Si duda no adelante pero, si adelanta, no dude. Si considera que se ha equivocado, debe decidir de una vez si abortar el adelantamiento o terminarlo. Cambiar de opinión varias veces cuando circula en paralelo con otros coches es de las peores cosas que puede hacer en ese momento.
Si circula en paralelo con el coche al que iba a adelantar y se encuentra con que no puede hacer el adelantamiento por cualquier causa, y decide abortar el adelantamiento y volver a colocarse detrás del coche que iba a adelantar, cuente con que lo más probable es que el coche al que iba a adelantar también frene. Tenga presente que deberá frenar mucho más que él.
Si se adelanta en curva, hay que contar con que el coche que va por dentro recorre menos distancia, con lo que la diferencia de velocidad debe ser aún mayor que en recta.
Si usted es a quien van a adelantar, en circunstancias normales todo lo que tiene que hacer es mantener una velocidad constante; no es necesario que frene.
Si cree que el conductor que lleva detrás no va a poder hacer el adelantamiento indíqueselo (ponga el intermitente a la izquierda) pero no se lo impida.
Si el conductor que realiza el adelantamiento se ha equivocado, es mejor que espere a que tome una iniciativa antes de decidir qué hace usted; de lo contrario, es posible que los dos frenen y sigan en paralelo. Si él continúa con el adelantamiento, frene; si él decide frenar, acelere para dejarle hueco detrás de usted. Si el conductor que adelanta no toma ninguna iniciativa, frene lo más que pueda.
Si usted circula frente a un coche que está adelantando, mantenga una velocidad constante. Lo que hay que tener en cuenta, antes de hacer cualquier otra cosa, no es si el coche que viene de frente está «cerca» o «lejos», sino la diferencia de velocidad con relación al coche que está adelantando. Eso es imposible verlo de un vistazo, hacer falta tiempo para determinar con qué velocidad se desplazan.
Si finalmente piensa que el coche que adelanta va a tener dificultades para acabar el adelantamiento, arrímese suavemente a la derecha (nada de volantazos) y desacelere. Disparar una rápida sucesión de ráfagas es inútil, cuando no contraproducente. Si no le ha visto, no lo va ver por muchos fotones que le envíe. Si le ha visto, es completamente inútil que —además— le encienda las luces.
En ese caso, lo mejor es alterar lo menos posible al conductor que se ha equivocado, para que pueda resolver la situación de una manera satisfactoria para todo el mundo (incluido usted). Si quiere dar lecciones de seguridad vial con la bocina, gesticular o citar a sus antepasados, es mejor para todos que lo haga cuando ya no haya peligro.
Ni adelantar es un mérito, ni ser adelantado es un desprestigio. |