Aunque el diseño general del habitáculo y, sobre todo, la organización de mandos y botones del Mazda6 2018 son muy parecidos a los del modelo-año 2017, lo cierto es que Mazda ha hecho muchos pequeños cambios en él (imagen del Mazda6 2018 e imagen del Mazda6 2017).
Uno de los más llamativos está en la instrumentación de las versiones más equipadas, que ahora está compuesta por dos esferas analógicas convencionales separadas por una pantalla de 7 pulgadas en la que se muestran los datos del ordenador de viaje y el funcionamiento de las ayudas a la conducción y además permite modificar algunos parámetros del vehículo (imagen). Se ve bien incluso cuando la luz incide directamente sobre ella, pero lo cierto es que no aporta más información que la de menor tamaño que tienen las versiones menos costosas y apenas permite personalizar el contenido.
Otra de las novedades más importantes es el sistema multimedia, que ahora es compatible con los protocolos de comunicación CarPlay de Apple y Android Auto de Google y además muestra la información en una pantalla de mayor tamaño (8 pulgadas en lugar de 7; imagen). El funcionamiento general del sistema, no obstante, es idéntico al del modelo anterior y por lo tanto mantiene sus mismas características: los menús son claros y sencillos de utilizar y además es rápido ejecutando sus funciones, pero la pantalla solo admite uso táctil cuando el vehículo está parado y la resolución, sin ser mala, no es tan buena como, por ejemplo, la que ofrecen los sistemas de un Volkswagen Passat o un Audi A4.
Todos los Mazda6 a la venta en España vienen de serie con un Head-up Display que proyecta la información directamente sobre el parabrisas, no sobre una lámina de plástico, que es donde lo hacía el sistema del modelo anterior. El área de visualización es más amplio que antes y la información que puede llegar a mostrar, además de abundante, está dividida en dos zonas: la superior para las indicaciones del navegador y para las señales de tráfico y la inferior para la velocidad y el funcionamiento de las ayudas a la conducción.
Los asientos del Mazda6 2018, tanto los delanteros como los traseros, han sufrido modificaciones con el objetivo de mejorar el confort (algo que, bajo mi punto de vista sí han conseguido, aunque a costa de perder algo sujeción lateral en curvas). Los delanteros ahora están rellenos de una espuma de uretano de mayor espesor, tienen unas banquetas más anchas, unos respaldos con más apoyo lumbar y unos reposacabezas rediseñados que quedan más cerca de la cabeza de los ocupantes (aunque siguen sin tener ajuste longitudinal). Además, como novedad, ahora pueden tener un sistema de ventilación ajustable en tres intensidades distintas.
Los traseros también están rellenos espuma de uretano de mayor espesor que los del modelo anterior y una forma distinta. Además los anclajes Isofix para sillas infantiles ahora son compatibles con la normativa i-Size (la más moderna) y son más accesibles porque van ocultos bajo unas tapas de plástico, no escondidos entre la tapicería (imagen). Las versiones más equipadas tienen un reposabrazos central que oculta un compartimento portaobjetos en el que hay dos tomas USB. Otra novedad es que las puertas se cierran de manera automática poco después de que el vehículo comience a circular.
Los materiales de recubrimiento han cambiado en algunos lugares pero, en general, la sensación de calidad es similar a la del modelo anterior (donde ya era elevada). La única diferencia está en las versiones con el nivel de equipamiento Signature, que incluyen detalles de acabado específicos que ayudan a crear la sensación de estar ante un coche de mayor calidad: molduras de madera de Sen en el salpicadero y en las puertas, revestimientos de ante bajo las salidas de ventilación, asientos de piel Napa en color marrón, un espejo retrovisor interior sin marco, iluminación interior mediante ledes (incluidos los parasoles), guantera tapizada y techo en color negro.
Donde no hay diferencias frente al modelo precedente es en cuanto a espacio interior, por lo que sigue siendo un modelo muy amplio, especialmente por espacio para las piernas en la fila de asientos posterior (mediciones del interior). El maletero, en cambio, es más pequeño que el de muchas de sus alternativas (480 litros) y además resulta difícil de aprovechar porque la tapa libera un hueco muy pequeño. Turismos de entre 4,8 y 5,0 metros de longitud, ordenados por volumen de maletero.