El MINI Cooper Cabrio es la versión con carrocería descapotable del MINI Cooper. Mide 3,88 m de longitud (lo mismo que la varante de carrocería cerrada) y está disponible con tres motores de gasolina de dos litros y cuatro cilindros: C, S y John Cooper Works de 163, 204 y 231 CV, respectivamente. Se puede adquirir desde 35 750 euros, un precio superior al del Fiat 500e Cabrio (que es mucho menos potente, hasta 118 CV) y similar al del Mazda MX-5 de 184 CV, dos de sus principales alternativas. Todos los precios.
No es un coche completamente nuevo, sino una actualización del MINI descapotable de 2021, con el que coincide en espacio para los pasajeros (más bien escaso), dinámica de conducción (es ágil, duro de suspensión y hasta cierto punto «divertido») y aislamiento acústico (normal teniendo en cuenta su condición de descapotable).
¿Qué cambia en este nuevo MINI Cooper Cabrio?
La mayor diferencia con respecto al su antecesor se halla en el diseño del salpicadero, que cambia por completo y es prácticamente idéntico al de la versión de tres puertas (imagen). Tiene un aspecto claramente más moderno y minimalista, aunque en términos de ergonomía es un poco peor porque MINI ha eliminado casi todos los mandos de uso principal y frecuente. Ahora, para el manejo de la mayoría de funciones se ha de acudir a una pantalla (de tipo OLED) con 24 centímetros de diámetro que funciona bajo el sistema operativo MINI Operating System 9. Es una pantalla de gran calidad y con animaciones y gráficos muy llamativos, si bien requiere de un periodo de adaptación más o menos largo para localizar las principales funciones (que además son muchas).
No acaban ahí las diferencias con respecto al MINI Cooper Cabrio anterior (y las similitudes con respecto a los últimos modelos presentados por la marca). Por ejemplo, entre los asientos delanteros hay un receptáculo con tapa (imagen) en lugar de una superficie abierta, la pantalla de la instrumentación ha dado paso a un sistema de información proyectada en una lámina de plástico, el selector del cambio está bajo la pantalla (antes una palanca convencional entre los asientos; imagen) y tiene un sistema de iluminación ambiental mucho más sofisticado, con proyecciones de luz desde un módulo que hay tras la pantalla central (entre otros puntos; imagen).
El techo plegable de lona no cambia con respecto al modelo previo. Se puede abrir de dos formas: parcialmente (a modo de techo solar; en este caso la parte superior se desplaza hacia atrás 40 centímetros) o completamente, hasta quedar por detrás de los asientos posteriores (imagen). El tiempo que emplea para realizar el movimiento completo es de 18 segundos (no es especialmente rápida) y se puede operar en marcha a un máximo de 30 kilómetros por hora. Como es habitual en las versiones descapotables de la marca desde hace varias generaciones, en el sistema multimedia hay un menú específico que incluye un contador que señala el tiempo que el vehículo ha circulado descapotado (MINI lo denomina Always Open).
Es posible montar un deflector aerodinámico desmontable para reducir las turbulencias en las las plazas delanteras. Al instalarlo, las plazas traseras quedan anuladas, pero a cambio permite que los ocupantes de las delanteras viajen con un nivel de confort más elevado (el ruido y las ráfagas de aire que llegan a la cabeza de los ocupantes se reducen de manera notable, si bien siguen siendo perceptibles a partir de unos 100 km/h). Como medida de protección, hay unas barras alojadas detrás del habitáculo que se despliegan cuando el sistema detecta que hay riesgo de vuelco.
Espacio interior y maletero
El habitáculo del nuevo MINI Cooper S, diferencias de diseño aparte, no cambia con respecto al modelo anterior (mediciones del interior). Es un coche en el que dos personas de estatura media o incluso un poco superior pueden viajar sin problemas de espacio en las plazas delanteras (mucho mejor que en un Mazda MX-5, por ejemplo). Las posteriores, en cambio, son muy pequeñas, únicamente válidas para niños y en recorridos muy cortos. No es solo cuestión de espacio, sino de acceso al mismo (es pequeño, aunque mejora si retiramos el techo) y de la propia configuración de los asientos, con un mullido muy duro y con unos respaldos muy cerca de la vertical que obligan a adoptar una postura poco natural.
Al maletero se accede a través de una tapa que se abre de arriba hacia abajo (imagen). Este tiene los mismos 215 l de capacidad que el modelo al que sustituye (y 5 más que el modelo de tres puertas), aunque se reducen a 160 cuando el techo está plegado. Para ampliar la boca de carga, MINI emplea el mismo sistema del modelo anterior: soltando un par de fijaciones (una a cada lado del espacio de carga), es posible elevar unos centímetros la capota de lona y su estructura (imagen). No es mucho, pero puede resultar definitivo para introducir aquellos objetos que son un poco más grandes de lo normal. Eso sí, solo es posible hacerlo cuando la capota está cerrada.
Gama de motores
Todos los MINI Cabrio tienen un motor de cuatro cilindros y dos litros de cilindrada. Esto resulta curioso dado que la versión C del MINI Cooper de techo fijo tiene un motor de tres cilindros y 1,5 litros. El MINI Cabrio C (163 CV) acelera de 0 a 100 km/h en 8,2 segundos y su velocidad máxima es de 220 km/h. Es algo más lento que la versión equivalente con carrocería cerrada, que es 115 kg más ligero (ficha comparativa). El MINI Cooper S acelera en 6,9 segundos y el John Cooper Works en 6,4.
Es importante hacer notar que el nivel de equipamiento John Cooper Works es un nivel de equipamiento disponible para el Cooper C y Cooper S, mientras que la versión denominada John Cooper Works es la versión con el motor más potente, 231 CV (ficha comparativa).
Todas las versiones van asociadas a la misma caja de cambios automática de doble embrague y siete relaciones, mientras que la tracción es en las ruedas delanteras. Gama de motores.
Impresiones de conducción
Como ya ocurría en el modelo anterior, el MINI Cooper Cabrio se disfruta más en el entorno urbano y en carreteras de velocidad media que en autopistas, especialmente si lo hacemos con el techo quitado. No es un hecho singular, pues ocurre en mayor o menor medida con todos los descapotables que tienen un techo de lona (hay excepciones, pero son pocas). En ciudad y vías de circunvalación, así como en carreteras donde la velocidad no es elevada, resulta un coche agradable por la facilidad con la que se mueve (los motores disponibles son potentes y la carrocería es pequeña) y por el mero hecho de poder circular sin un techo por encima de nuestras cabezas.
Ahora bien, cuando la velocidad es superior, conviene instalar el deflector aerodinámico sobre los asientos posteriores para que las turbulencias y el ruido que se cuelan en el habitáculo no sean tan violentas y que el confort de marcha sea, al menos, aceptable. No es un coche que proteja particularmente bien a sus ocupantes en este sentido, pero eso es algo que también ocurre en el Mazda MX-5 (incluso en la versión RF) y, en menor medida, en el Fiat 500e Cabrio, dos de sus principales alternativas.
Además la suspensión es firme —habitual en la marca—, una configuración que limita mucho los movimientos de la carrocería y que hace que su conducción sea muy precisa, pero que en según qué situaciones puede hacer del MINI Cabrio un coche más bien incómodo. Donde más se disfruta este coche es en carreteras con muchas curvas y con el firme en buen estado. En esas situaciones, la excelente puesta a punto del chasis junto con la posibilidad de circular con el techo plegado, hacen que la experiencia del conducción sea muy placentera e incluso divertida. Eso sí, no tiene el mismo planteamiento que un Mazda MX-5, donde el conductor, además, tiene una conexión mucho más estrecha con el coche (todo llega mucho menos filtrado) y la posibilidad de utilizar un cambio manual (en el MINI es siempre automático).
El único motor que hemos probado ha sido el de potencia intermedia (204 CV), que corresponde a la versión «Cooper S». Sobra decir que con el tamaño y el peso del coche (1455 kg), las prestaciones son más que suficientes como para moverse con una agilidad muy alta (de 0 a 100 km/h en 6,9 s). Además es un motor con un funcionamiento suave, lineal y que se siente lleno en todo el rango de revoluciones. También acompaña el sonido del mismo (y del escape, a pesar de que ahora no está a la vista), un punto a valorar a la hora de conducir con el techo abierto, si bien a este respecto hay un evidente paso atrás con respecto al modelo anterior (en ese se escuchabla de una manera mucho más evidente). El cambio automático de doble embrague y siete relaciones tiene un funcionamiento correcto y pasa desapercibido la mayor parte del tiempo (esto suele ser una buena señal).