Los intentos de sustituir el motor de combustión del automóvil por un conjunto de motor y baterías eléctricos han tenido siempre un éxito muy limitado.
Su principal ventaja, unas emisiones nulas de gases contaminantes en el vehículo, nunca han compensado sus mayores inconvenientes: prestaciones limitadas, autonomía muy reducida, la necesidad de esperar largos períodos de recarga de las baterías y la limitada vida de éstas.
La alternativa es hacer que la electricidad que vaya a consumir el motor eléctrico sea generada dentro del propio automóvil. Una posibilidad con mucho futuro a medio plazo es la pila de combustible, pero la solución más viable en la actualidad es la que ha dado paso a los vehículos híbridos, cuyo primer exponente ha sido el Toyota Prius.
Aparecido en Japón en diciembre de 1997 y recién llegado a Europa, tiene una carrocería de berlina de cuatro puertas y mide 4,3 metros de longitud. Su sistema de propulsión es un conjunto formado por un motor de gasolina de 1,5 litros, 16 válvulas y 72 CV, y otro eléctrico que puede desarrollar 45 CV, alimentado por un conjunto de 38 baterías que suman un total de 284 voltios. Esto permite que en determinadas ocasiones pueda circular con unas emisiones nulas con el motor eléctrico, sin renunciar a las prestaciones y superior autonomía que el motor de gasolina puede proporcionar. Este sistema, denominado por Toyota como THS (Toyota Hybrid System) resulta además de tamaño muy reducido, lo que permite su instalación en un menor vano motor, dejando un mayor espacio para los pasajeros.
Diseñado en el centro Calty Design Research Inc. que Toyota posee en California, el Prius permite desplazar a cinco personas con unas prestaciones comparables a las de automóviles convencionales de potencia similar (160 km/h de velocidad máxima y 13,4 segundos para pasar de 0 a 100 km/h), un consumo medio de 5,1 litros a los 100 km y unas emisiones muy bajas que le permiten cumplir con la futura norma Euro 4 europea y encuadrarse en la categoría SULEV (Super-Ultra-Low Emission Vehicle) promulgada por el estado de California con la sola ayuda de un catalizador de tres vías. El gobierno de ambos motores resulta totalmente automático, lo mismo que la transmisión, de modo que el Prius requiere un manejo idéntico al de cualquier automóvil clásico con cambio automático.
El equipamiento también resulta comparable al de otras berlina de su tamaño, e incluye elementos como el ABS con reparto electrónico de frenada, dirección asistida eléctrica y doble airbag frontal. Toyota ofrece una garantía de 5 años o 100.000 km, acompañada de un servicio de asistencia en carretera prestado por personal específicamente adiestrado.
Todas las novedosas características del Prius se traducen en un precio alto: 3.950.000 pts, muy por encima de lo que cuestan berlinas de mayor tamaño y prestaciones comparables. Es por ello por lo que su mercado es principalmente empresas u organismos que vean en él una forma de proyectar una imagen innovadora y de compromiso con el medioambiente.
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