Relataba hace poco la jefa de prensa de una marca de coches que algún periodista se le había quejado: "Me estáis haciendo la competencia. Vuestra información de prensa, que antes sólo me llegaba a mí y a los colegas, ahora está disponible para todo el mundo a través de Internet. La publicáis antes que yo y más completa".

Un buen ejemplo de esa anticipación y derroche de medios se ha vivido en el reciente Rally de Montecarlo: Las marcas implicadas en la carrera ofrecían una información excelente. Las dos mejores: Mitsubishi y Ford. En sus webs de carreras aparecen los tiempos de los tramos en tiempo real, las condiciones meteorológicas y estado del piso (Mitsubishi) y comentarios de los pilotos poco después de que acabara cada tramo (Ford). Una delicia.

De esas fuentes y de alguna llamada por teléfono hemos obtenido la base de nuestra información. Para qué ocultarlo. Hemos estado cotejando todas las fuentes originales (Mitsubishi, Ford, Subaru, Seat, Skoda, Michelin, y la FIA) para informar en tiempo real de lo que ha pasado en el Rally.

¿Cuál es el papel de un periodista en este contexto? El mismo de siempre. Informar, que significa informar también sobre los competidores, aunque sean tan grandes y potentes como las marcas de coches, o las telecos de la competencia. 

También es nuestro trabajo buscar enfoques diferentes. Por ejemplo, nuestro seguimiento del Rally de Montecarlo, en tiempo real, se parece más al de una agencia de noticias que al de un medio tradicional dirigido al público. En este caso, la inmediatez de la Internet, obliga a contar todo lo que sucede. Todo es noticia, porque acaba de ocurrir.

Es la retransmisión en directo de todo un rally. Los tiempos de cada especial, lo que dicen los pilotos, lo técnicos, los organizadores. Todo, tramo a tramo, como lo vive un periodista en la sala de prensa. La sala de prensa en que se ha convertido cualquier ordenador conectado a la red. Para los rallies no hay otro medio mejor que la Internet y por ello les dedicaremos todo nuestro esfuerzo.

La Fórmula Uno, el Mundial de Motociclismo y en general las carreras sobre circuito tendrán tratamiento distinto. La televisión es un medio mucho más adecuado para seguir esas carreras en directo. Por ello, aunque estaremos pendientes de su evolución, no dedicaremos nuestros esfuerzos a informar de lo que suceda en los circuitos cada minuto.

El tratamiento de la prueba de un coche es completamente diferente. Ofrecemos los datos que obtenemos con nuestros instrumentos de medida (esos que no proporcionan las carpetas de prensa entregadas por las marcas) y opinamos sobre aspectos como la estabilidad, el ajuste de las piezas o la calidad de los materiales. Pero las fotos, por ejemplo, que ya están disponibles en las webs de las marcas, no las vamos a repetir. Una o dos fotos por prueba, será suficiente. Para ver las fotos están los enlaces.

Cuando acudamos al Salón del Automóvil de Ginebra, tendremos que buscar también un tratamiento adecuado a este medio. Y así para todo.

Bienvenida la competencia de las marcas al feudo tradicional de los periodistas. Cuanta más competencia mejor. Si nosotros supiéramos fabricar coches y venderlos, nos tendrían ahí. De momento, nos conformaremos con escribir las críticas.