Mide 3,83 metros de largo, 1,67 de ancho y 1,52 de alto. Es más alto que los coches de longitud similar (Opel Corsa, Peugeot 206, Seat Ibiza o Renault Clio). Por lo tanto, por altura queda ligeramente por debajo de monovolúmenes pequeños como el Audi A2 o Mercedes Clase A. La batalla mide 2,45 metros; proporcionalmente a la longitud, es lo normal en un utilitario moderno.
Su espacio interior es muy superior al de casi todos los coches de su tamaño, a excepción de monovolúmenes como el Mercedes Clase A largo. Aunque la anchura atrás no es mala para las dimensiones que tiene, es un coche indicado para cuatro personas. Su faceta más favorable es el espacio para las piernas en las plazas traseras, y no falta altura en ninguna de las dos filas de asientos.
Con los 380 litros que declara Honda, el maletero es casi tan grande como el de un A2, un Clase A, o un Yaris Verso (los tres tienen 390 l). A diferencia del Mercedes y el Toyota, el Honda no tiene un asiento trasero corredizo. En cambio, tiene algunas funciones interesantes.
El asiento (banqueta y respaldo) está dividido en dos partes independientes (1/3 a la derecha y 2/3 a la izquierda). Para plegar cada una de ellas, basta accionar una palanca que mueve la banqueta y el respaldo. Para hacerlo, no es imprescindible quitar el reposacabezas. Mediante una palanca en la zona superior del respaldo delantero se puede echar el asiento delantero hacia delante, y así dejar hueco para plegar el trasero con su reposacabezas.
Hay tres inconvenientes en este sentido: uno, que la palanca tiene un seguro para no moverla accidentalmente, y está un poco dura; dos, que los asientos no vuelven a su posición inicial; tres, que, cuando los asientos traseros están plegados, los delanteros pierden 4 cm de recorrido longitudinal (solo lo notarán conductores muy altos).
Cuando se pliega el asiento, queda un fondo completamente plano y tapizado. Si se pliega la parte derecha del asiento trasero se puede abatir el delantero; de esta manera queda un hueco de 2,4 m longitud en un coche que queda con tres plazas (los de atrás irán muy estrechos).
Hay otra función muy interesante es que la banqueta del asiento trasero se puede plegar hacia arriba y pegada al respaldo (algo parecido a lo que tiene el Opel Zafira). De esa manera queda un espacio vertical de 1,3 metros; una solución muy buena para llevar objetos largos que deben ir verticalmente.
Lo que me ha gustado del sistema de asientos del Jazz son los mecanismos para manipularlos. Para abatir el asiento trasero hay una sola palanca y no es preciso hacer mucha fuerza. Para subir la banqueta, sólo hay las patas delanteras. En todo caso, no hay riesgo de pillarse los dedos o arañarse con algún elemento afilado, algo que se puede decir de muy pocos monovolúmenes.
Hay muchos huecos en el salpicadero, pero la única guantera con tapa es poco voluminosa. Entre los accesorios del Jazz hay un «Pack Comfort» que, por 97 €, incluye una alfombrilla antideslizante en el salpicadero, una red para el maletero con bolsillos y una bandeja superior en el maletero (hecha de un plástico un poco tosco).