El CLS 63 AMG es la versión más potente del Mercedes-Benz Clase CLS. Está disponible desde 131.000 € (precio, equipamiento y ficha técnica). Son 11.000 € más de lo que cuesta un el Clase E 63 AMG. Ambos modelos son berlinas de cuatro puertas de tamaño similar.
Aunque su denominación es «63», el motor tiene 5,5 l de cilindrada. Lleva el mismo motor que el CL 63 AMG, un V8 de gasolina con inyección directa y dos turbocompresores. Da 525 CV. Si se paga por la opción «Performance Package» la potencia sube a 555 CV.
Este incremento de potencia se consigue aumentando la presión máxima de sobrealimentación que dan los dos turbocompresores. Con este equipamiento la cubierta del motor es de fibra de carbono. El cambio de marchas es automático de siete velocidades —«AMG SPEEDSHIFT MCT 7»—.
El CLS 63 AMG acelera de 0 a 100 km/h en 4,4 segundos —4,3 segundos con el paquete «AMG Performance»—. Su velocidad máxima está limitada electrónicamente a 250 km/h. Hay una opción para aumentarla hasta 300 km/h.
Una característica sobresaliente de este modelo es que su consumo medio de carburante de 9,9 l/100 km (en el Clase E 63 AMG es de 12,6 l/100 km). Ese consumo corresponde a un coche de menor peso y potencia. Todos sus rivales gastan más, como el Porsche Panamera Turbo de 500 CV, el Jaguar XFR de 510 CV, el Cadillac CTS-V de 564 CV o un Audi RS6 de 579 CV. Además, salvo el Porsche, las prestaciones de todos ellos son ligeramente peores. Para ahorrar combustible en las detenciones, el CLS 63 AMG lleva un sistema automático de arranque y parada del motor.
El CLS 63 AMG lleva un sistema de control electrónico automático de la suspensión («AMG RIDE CONTROL») con tres modos de funcionamiento —«Confort», «Sport» y «Sport Plus»— y en opción puede tener frenos cerámicos.
Las llantas de aleación son de 19 pulgadas y van montadas en neumáticos de medidas 255/35 R19 en el eje delantero y 285/30 R19 en el eje trasero.
Equipamiento y otros detalles
Lleva faros de diodos luminosos para todas las funciones, como algunas versiones del Clase CLS. Hay tres tiras horizontales, que en total suman 71 diodos. La superior es la de los intermitentes, mientras que la central es la de la luz corta y la iluminación adaptativa. La inferior es la de las luces largas y los proyectores de infrarrojos para el sistema de visión nocturna. Las luces de marcha diurna están en el paragolpes.
Como otras versiones del Clase CLS, puede llevar los dos sistemas que estrenó el Clase S en 2009 y también llevan el Clase CL: un sistema que evita que el coche cambie involuntariamente de carril («Active Lane Keeping Assist ») y el dispositivo de detección de objetos en el ángulo muerto («Active Blind Spot Assist»). Ambos tienen la peculiaridad de que pueden actuar sobre los frenos para influir en la trayectoria. En el primer caso evitando que cambie de carril involuntariamente y, en el segundo, una colisión lateral.
La carrocería y el habitáculo son similares a los del resto de versiones del Clase CLS salvo por detalles específicos como las aletas delanteras, la cuádruple salida de escape, el difusor en el paragolpes posterior, el alerón en la tapa del maletero o las placas con el anagrama «AMG» que hay en el exterior y el interior.
Para reducir el peso, las puertas están fabricadas de aluminio, igual que en el SLS AMG. Mercedes-Benz asegura que son 24 kg más ligeras que unas de acero. También son de aluminio el capó, las aletas delanteras, la tapa del maletero y ciertas zonas del chasis. No obstante, el CLS AMG 63 AMG es un coche más bien pesado; llega a 1.945 kg en condiciones de homologación; es decir 105 kg más que un Clase E 63 AMG.