Alfa Romeo, una de las marcas con más carisma y tradición deportiva, ha cumplido 90 años. Su historia está llena de altibajos, buenos momentos junto a otros pésimos, pero siempre con el denominador común de la orientación «deportiva» que se intenta dar a todos sus modelos, con mayor o menor éxito.
Hay pocas marcas que despierten tanto interés como Alfa Romeo, hasta el punto de que tiene un gran número de clubes de aficionados por todo el mundo. Sus miembros se consideran «Alfistas», es decir, «aficionados con especial pasión a la marca Alfa Romeo».
La fogosidad que despierta en los aficionados es tan grande como la incomprensión que este fenómeno produce en los «no iniciados». Curioso fenómeno, que atrae a gente dispuesta a perdonar todos los fallos y problemas, mientras esas mismas características producen en otras personas un rechazo hacia la marca de, al menos, la misma intensidad.
Probablemente en contra de su voluntad, Alfa Romeo depende de sus fieles. Los intentos de vender coches a clientes que no son alfistas, de momento, no han dado el resultado apetecido.
Esto es un repaso a la historia de Alfa Romeo para, sin afán de ser exhaustivos, ver algo de lo que hay en la marca del Biscione y el Quadrifoglio.
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