El Generation EQ es un prototipo de todoterreno eléctrico con el que Mercedes-Benz estrena denominación para sus futuros modelos eléctricos. Todos tendrán el distintivo EQ y con este nombre también comercializará una línea de sistemas de recarga doméstica y de baterías intercambiables. Está impulsado por dos motores eléctricos que producen «hasta 402» caballos de potencia, tiene una autonomía de «hasta 500 kilómetros» y cuatro asientos individuales.
El sistema de impulsión está formado por dos motores eléctricos, uno en cada eje, que proporcionan tracción a las cuatro ruedas y pueden variar el par motor que entregan individualmente. Las baterías son de iones de litio, de 70 kWh de capacidad y van alojadas en el suelo, en una posición centrada entre los ejes. El par motor máximo es de 700 Nm y, según Mercedes-Benz, el Generation EQ es capaz de pasar de cero a 100 km/h en menos de cinco segundos.
La plataforma es modular, de nuevo diseño, está fabricada con aluminio, acero y fibra de carbono y puede ser empleada para desarrollar coches muy diferentes: deportivos, descapotables, todoterrenos o turismos. Para ello, las baterías están fabricadas por bloques, de forma que se añadan o quiten en función de las necesidades de cada modelo. Este prototipo está preparado para recibir dos tipos de recarga: mediante inducción o mediante conexión a un cargador doméstico de tipo «wallbox». Las llantas son de 21 pulgadas de diámetro.
La iluminación exterior es mediante ledes y combina los colores blanco, azul y rosa (que según Mercedes-Benz, se asocian a la movilidad eléctrica). Cuando el conductor se aproxima al coche, la iluminación reacciona variando en función de los ajustes elegidos. Una vez en el interior, el sistema multimedia informa, en el mapa del navegador, de los destinos a los que se puede ir con el nivel de carga. El sistema de navegación está desarrollado por el especialista HERE y ofrece la información en tres dimensiones. Dispone de tecnología «Car-to-X» que le permite intercambiar información con el entorno, con la carretera (siempre que la vía esté preparada) y con otros vehículos para adaptarse a las condiciones del tráfico. Mercedes-Benz dice que este es un paso intermedio, necesario en el camino hacia la conducción autónoma, por lo que el Generation EQ no es un vehículo autónomo.
Tiene cuatro asientos independientes tapizados en cuero perforado. Todo en el interior, incluída la apertura de las puertas y de las ventanillas, se maneja mediante pulsadores táctiles, a excepción de los mandos para regular los asientos. En el volante hay controles táctiles y unas pantallas con tecnología OLED que muestran indicaciones, símbolos y menús por los que el conductor puede navegar. La carrocería carece de espejos retrosivores. Esta función está encomendada a unas cámaras exteriores y a unas pantallas en las puertas que muestran el tráfico que circula por detrás del coche.
La pantalla central es de 24 pulgadas y abarca desde la instrumentación hasta la consola central. Mide 53 cm de ancho por 11 de alto. Según Mercedes-Benz, lo innovador de su diseño es que permite al conductor elegir la densidad de datos que se muestran a la vez, pocos para que sea sencillo leerlos o muchos para tenerlos permanentemente a la vista. Para ello se utiliza una arquitectura modular de los menús, que se pueden superponer al gusto. La iluminación ambiental cambia en función del modo de conducción activado.