sentido (quinta marcha casi siempre, tercera a veces), con un tráfico fluido, ha gastado 7,0 l/100 km. Por la misma carretera, pero a una media de 120 km/h (con constantes frenadas y aceleraciones), gastaría unos 12,5 l/100 km. En uso variado, por carretera y ciudad, está en torno a 10 l/100 km. El consumo máximo que he obtenido con él ha sido 17,7 l/100 km, no demasiado para un coche que corre tanto. Una faceta muy interesante de este Astra es que no necesita gasolina de 98 NO, basta la de 95.