El Clase G es el todoterreno que Mercedes-Benz lleva fabricando desde 1979. Durante estos 33 años ha ido recibiendo diversas actualizaciones pero estructuralmente no ha cambiado mucho, ya que Mercedes-Benz ha mantenido el chasis de largueros y travesaños y las suspensiones de eje rígido. Desde junio de 2012 está en venta con algunas modificaciones. Las principales afectan al aspecto del interior, la gama de motores y el equipamiento. En el exterior los cambios son pequeños respecto al modelo de 2008.
Se nota que es un coche concebido hace tres décadas no sólo por su diseño (por ejemplo, las bisagras de las puertas quedan a la vista) sino también por la ergonomía: de los Mercedes-Benz que he conducido, es el que menos se puede alejar el asiento del salpicadero y el que tiene el volante más tendido. Es un todoterreno de concepción clásica con tecnología actual en lo referente a elementos de equipamiento (por ejemplo, puede tener un control de velocidad activo o asientos con ventilación) y al conjunto motor-caja de cambios.
En carreteras con curvas es un coche lento de reacciones y torpe, pero para viajar por autopista con el asfalto en buen estado no me ha parecido incómodo, ni por suspensión ni por el nivel de ruido, aunque los hay que son mucho mejores en este sentido. En ciudad, contrariamente a lo que pueda parecer, es fácil circular con él porque no es ni muy largo ni muy ancho (4,66 y 1,76 m, respectivamente) y la visibilidad es, en general, muy buena; el principal pero es que gira poco.
Fuera del asfalto es donde mejor se puede sacar provecho de sus cualidades. Todos los Clase G tienen tracción total, cambio automático, reductora y la posibilidad de bloquear los tres diferenciales pulsando unos botones. Los ángulos característicos (información de cuáles son) son buenos (aunque no iguala a los de un Land Rover Defender) y el recorrido de la suspensión, grande. La altura libre al suelo es 21 cm, un valor normal. Que es bueno fuera del asfalto lo comprobé en la presentación a la prensa —con un Clase G versión «Professional» (vídeos), una variante que carece de elementos de lujo e incluso de los cambios interiores que ha recibido el resto de la gama y que se matricula como vehículo industrial— y lo he vuelto a comprobar durante la prueba del G 350 Bluetec, en el circuito off-road de MonegrosTT.
La oferta de motores para el Clase G está compuesta por una versión Diesel —G 350 BlueTEC de 211 CV— y tres de gasolina —G 500 de 388 CV, G 63 AMG de 544 CV y G 65 AMG de 612 CV—. Anteriormente estuvo disponible una carrocería corta (4,26 m) de tres puertas y descapotable —tiene una lona cubriendo la parte trasera del habitáculo; ficha técnica), pero ahora solo existe la carrocería larga de cinco (4,66 metros).
Tanto el motor Diesel de 211 CV como el de gasolina de 544 CV, que son los de las versiones que he conducido, mueven con facilidad al Clase G. En el segundo caso yo diría que con exagerada e innecesaria facilidad, porque a pesar de la potencia del motor el Clase G no es un coche con el que se disfrute yendo rápido. Las versiones AMG tampoco son las adecuadas si se quiere pasar desapercibido, el motor se oye mucho y desde muy lejos cuando se acelera con intensidad. Más información técnica de las versiones AMG.
Lo más parecido al Clase G es posiblemente el Jeep Wrangler Unlimited, la versión de cinco puertas del Wrangler. Lo es por su concepción clásica y porque ambos son, comparativamente, más eficaces fuera del asfalto que en él. Esto les distingue del resto, aunque hay otros modelos con un enfoque parecido: el Mitsubishi Montero y el Toyota Land Cruiser. Todos ellos tienen un precio muy inferior al del Clase G, ya que la versión más asequible cuesta 101 400 y cualquiera de los otros tres se puede adquirir por menos de 40 000 euros (ficha comparativa).
El Discovery y el Range Rover, ambos de Land Rover, también se podrían considerar alternativas por sus aptitudes fuera del asfalto. Son modelos más modernos, más cómodos y con unos acabados más lujosos, especialmente el segundo de ellos (ficha comparativa).
En cualquiera de sus versiones, el Clase G tiene un precio elevado. La más asequible —la versión Diesel—, cuesta 101 400 € y la más cara —65 AMG L—, 306 425 €. Asegurar a todo riesgo la versión Diesel cuesta, en el mejor de los casos, 1415 euros con Mutua Madrileña y si se prefiere la póliza con mejor relación entre calidad y precio, que la ofrece Mapfre, 1716 euros. En el comparador de seguros de coches se pueden obtener los precios de hasta 20 aseguradoras para cualquier modelo y ordenarlos por distintos criteros (precio, calidad o relación entre ambos).
El motor Diesel y el de menor potencia de gasolina de 388 CV ya estaban disponibles anteriormente. Los motores de las variantes «AMG» son nuevos en la gama Clase G 2012 (el Clase G de 2008 tenía uno de 507 CV; ficha técnica G 55 AMG). El de 544 CV lleva un motor de ocho cilindros en «V» sobrealimentado mediante dos turbocompresores y el sistema de parada y arranque automático («ECO start/stop») en las detenciones, mientras que el de 612 CV tiene un V12 con dos turbocompresores (más información técnica). Además de por el motor, las variantes «AMG» se diferencian del resto por ciertos detalles exclusivos en el exterior y el interior (más información).
El motor de gasolina (388 CV) es un V8 de 5,5 litros de cilindrada. El Diesel de 211 CV es un motor V6 de 3,0 litros que tiene un tratamiento, mediante una solución acuosa de urea denominada comercialmente «AdBlue», que disminuye las emisiones de óxidos de nitrógeno.
El consumo medio homologado de la versión más frugal —la Diesel 350 BlueTEC de 211 CV— es 11,2 l/100 km. Es un consumo alto, superior al de muchos otros todoterrenos de tamaño y potencia similares con tracción total, como un KIA Sorento y un Volkswagen Touareg (listado comparativo). Un Jeep Wrangler de 200 CV, de características más parecidas al Clase G, gasta menos (7,4 l/100 km). Uno de los motivos por el que el Clase G consume más que sus alternativas es su peso elevado, pues la versión más ligera pesa 2570 kg. Otro motivo que puede justificar su alto consumo es que su resistencia aerodinámica debe ser especialmente desfavorable: el coeficiente aerodinámico es 0,54, mientras que el de un Range Rover es 0,34.
El cambio automático de las versiones 350 BlueTEC y 500 es el que tienen la mayoría de modelos de Mercedes-Benz (de convertidor de par hidráulico llamado «7G Tronic Plus»). El paso de una marcha a otra se produce con mucha suavidad. Las versiones AMG tienen la llamada «AMG SPEEDSHIFT PLUS», en la que el convertidor de par es reemplazado por un embrague húmedo.
En el exterior del Clase G 2012 hay luz diurna de ledes (imagen) y nuevos espejos retrovisores. En las versiones «AMG» también cambian la parrilla y los paragolpes con respecto al anterior G 55 AMG —son diferentes a los del resto de la gama—. Estas dos variantes también se distinguen porque pueden tener unas pinzas de freno de color rojo y unas llantas de aleación de 20 pulgadas.
El diseño del habitáculo ha cambiado profundamente, especialmente el salpicadero y la consola. Hay una pantalla en la consola que permite manejar el «COMAND Online» que es el sistema que integra el navegador, el equipo de sonido, el DVD, la conexión Bluetooth para teléfonos móviles y el acceso a internet. La instrumentación tiene ahora una pantalla a color entre los dos indicadores principales, cuyo diseño también es distinto. También varía la forma de la palanca de cambios.
Algunos elementos del interior, como el asidero para facilitar el acceso del acompañante delantero o los tres mandos del bloqueo de los diferenciales, mantienen un diseño similar al del primer Clase G. El habitáculo se puede personalizar con los elementos opcionales de la línea «designo».
Puede tener más equipamiento que anteriormente, con elementos como el sistema de detección de objetos en el ángulo muerto («Blind Spot Assist»), un asistente de aparcamiento («PARKTRONIC») con cámara de visión trasera, un programador de velocidad activo («DISTRONIC PLUS») o conexión a internet. El control de estabilidad tiene una nueva función para estabilizar un remolque —en caso de llevarlo—. También es novedad el sistema de ayuda al arranque en pendiente que se activa al pisar a fondo el pedal de freno (función «Hold» que tienen otros modelos de Mercedes-Benz).