Dinámicamente, lo que distingue al C3 de la mayoría de su competencia es que tiene una suspensión que permite que la carrocería se mueva notablemente, tanto de balanceo como cabeceo. En carreteras con zonas de curvas enlazadas, pasadas a un ritmo ágil, cuesta acostumbrarse a estos movimientos.
Con todo no parece que esos movimientos influyan mucho en la trayectoria; el C3 la mantiene muy bien cuando va apoyado y sobrepasa juntas de dilatación o irregularidades del terreno —a no ser que haya un exceso de velocidad, en cuyo caso las cosas pueden empeorar, aunque eso ocurre en todos los coches cuando se circula a una velocidad inapropiada —.
Hemos conducido en profundidad dos unidades del C3, un HDI de 90 CV —reemplazado a mediados de 2011 por un e-HDi de 92 CV— y un 1.4i 73 CV —sustituido en otoño de 2012 por un VTi de 82 CV y menor consumo (más información en la evolución de la gama)—. El primero tenía llantas de 17", que van montadas en unos neumáticos de medidas 205/45. Con esa configuración, la sensación que tienen los ocupantes es que algunas irregularidades, especialmente las que mueven rápidamente las ruedas, como juntas de dilatación o cortes en la carretera, llegan con cierta sequedad.
El segundo lo hemos conducido con llantas de 16” y neumáticos 195/55 y nos ha parecido claramente más cómodo en el mismo tipo de irregularidades.
No sabemos si las diferencias que hemos apreciado se deben en su totalidad a las ruedas o a los distintos ajustes de cada versión a causa de las diferencias de motor (el Diesel es mucho más pesado), aunque por si acaso nosotros no optaríamos por las ruedas más grandes (aunque dan una adherencia muy grande como se puede ver más abajo).
La dirección tiene asistencia variable con la velocidad y no es muy directa (3 vueltas entre topes). Su tacto es agradable porque es suficientemente blanda como para maniobrar en ciudad y razonablemente firme en carretera, para que no sea muy sensible y obligue a corregir la trayectoria a velocidades elevadas.
En ciudad el C3 es maniobrable. Para girar 180º necesita el mismo espacio que un SEAT Ibiza o el anterior C3 (más información), pero menos que un Renault Clio y más que un Toyota Yaris.
1.4i de 73 CV
El motor de gasolina de 73 CV es el segundo más potente de los cuatro disponibles en la gama C3. Va acompañado de una caja de cambios manual de cinco velocidades con desarrollos de transmisión largos (ficha técnica). Los recorridos de la palanca de cambios son largos e imprecisos; en algunas ocasiones la marcha parecía que estaba insertada correctamente y no era así —sobre todo con la primera velocidad y con la marcha atrás—.
Este motor tiene fuerza suficiente como para mover con soltura al C3 en ciudad. En esas circunstancias este C3 es muy agradable porque no es necesario hacer patinar el embrague en exceso al salir desde parado, ya sea en llano o en rampas y, además responde de forma rápida al acelerador, lo que facilita moverse entre el tráfico. En autopistas o autovías su potencia puede resultar insuficiente como para realizar determinadas maniobras con seguridad. Le falta fuerza para adelantar en vías de doble sentido o cuando es necesario incorporarse con celeridad a una vía más rápida.
Su carencia de potencia también se nota en las subidas prolongadas —mucho más si se lleva conectado el aire acondicionado o se circula cargada —, donde es necesario recurrir a la caja de cambios, reduciendo una o incluso dos velocidades, para mantener una velocidad constante
Según nuestras mediciones ha sido mucho más lento que otros coches de potencia parecida o ligeramente superior (prestaciones).
En nuestro recorrido habitual de consumo —donde se circula con la marcha mas larga posible, de forma suave y con el aire acondicionado desconectado— ha gastado 7,6 l/100 km según el ordenador de viaje, circulando a una velocidad media de 120 km/h en un recorrido de ida y vuelta por una autopista con algunas pendientes grandes y prolongadas.
En esta ocasión no hemos podido comprobar el error del indicador del ordenador de consumo. En el mismo recorrido, aunque a una media de 117 km/h en lugar de 120 km/h, un Volkswagen Polo 1.4 85 CV DSG (que es más veloz) gastó 6,8 l/100 km —consumo real, no el que indicaba el ordenador—.
HDi 90 CV FAP
El motor HDi de 90 CV, a baja velocidad, es ruidoso —demasiado en frío—, y su funcionamiento es muy áspero. Dista mucho en estos aspectos de otros motores Diesel similares. La parte positiva es que permite callejear con el motor a muy pocas revoluciones ya que no tiene tendencia a calarse y, desde 1.500 rpm, comienza a empujar con fuerza. En carretera, el ruido deja de ser molesto (al menos no es criticable).
Hemos podido conducirlo en las mismas circunstancias que un DS3 HDi 90 —es el mismo motor de 92 CV que reemplazó al HDi 90 en la gama C3 en mayo de 2011—, en una carretera de montaña y bajo una tormenta de agua. El DS3 se notaba claramente más firme, la carrocería se movía menos, pero no podía ir igual de rápido que el C3 (a pesar de la aparente mayor torpeza de este último). La diferencia la daban los neumáticos, Michelin Pilot Exalto en el C3 (205/45 R17) y Michelin Energy Saver (195/55 R16) en el DS3. Esto lo corroboran las mediciones de frenada que hacemos de 120 km/h hasta detener el coche, mejores en el C3 (a igualdad de peso y equipo de frenos).
En esa carretera y circunstancias, el C3 seguía con facilidad la trayectoria que le marcaba con el volante. El control de estabilidad entró pocas veces en funcionamiento —a pesar del agua que había sobre el asfalto— y, cuando lo hacía, no interfería mucho en la conducción ya que actuaba de forma suave y sin frenar bruscamente el coche.
En el recorrido de consumo ha gastado 6,1 l/100 km. Es una cantidad de combustible moderada dado que la media de viaje fue 126 km/h y había más de diez tramos en obras (en menos de 400 km) en los que se circulaba a 60 km/h por lo que en ocasiones la velocidad fue mucho mayor para compensar.
En ciudad y alrededores, tras recorrer 51 km, el ordenador indicaba un gasto medio de 5,9 l/100 km (a una media de 29 km/h). Tanto el velocímetro como el ordenador de viaje son bastante precisos (datos de los errores del velocímetro, cuentakilómetros y ordenador de consumo).
VTi de 120 CV
El motor de gasolina de 120 CV, versión del C3 que condujimos en la presentación, es mucho más suave y algo más silencioso a bajo régimen. Por debajo de 3.500 rpm tiene una respuesta algo pobre, lo que es una desventaja frente a los Diesel en ciudad, que permiten despreocuparse más de la relación de cambio seleccionada para circular con agilidad. En carretera, es más ruidoso.