Materiales del habitáculo
El interior del Mazda 5 está realizado con materiales sencillos pero de buena apariencia y ajustes precisos. Como sucede en otros modelos de Mazda, no hay plásticos blandos, normalmente de mejor apariencia y tacto que los duros, pero esto no significa que el salpicadero y la consola central no den sensación de calidad. Ambos sobresalen por su solidez.
Dentro de esta sensación general de buenos ajustes y materiales sólo desentonan los mandos para accionar los elevalunas eléctricos y la pieza rectangular donde van situados, los tiradores interiores de apertura de las puertas o los botones situados a la izquierda de la columna de la dirección (imagen). Están fabricados con unos plásticos de menor solidez y tienen un tacto que dan sensación de fragilidad, que no quiere decir que sean frágiles.
Todos los mandos son accesibles y fáciles de manejar. Un fallo es que los mandos de los elevalunas eléctricos y de la regulación de los retrovisores no están iluminados, por lo que, cuando la luz ambiente es escasa, resulta difícil encontrarlos. Solamente el mando del elevalunas eléctrico del conductor está iluminado y su movimiento es completo aunque solo se dé un toque a su mando.
Modularidad
Es sencillo encontrar una posición de conducción cómoda gracias a los múltiples reglajes del asiento y de la columna de la dirección. A ello también contribuye la ubicación de la palanca de cambios, colocada en la consola en una posición elevada y próxima al volante.
Los asientos delanteros (imagen) son cómodos, aunque no sujetan demasiado el cuerpo. En su parte interior tienen dos reposabrazos que no son regulables en altura pero quedan en una posición idónea puesto que no molestan a la hora de manejar la palanca de cambios. Los reposacabezas no tienen grandes posibilidades de regulación en altura porque las guías son cortas, lo que puede suponer que las personas de elevada estatura no puedan colocarlos en la posición idónea.
La segunda fila de asientos tiene regulación longitudinal (27 cm) que permite incrementar la capacidad de carga del maletero o el espacio para las piernas de los ocupantes de la tercera fila.
La plaza central de la segunda fila es incómoda. Resulta estrecha, tiene un mullido duro y su superficie es convexa (imagen). Si viajan cinco ocupantes, quizá lo mejor es que el más menudo vaya en la tercera fila de asientos antes que en esa plaza central. Si no se usa, la plaza central de la segunda fila se puede cambiar de posición para crear un pequeño pasillo que sirva de acceso a los asientos de la tercera fila (imagen).
Los asientos de la tercera fila son cómodos en trayectos cortos. En trayectos largos pueden resultar incómodos porque en los laterales de cada asiento sobresalen los hierros de su estructura. La anchura disponible en dichas plazas es escasa para que dos personas adultas puedan viajar con comodidad. Las personas de estatura media o superior pueden notar que el espacio para las piernas es reducido. Una solución es adelantar un poco los asientos de la segunda fila. Otra limitación de la tercera fila es que sus ocupantes deben llevar las rodillas muy flexionadas porque la banqueta está situada muy cerca del piso. El mullido de cada asiento resulta cómodo por su dureza.
Un aspecto interesante de este coche es la posibilidadad que tiene para distribuir el espacio. Con acciones fáciles, se puede pasar rápidamente de 7 a 2 plazas y viceversa. El acceso a la tercera fila es suficientemente cómodo para personas de talla y agilidad media, aunque es necesario agacharse para no pegar con la cabeza en el techo debido a la altura que queda hasta el techo (más información en este vídeo).
Puertas deslizantes
El diseño de las puertas traseras del Mazda 5 facilita el acceso y la salida del habitáculo porque necesitan poco espacio para poder abrirse y dejan un buen espacio entre el pilar central y el final de la carrocería.
Pueden tener accionamiento eléctrico. En este caso, se pueden abrir o cerrar de tres modos: mediante el mando a distancia —un botón diferente para cada puerta—, con dos botones ubicados a la izquierda de la columna de la dirección —también uno para cada puerta— y manualmente con los tiradores exteriores e interiores. Mediante un botón —situado en la parte baja del salpicadero, a la izquierda de la columna de la dirección— es posible desconectar el sistema eléctrico y abrirlas o cerrarlas manualmente.
Hay unos sensores que hacen que la puerta se vuelva a abrir automáticamente una vez iniciada la operación de cierre si detecta cualquier obstáculo. No sabemos si es suficiente para que no llegue a hacer daño en los dedos de una mano o un brazo en el caso de interponerlos justo entre la puerta y el pilar central.
En las versiones con puertas laterales sin accionamiento eléctrico o cuando se dispone de este dispositivo pero está desconectado, la operación de apertura o cierre es sencilla porque las puertas no pesan excesivamente.
Las puertas deslizantes manuales carecen de posiciones intermedias, es decir, si el coche está estacionado en una pendiente, la puerta se deslizará si no está abierta por completo.
El maletero tiene una capacidad de 442 l, incluyendo el compartimento bajo el piso. Sin este elemento son 426 l —en ambos casos con la tercera fila de asientos plegada—. Es un volumen menor que el de un Opel Zafira, un Citroën Grand C4 Picasso, un SEAT Altea XL o un Toyota Verso (ficha comparativa).
Abatiendo los respaldos de los asientos de la segunda y la tercera fila, el volumen de carga puede llegar hasta 1.485 l —sin incluir el espacio bajo el piso del maletero—. El fondo de carga es prácticamente plano.
Una de las ventajas del maletero del Mazda 5 es que el borde de carga queda cerca del suelo (67 cm) y no hay que salvar ningún escalón entre el borde de la carrocería y su interior.
Cuando el portón está abierto queda lo suficientemente alejado del suelo para que personas de hasta aproximadamente 1,80 m de altura puedan descargar el maletero sin necesidad de agacharse. Tiene formas regulares (mediciones del maletero).
Hay una toma de 12 V, un plafón de iluminación a la derecha con interruptor, dos cinchas para amarrar objetos, dos huecos con tapa situados en los laterales —el de la derecha tiene una cincha— y es posible elegir una cortinilla que permite ocultar lo que se transportar en su interior. Bajo el piso hay una rueda de repuesto de emergencia.