El Mercedes-Benz SLC es un descapotable de dos plazas que mide 4,13 m de longitud —por lo que es más corto que un Audi TT Roadster y un BMW Z4. Ha recibido múltiples actualizaciones, la última en 2016, momento en el que recibió la denominación SLC. Pero el modelo base fue lanzado en 2004 con la denominación antigua, SLK, y sobre esa plataforma ha ido siendo modificado. En este enlace están todas las informaciones que hemos publicado de la gama SLK.
Para el final de su comercialización, Mercedes-Benz pondrá a la venta a partir de abril de 2019 una edición limitada denominada Final Edition, del que llegarán las primeras unidades en verano. Estará disponible tanto para las versiones normales como para el AMG SLC 43. Se caracteriza por tener la carrocería pintada de color Amarillo Sol, —en homenaje al primer SLK, lanzado en 1996 y cuyo color de presentación fue el Amarillo Yellowstone, muy parecido—, aunque también puede ser pedido en negro estándar, negro obsidiana, gris selenita, blanco polar o blanco diamante bright.
El equipamiento está basado en el del acabado AMG Line pero exclusivizado, principalmente por la combinación de colores que afecta también al habitáculo. Consta de suspensión deportiva que rebaja la altura de carrocería 10 mm —el cliente puede prescindir de esta opción a petición—, llantas de 18 pulgadas, frenos deportivos, calefacción integrada en los reposacabezas AIRSCARF, calefacción de asiento y paquete de memorias para los asientos del conductor y el acompañante, la columna de la dirección y los retrovisores exteriores. También incluye un apoyo lumbar con 4 vías de ajuste para el conductor y el acompañante.
Actualmente el SLC está a la venta con dos motores de gasolina, SLC 200 de 184 CV, desde 46 850 euros y AMG SLC 43 de 367 CV, desde 69 225 euros. En cualquiera de los dos casos, es más caro que las correspondientes versiones del Audi TT Roadster (ficha comparativa) y más barato que las del BMW Z4 (ficha técnica comparativa).
Cuando acudimos a la presentación internacional de la gama actual, en 2016, condujimos el SLC 250 d y el SLC 300. Ninguno de los dos está actualmente a la venta, pero en adelante reproducimos lo que entonces dijimos tras probarlos. El primero puede ser una buena opción para quien desee un consumo de carburante bajo. En un recorrido por carretera de montaña y algo de autopista a ritmo ágil, el consumo que indicaba el ordenador ha sido 7,3 l/100 km, que puede ser claramente inferior a poco que se conduzca con suavidad. Desde el interior se aprecia el clásico ruido a motor Diesel cuando funciona al ralentí o a baja velocidad. A las velocidades normales en carretera, el ruido que produce el motor es poco notorio en el interior. Consideramos que el SLC con este motor acelera lo necesario para disfrutar de la conducción o viajar a ritmo ágil en cualquier circunstancia.
Por su parte, el motor de gasolina de 245 caballos tiene un sonido completamente distinto, más elevado y que en su mayor parte proviene del escape. Ello se debe a que esta versión tiene (al igual que el SLC 43) tiene un sistema de escape deportivo cuyo nivel de sonido se regula —mediante unas aletas en el interior del escape— en función del modo de conducción seleccionado. El SLC 300 responde antes y con más intensidad que el SLC 250 d a cada solicitud que hace el conductor con el acelerador; en general tiene un tacto más deportivo. Eso sí, su consumo de carburante es claramente más elevado. En un recorrido de montaña y autopista, a un ritmo similar al que hicimos con el SLC 250 d, el ordenador indicaba 11,2 l/100 km.
Las versiones SLC 300 y SLC 250 d tenían el sistema «DYNAMIC SELECT», que modifica la respuesta del motor, la transmisión, la dirección y la suspensión (si está montados los amortiguadores variables) mediante la selección de diferentes modos de conducción: Comfort, Sport, Sport+, Eco e Individual.
Opcionalmente también existe un paquete denominado «Dynamic Handling package» que rebaja la altura de la carrocería 10 milímetros, con el que los amortiguadores son de dureza regulable, la dirección es más directa y el control de estabilidad tiene una función adicional —«Dynamic Cornering Assist»— que emula el funcionamiento de un diferencial autoblocante. Las llantas pueden ser de entre 16 y 18 pulgadas de diámetro.
La capota se puede plegar o desplegar en movimiento hasta a 40 km/h. Cuando el techo está sobre la carrocería, el maletero tiene 335 l (imagen), por lo que es mayor que el de un Audi TT (280 l) y el de un BMW Z4 (310 l) —ficha comparativa—. Cuando el techo está alojado en el maletero, este tiene una capacidad de 225 litros (imagen). El maletero del Audi TT no se ve afectado por la posición del techo.
Como en el anterior SLK, hay en opción un derivabrisas trasero (AIRGUIDE) dividido en dos mitades (imagen), pudiendo emplearse cada pieza por separado para reducir el ruido aerodinámico. De serie, hay un derivabrisas textil ubicado entre los arcos que hay detrás de cada asiento (imagen). Aun con los parabrisas, El Mercedes-SLC no protege bien a los ocupantes del aire a partir de unos 90 km/h. Si se va a realizar un desplazamiento largo, es necesario utilizar una gorra para evitar que las turbulencias azoten la frente o el cabello. En la prueba que publicamos en 2011 del SLK de este último hay más detalles al respecto (información).
En los asientos sigue existiendo el sistema de ventilación «AIRSCARF», que expulsa el aire de la climatización a la altura del cuello desde los respaldos de los asientos (imagen).
El equipamiento de seguridad es algo más amplio en el SLC que en el anterior SLK, pudiendo llevar ahora faros de ledes con iluminación adaptativa, cambio automático de luces —se activa por encima de 30 km/h—, un paquete de asistentes que ya existe en otros modelos de Mercedes-Benz denominado «COLLISION PREVENTION ASSIST PLUS», que incorpora servofreno de emergencia con detección de obstáculos, alerta por cambio involuntario de carril y una función de detección de tráfico cruzado cuando se sale de un aparcamiento marcha atrás, que complementa al asistente de aparcamiento.
Mercedes-Benz ha cambiado el diseño de las molduras del habitáculo y ofrece nuevas combinaciones y tapicerías para los asientos, que pueden estar cubiertos de tela, de microfibra o de piel. La iluminación también ha sido rediseñada y, opcionalmente, puede ser ampliada en la zona de los pies de los pasajeros. Los sistemas multimedia y de navegación del SLC han sido actualizados con funciones adicionales, se manejan a través de una pantalla nueva de siete pulgadas —antes de 5,8 pulgadas— y disponen de acceso a internet, bluetooth con funciones de audio y lectura de mensajes o USB. La instrumentación también cambia, e incorpora una pantalla de 4,5 pulgadas entre los marcadores. Opcionalmente puede haber un reloj analógico adicional.
Para el Mercedes-AMG SLC 43 existen una serie de opciones destinadas a mejorar el manejo en conducción deportiva. Hay un paquete denominado «handling package», que añade un diferencial trasero de deslizamiento limitado de tipo mecánico —en lugar de electrónico—. Hay dos tipos de suspensión deportiva y dureza variable, una de serie y otra opcional de mayor rendimiento—«AMG RIDE PACKAGE»—. Mercedes-AMG también dice que la transmisión 9G-TRONIC ha sido ajustada para que los cambios sean más rápidos que en el anterior SLK 55 AMG, y que en el modo manual, mantiene la marcha engranada aunque se llegue al límite de revoluciones del motor.