El 65 AMG Black Series es la variante más potente y deportiva de la gama Mercedes-Benz SL. Por el momento, no conocemos el precio ni la fecha de comercialización en España.
Tiene el mismo motor V12 biturbo del SL 65 AMG pero con 59 CV más, por lo que alcanza una potencia de 671 CV a 5.400 rpm (más información sobre el motor). También es más potente que el SLR, que tiene 626 CV.
Una curiosidad es que esta versión tiene carrocería cerrada, cuando el SL es un descapotable de techo duro plegable.
El SL 65 AMG Black Series lleva una caja de cambios automática de cinco velocidades «AMG Speedshift Plus». Tiene cuatro ajustes de funcionamiento posibles: C, S, M1 y M2. Los programas M son manuales; sólo se producen cambios de marcha cuando el conductor lo solicita desde las levas que hay en el volante, o desde la que hay entre los asientos. En modo M2 los cambios se suceden un 25 por ciento más rápido que en M1.
Esta caja de cambios tiene una función de bloqueo del convertidor de par en todas las marchas, para que la respuesta al acelerador sea más directa.
Toda la fuerza del motor va a las ruedas traseras, entre las que hay un diferencial autoblocante tarado al 40 por ciento.
Es capaz de realizar el 0-100 km/h en 3,8 segundos y el 0-200 km/h en 11 segundos. Su velocidad máxima está limitada electrónicamente a 320 km/h. En la obtención de estas prestaciones, colabora la rebaja de peso con respecto al SL 65 AMG (la versión Black Series pesa 1.870 kg, 250 kg menos).
Para conseguir esta reducción de peso, Mercedes-Benz ha utilizado (entre otras soluciones) «Light Carbon Fiber Composite» («CFRP»), una resina ligera de fibra de carbono presente en diferentes partes de la carrocería, como los paragolpes, el techo, el capó y el portón trasero. También es más ligero que el modelo del que deriva porque no tiene los mecanismos y motores necesarios para accionar el techo, que sí lleva cualquiera de los otros mercedes SL.
Gracias a su contenido peso y a su motor de 671 CV, este biplaza desarrollado por AMG tiene una relación peso-potencia de 2,79 kg/CV.
El SLR es más rápido y tiene menos potencia, eso se debe a que pesa menos (1768 kg, frente a 1.870 kg del SL 65 AMG Black Series).
Uno de los apartados en los que más ha trabajado AMG para este nuevo modelo es en las suspensiones, que tienen diferencias importantes respecto a las de un SL. Entre otros aspectos, lleva un sistema de muelles helicoidales y amortiguadores que permiten cambiar la altura de la carrocería, la dureza de la suspensión y la alineación de las ruedas.
El SL 65 AMG Black Series tiene unos anchos de vía 97 mm y 85 mm mayores, respectivamente en el eje delantero y en el trasero, que el SL 65 AMG. El control de estabilidad tiene tres posibles ajustes: «ESP ON» (conectado), «ESP OFF» (desconectado) y «ESP Sport» (conectado, pero con un funcionamiento indicado para conducción deportiva). Un indicador en el salpicadero muestra en todo momento el modo seleccionado.
Diferencias estéticas
Estéticamente, esta versión especial del SL 65 AMG se distingue por unos pasos de rueda ensanchados , una ventana posterior de mayores dimensiones, unos paragolpes con diseño diferentes y unas grandes entradas de aire frontales.
Las llantas de aleación son de 12 palos y llevan el interior lacado en negro. Son de 19 pulgadas delante y de 20 detrás. Todo este aditamento estético hace que el nuevo SL 65 AMG Black Series recuerde al Clase C que compite en el DTM (Campeonato Alemán de Turismos) o al CLK-GTR que disputó el FIA-GT en 1997.
También cambian con respecto al SL 65 AMG las salidas de escape, que ahora son dos de forma trapezoidal, que a su vez se dividen en otras dos, y el techo, fabricado en «CFRP». Además, en la parte posterior sobresale el nuevo difusor fabricado en fibra de carbono, en cuyo interior se ubica el sistema de refrigeración activo para el diferencial trasero. El alerón retráctil se despliega a partir de los 120 km/h, con el objetivo de incrementar la carga aerodinámica a altas velocidades.
Lleva neumáticos Dunlop Sport Maxx GT, en medidas 265/35 R19 delante y 325/30 R20 detrás. Los discos de freno son cerámicos y están perforados y ventilados; sus medidas son 390x36 mm en el eje delantero y 360x26 mm en el trasero, con pinzas de seis y cuatro pistones, respectivamente.
En el interior predomina el color negro, con tapizado en cuero nappa y Alcántara e inserciones en fibra de carbono. Los asientos son de tipo baquet y parte de su estructura está fabricada en fibra de carbono. Los asientos incluyen el logo AMG en ambos respaldos. Este emblema también está presente en los paneles de las puertas.
El cuadro de instrumentos es otro de los elementos de nueva factura; incluye cuatro diodos LED que indican el momento óptimo para realizar los diferentes cambios de marcha. Para realizar esta operación, se dispone de dos levas tras el volante. Este es otro de los elementos diferenciadores con respecto al resto de la gama SL, ya que tiene un diámetro 15 mm inferior y es plano en su parte baja.
Desarrollo
El desarrollo de este nueva variante del Mercedes-Benz SL AMG, el tercero de la gama junto al SL 63 AMG y SL 65 AMG, arrancó en el año 2006. AMG fabricó diez prototipos para ponerlos a prueba en diferentes condiciones climatológicas, desde el intenso calor del verano hasta el frío del Ártico. El circuito de Nürburgring fue uno de los lugares en los que el SL 65 AMG Black Series fue sometido a diversos test.
En total, esta nueva versión de uno de los biplaza más potentes de Mercedes-Benz, recorrió 30.000 kilómetros en circuito, la mitad de ellos en Nürburgring.