El acceso al interior del Note se hace a través de unas puertas que tienen un gran ángulo de apertura (72º en el caso de las delanteras y 84º en el de las traseras) y que dejan un generoso espacio libre.
Los asientos delanteros son cómodos y pueden tener calefacción —con dos niveles de intensidad, «HI» y «LO»; imagen—. Los resaltes laterales de la banqueta y del respaldo son poco pronunciados y blandos. La ventaja de esto es que las personas de cuerpo ancho no se sentirán constreñidas por los límites del asiento; la desventaja es que la sujeción del cuerpo en curvas es baja. El asiento del conductor tiene ajuste en altura y un reposabrazos abatible. Ningún asiento puede tener regulación del apoyo lumbar.
Es posible variar la altura del volante, pero no su distancia con respecto al cuerpo. Cuando se libera la lengüeta del ajuste en altura, el volante cae a plomo. Pesa mucho y se requiere no poca fuerza para elevarlo y sostenerlo mientras se cierra la lengüeta. Los cinturones delanteros también tienen regulación en altura.
En la fila trasera de asientos, el Nissan Note tiene el mayor espacio para las piernas de entre los monovolúmenes de su tamaño, quedando en un término medio en cuanto a altura hasta el techo (mediciones del interior). Un adulto de entre 1,80 y 1,85 metros de estatura viajará bien. La anchura es comparativamente la peor cota. Un Fiat 500L tiene un poco menos de espacio para las piernas y la cabeza, pero es más recomendable para transportar a tres personas en esta fila porque tiene más anchura entre puertas (también su carrocería es 14 centímetros más ancha).
La banqueta trasera se puede mover unos 14 centímetros en el sentido longitudinal. Esto permite variar el espacio disponible para los pasajeros traseros y el equipaje (lógicamente, al aumentar uno disminuye el otro). La banqueta se mueve en bloque, excepto en el nivel de equipamiento «Tekna Premium», el que más cuesta de todos los disponibles, con el que está dividida en dos partes independientes (60/40). En opción se da la posibilidad de instalar un par de mesitas plegables (imagen).
El volumen del maletero es 325 litros cuando los asientos están colocados en la posición más retrasada. Con ellos en la posición más adelantada es 411 litros. Hay varias alternativas que, con la configuración más desfavorable para el maletero, tienen mayor capacidad de carga que el Note. Algunas de ellas son el KIA Venga (440 l), el Hyundai ix20 (440 l), el Citroën C3 Picasso (385 l) y el Fiat 500L (343 l). La carga se puede colocar en dos alturas gracias a un estante divisorio (imagen). Con los respaldos abatidos, la superficie resultante es prácticamente horizontal y el volumen, 1495 litros (aprovechando el espacio hasta el techo).
Los recubrimientos del interior son de plástico duro poco vistoso, aunque agradable al tacto. Un Fiat 500L también tiene un salpicadero hecho de plásticos duros y tacto similar a los del Note, pero muchos de ellos están pintados y hacen que el interior sea más llamativo. Por materiales, un Ford B-MAX me parece claramente mejor que un Note y un 500L.
La unidad del Note que he probado tenía poco más de 500 kilómetros cuando lo recogí y durante la semana de prueba no he escuchaban ruidos derivados del roce entre las piezas, ni siquiera cuando circulaba sobre asfalto en mal estado de conservación.
Hay un gran número de huecos portaobjetos repartidos por el habitáculo. Debajo de los mandos del climatizador hay uno que apenas es útil porque es poco profundo, no tiene tapa y las cosas se salen a poco que se tome una curva. Sin embargo, justo debajo de este hueco hay otro de mayores dimensiones y mucho más práctico. Tiene la forma para dejar dos botellas, pero en él caben sin problemas móviles, billeteras y llaves. Detrás del freno de mano hay dos lugares más para dejar objetos.
En frente del copiloto hay dos guanteras, ambas con tapa y de buen tamaño (imagen). En la superior se encuentra la entrada de audio AUX y una toma para dispositivos USB. Ninguna de ellas está iluminada ni ventilada. En la zona inferior de las cuatro puertas hay un hueco para dejar objetos.
Todos los mandos están donde uno espera encontrarlos. Los únicos que parecen fuera de lugar son los que controlan el ordenador de viaje (son los dos botones redondos que se ven en esta imagen por encima del resto). Los botones que hay para el manejo de la radio y del climatizador son de grandes dimensiones, así como los que quedan a la izquierda del volante. En el mismo volante hay una serie de mandos, los del lado derecho para controlar el programador de velocidad y los del izquierdo para el sistema multimedia.
La instrumentación tiene dos indicadores de aguja —uno para la velocidad y otro para las revoluciones— de sencillo diseño y fáciles de leer en un vistazo. Dentro del indicador de la velocidad hay una pantalla redonda que muestra la hora y los datos del ordenador de viaje. A la izquierda del cuadro de instrumentos hay otra pantalla, en la que se ve el nivel de carburante, el cuentakilómetros, la temperatura exterior y el indicador de cambio recomendado de marcha. Cuando se activa el modo de conducción «ECO» —se hace con un botón que hay en la consola central; imagen— se enciende en la parte superior de la instrumentación una luz azul (imagen) y por debajo de ésta una de color verde que se apaga y enciende en función del tipo de conducción que se practique. Si ésta se considera ecológica hay más luces verdes encendidas que cuando no lo es.