Es, sin duda, la mejor berlina deportiva de gran tamaño que actualmente tiene Mercedes-Benz. Posiblemente, también es una de las mejores del mercado.
El Mercedes-AMG GT 4 puertas Coupé tiene una carrocería de cinco puertas, un sistema de tracción total y cambio automático de nueve relaciones. En función de la versión, la dirección en las cuatro ruedas es de serie u opcional. En la actualidad se puede elegir con 435, 585 y 639 caballos de potencia; más adelante habrá una versión de 367 CV. Está hecho usando como base el CLS. El precio de partida es 135 700 euros (todos los precios). La versión de mayor potencia cuesta 195 000 euros, un poco más que el Porsche Panamera Turbo S E-Hybrid, que tiene 680 CV (ficha comparativa).
Esta prueba se refiere a la versión tope de gama, denominada GT 63 S 4MATIC+ 4 puertas Coupé, de 639 CV. Mercedes-AMG no sólo ha hecho un coche muy grande, muy potente, muy caro, muy lujoso y ostentoso. Lo anterior, aun siendo totalmente cierto, no lo define por completo. Si tuviera que destacar una cualidad por encima de cualquier otra, sería el ajuste de su chasis, que está orientado a que el desempeño en curva sea muy bueno y a que el conductor tenga sensaciones deportivas que a menudo sólo se consigen en coches más pequeños e incómodos.
El Mercedes-AMG GT 4 puertas Coupé planta cara a un modelo que hasta ahora no tenía competencia real clara: el Porsche Panamera. Para conocer bien las diferencias entre ambos sería necesario compararlos en las mismas circunstancias. Puede que el Porsche se note un poco más ligero y sea más ágil en las curvas lentas, aunque, la diferencia, no será muy grande. Por su parte, el Mercedes-AMG es mejor en suavidad de marcha, aunque tampoco gana por mucho al Porsche. En el apartado Impresiones de conducción damos más información al respecto.
Es un vehículo muy grande (5,1 metros) y eso hace que manejarlo en la ciudad no sea especialmente cómodo (tampoco es un incordio, puesto que gira relativamente bien para sus dimensiones). Se ve poco al doblar esquinas debido a que el montante del parabrisas —que está muy tumbado— y los espejos retrovisores exteriores —que son grandes— crean una zona importante sin visilidad (ocurre exactamente lo mismo en un CLS).
El confort de marcha es notable. El motor y el cambio de marchas responden con mucha suavidad a cada solicitud, el interior está muy bien encapsulado del ruido y la suspensión aísla bien a los ocupantes (siempre que se ajuste en el modo más blando o en el intermedio).
La capacidad de aceleración es muy elevada en términos absolutos, algo que no podía ser de otra manera con 639 caballos. Sin embargo, como pesa mucho, no acelera más que algunos deportivos menos potentes y más ligeros. También entra dentro de lo normal que su consumo de carburante sea muy elevado (por mucho que el motor tenga desconexión de cilindros): es muy improbable que el gasto medio baje de 11,0 l/100 km aun conducido con suavidad a velocidad sostenida. La caja de cambios trabaja a la perfección tanto en un uso relajado como deportivo. Esta tiene un programa de funcionamiento manual que permite que el conductor tenga un máximo control sobre la marcha que va engranada en cada momento.
El interior de este Mercedes-AMG es razonable para cuatro pasajeros: se va casi igual que en un CLS y peor que en un Clase E. En las plazas posteriores no sobra espacio pero, salvo que se vaya muy erguido, no falta altura libre al techo y las ventanillas tienen un tamaño suficiente como para no sentirse demasiado rodeado de chapa. Atrás puede haber un banco corrido de tres plazas o dos asientos individuales (Asientos traseros individuales First Class, imagen).
Lo peor de este coche es que tiene muchas cosas que obligan al conductor a desatender la carretera. Lo más molesto es la superficie táctil que hay entre los asientos (imagen). Esta solución es adecuada para un ordenador portátil, pero no en un coche, puesto que hay que mirar a la pantalla muy a menudo para ver si se ha «atinado» con la función que se desea. Y, eso, suponiendo que la carretera esté en buen estado; si presenta irregularidades, el conductor se deberá emplear todavía un poco más. Mercedes-Benz también ha colocado mandos táctiles para acceder directamente al menú del equipo de sonido, del teléfono y del navegador (imagen), que son difíciles de encontrar sin buscarlos con la vista. También hay mandos del mismo tipo en los brazos del volante. Las superficies táctiles, especialmente si no se pueden encontrar al tacto, son un buen ejemplo de tecnología mal aplicada en el automóvil (al menos mientras los coches no conduzcan solos). Ademas, bajo mi punto de vista, dice poco del esfuerzo de los fabricantes por reducir distracciones al volante.
Durante el primer año de vida comercial, hay una nivel de acabado específico denominado «Edition 1». Se caracteriza por contar de serie con los siguientes accesorios: paquete aerodinámico y decoración AMG, tres posibles colores de carrocería (designo gris grafito magno, blanco brillante diamante o gris grafito metálico), llantas de 21 pulgadas de color negro mate, asientos AMG Performance, una combinación específica de tapicería de piel Exclusive y napa, molduras en fibra de carbono y algunos adornos más en color amarillo. Esta versión se puede ver con más detalle en la galería de imágenes.
Mercedes-Benz ubica a este modelo como parte de la gama «GT», a la que también pertenecen los GT Roadster y GT Coupé. Sin embargo, sólo se parecen por el nombre y porque tienen una potencia muy elevada.
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