Por el momento, hemos conducido brevemente dos versiones de gasolina —PureTech 110 de 110 CV con cambio manual y Puretech 130 (de 131 CV) con cambio automático— y dos Diesel —BlueHDi 100 (102 CV) con cambio manual y BlueHDI 130 (131 CV) con cambio automático—. La impresión general que dejan todos los motores es que tienen un funcionamiento suave y refinado; tanto los Diesel como los de gasolina (que son de tres cilindros) hacen poco ruido y transmiten pocas vibraciones al interior.
El cambio automático es muy recomendable porque realiza las transiciones entre marchas con suficiente rapidez y sin producir tirones. El cambio manual tiene un tacto algo impreciso, al igual que la dirección, porque está muy asistida y no resulta informativa. Al inicio de la conducción, he tenido la sensación de que la palanca de cambios, que va ubicada en una posición alta, queda un poco retirada del cuerpo para las personas de más estatura, que necesitan retrasar el asiento. No me ha costado demasiado acostumbrarme a ella y a la postura de conducción erguida.
Mi sensación es que los motores de 131 CV y el de 110 CV dan un empuje suficiente para circular con agilidad. A falta de probarlos con más detenimiento y con mayor carga en el vehículo, creo que son recomendables frente a los motores menos potentes si se va a circular frecuentemente por todo tipo de vías con varios pasajeros y mucho equipaje; este es el uso para el que ha sido concebido este vehículo.
Conduje una unidad con el motor Diesel de 102 CV unos tres meses después de probar los dos anteriores y no me cupo duda de que la agilidad con que mueve al Berlingo es notablemente menor. Es un motor que funciona con suavidad y entrega la potencia de forma progresiva hasta unas 3500 rpm. Con una persona a bordo y sin equipaje (que es como yo probé esta unidad), se puede mantener una velocidad de unos 120 km/h en autovía sin problemas (incluso en zonas con mucha pendiente) pero las recuperaciones son lentas y los adelantamientos en vías de doble sentido requieren de mucha planificación. Creo que, con el vehículo cargado, la potencia de este motor puede resultar escasa para circular con agilidad entre el tráfico.
La suspensión es efectiva porque aisla bien a los pasajeros de los baches del asfalto y además no permite que la carrocería realice movimientos muy amplios de balanceo. En carreteras de curvas, la conducción no difiere mucho de la que se experimenta en un coche con un ajuste blando de la suspensión, como un Citroën C3.
La unidad con el motor Diesel de 102 CV tenía el nivel de acabado intermedio, Feel, mientras que las otras dos tenían el superior, Shine. El ruido que se percibe desde el interior cuando se circula a alta velocidad es bajo para un vehículo de este tipo, siempre y cuando disponga del nivel de equipamiento Shine. Con el Feel, el ruido aerodinámico producido por el roce de la carrocería y los espejos retrovisores con el aire se escucha a un volumen elevado a velocidad de autovía.