El Citroën C3 sólo se vende con carrocería de cinco puertas y tiene una distribución del espacio poco habitual.
Es muy alto, ancho en las plazas delanteras y tiene muy poco espacio longitudinal para colocar cómodamente las piernas en las plazas traseras. Si delante no van personas de estatura más bien corta, una persona de más de 1,75 m que se siente en las plazas traseras rozará el respaldo delantero con las rodillas. Y eso teniendo en cuenta que nuestra versión («SX Plus») tiene un rebaje en el respaldo de los asientos delantero; el «X» no lo tiene.
La banqueta está más elevada con respecto al suelo que en un Clio, un Corsa o un 206. Es más fácil encontrar la distancia adecuada entre el volante, el asiento y los pedales que en cualquiera de los tres nombrados anteriormente (siempre y cuando sea preferible ir sentado alto), principalmente porque el volante tiene regulación en profundidad (además de altura). A diferencia del Fiesta, el C3 tiene un cómodo apoyo para el pie izquierdo.
Lo que le falta al C3 son unos asientos mejores; pues la sujeción lateral que tiene es escasa y recoge poco la parte superior de la espalda. Además la espuma del asiento es tan blanda que el cuerpo se mueve constantemente y es muy difícil dar con la postura adecuada.
El maletero es muy amplio, tiene 305 litros de volumen (según sistema VDA). Gran parte de ese volumen se debe a la altura libre: 59 cm; esta medida es superior a lo común en coches de cualquier tipo y tamaño, aunque seguido de cerca por el Rover 25 (304 litros) (tabla comparativa de maleteros). Hay tanta altura libre, en parte, porque el suelo del maletero queda muy bajo con respecto al borde de carga (altura mínima que hay que levantar del suelo un objeto para poder meterlo en el maletero).
La visibilidad es buena en todas las direcciones, aunque algunos conductores les parece que los gruesos montantes delanteros dificultan la visibilidad en curvas. El paragolpes delantero queda muy cerca del suelo y es fácil rozarlo con los bordillos más altos.