Lo mejor del interior está en las plazas delanteras: tiene un puesto de conducción muy bueno, especialmente por la calidad de los asientos. En las plazas traseras no es tan espacioso como un todo terreno, ni su maletero tiene un acceso tan cómodo. En este sentido se parece mucho más a un turismo.
Aunque los ocupantes van sentados lejos del suelo, no se siente mucho el balanceo de la carrocería porque los asientos (al menos los delanteros) son buenos y sujetan bien el cuerpo; nos han gustado tanto si van tapizados en tela como en cuero.
En nuestra tabla de mediciones comparamos su espacio interior frente al de los todoterrenos y también frente a los monovolúmenes medios, como el Opel Zafira y el Volkswagen Touran. Respecto a los monovolúmenes, falla en las mediciones de altura (sobre todo, porque con el techo panorámico pierde altura). Frente a los todoterrenos de tamaño similar, es menos ancho que la mayoría.
Los asientos de la segunda fila tienen una regulación longitudinal de 10 cm con fijaciones (además del desplazamiento sin fijaciones de 25 cm para acceder a la tercera fila). Además, el respaldo es regulable en nueve posiciones diferentes de inclinación y puede plegarse por secciones (40/20/40).
El asiento central puede plegarse (imagen) y utilizarse como reposabrazos o como portalatas.
Como las delanteras, las dos plazas laterales de la segunda fila también son cómodas (sobre todo, las plazas laterales). La plaza central no lo es porque el respaldo es duro y estrecho. Los ocupantes de esta fila disponen de bolsas en las puertas y en los respaldos de los asientos delanteros, para guardar o dejar sus cosas.
Los dos asientos de la tercera fila del Qashqai +2 pueden ser usados ocasionalmente por personas de hasta 1,70 m de altura, siempre que los ocupantes de la fila central no lleven su asiento retrasado. No son unas plazas cómodas, sobre todo porque la banqueta apenas tiene mullido, es muy corta y va situada casi en el piso (imagen).
Que la banqueta esté muy cerca del suelo, obliga a llevar las piernas muy flexionadas. Las personas de más de 1,70 m no caben por limitaciones de altura, por muy flexibles que fueran y por mucho que pudieran doblar las piernas. Lo más positivo es que queda espacio suficiente para meter los pies debajo de los asientos de la segunda fila (lo que permite aumentar la sensación de amplitud).
Aunque las puertas son muy grandes, el acceso a la última fila no es bueno. Los asientos centrales se desplazan mucho hacia adelante, pero no tanto como en un Opel Zafira. En el Zafira, la banqueta se pliega sobre el respaldo y el conjunto puede abatirse contra el respaldo de los asientos delanteros. No obstante, aunque en el Qashqai+2 no se desplaza tanto como en el Zafira, sí lo hace algo más que en otros todoterrenos que hemos medido.
El interior está bien realizado por ajuste, materiales y calidad de tacto de los mandos (abundan los plásticos laminados y acolchados). Por calidad y buen tacto, destaca el plástico utilizado en la parte superior del salpicadero, en el lateral de la consola central y en la zona alta de las puertas. En la parte baja de las puertas y del salpicadero, se emplea un plástico duro y rugoso de inferior calidad, pero con ajuste muy correcto.
También se distingue por la calidad de sitios para dejar o guardar objetos que hay. Tiene bolsas en las puertas, un apoyabrazos central delantero con un compartimento en el que cabe una botella de 1,5 l, un pequeño cajón bajo el asiento del acompañante, una guantera con gran capacidad y varios posavasos. Además, la iluminación interior es buena; hay luces de lectura en las tres filas de asientos y en el maletero.
A pesar de lo anterior, también tiene detalles mejorables. Una cierta dispersión de los diferentes controles por el salpicadero y la consola central, los parasoles no están iluminados (salvo en las versiones «Tekna»), sólo el equipo de sonido de las versiones más caras es compatible con discos MP3 y hay algunos tornillos que sobresalen (por ejemplo, en el reposapiés). El tapizado del techo no está bien ajustado en la zona más cercana al parabrisas.
El maletero tiene un volumen relativamente grande (420 l, sin contar con la rueda de repuesto de medidas de emergencia que lleva). Además, tiene unas formas que favorecen su aprovechamiento. El inconveniente de este maletero es que el borde de carga (lo que hay que levantar un objeto para meterlo al maletero) está a 78 cm del suelo, que es mucho.
Cuando los asientos de la tercera fila (y de la segunda) no se utilizan pueden plegarse, quedando una superficie prácticamente plana en el piso del maletero (imagen). El piso del maletero está enrasado con el marco del portón (imagen), para así facilitar la carga.
Bajo el piso del maletero hay un pequeño compartimento (imagen), donde puede guardarse la cortinilla cubremaletero. Esta cortinilla (imagen) puede usarse tanto para la configuración de siete plazas como la de cinco (hay dos posiciones para colocarla).
Uno de los inconvenientes que hemos encontrado, es que no tiene posibilidad de llevar una cortinilla vertical para proteger a los pasajeros del desplazamiento del equipaje, cuando los asientos posteriores van plegados y llevamos carga. Es un elemento de seguridad imprescindible en estas circunstancias.
La rueda de repuesto de emergencia sólo puede sacarse con los asientos de la tercera fila plegados. Hay que realizar varias maniobras: quitar la tapa del compartimento del maletero (y los objetos que haya dentro), liberar los anclajes de la tercera fila y levantar los asientos (ayudados por un amortiguador).