Para ser un coche de batalla tan larga, sorprende que vaya mejor en carreteras lentas que rápidas. En carreteras lentas es ágil y, hasta cierto punto, agradable de conducir para quien disfrute haciéndolo rápido. Tiene dos factores favorables: uno es un a dirección rápida y el otro un cambio que queda a mano y es muy preciso. No es un coche difícil de conducir, porque su parte trasera no reacciona violentamente en circunstancias en las que la de otros coches sí lo hacen.
Nuestra unidad de pruebas llevaba neumáticos Bridgestone Potenza R88 y creo que iría mejor con otras ruedas, porque a éstas les falta algo de agarre en seco y en mojado.
Tienen una capacidad de frenada normal (también creo que sería mejor con otros neumáticos) y una gran resistencia al calentamiento.
En carretera rápida no va mal, pero no es de los coches de su tamaño que mejor conserva la trayectoria sobre suelo irregular. Si el coche está en un apoyofuerte y hay una junta de dilatación grande o cosas así, hay un movimiento combinado de balanceo y cabeceo que puede restar confianza. Se notan en el volante otras irregularidades del suelo, no necesariamente grandes.
En ciudad tienen el inconveniente de que es muy poco maniobrable. La batalla es larga y las ruedas tuercen poco, con lo que el diámetro de giro mínimo entre bordillos llega a 11,8 m. Dado lo poco que maniobra, se puede echar de menor que el contorno de la carrocería esté mejor protegido; las cuatro esquinas son paragolpes pintados, que pueden durar muy poco con la pintura.