El Subaru Outback es un derivado del Legacy familiar, adaptado al uso fuera de carretera, que hasta ahora tenía únicamente un motor de cuatro cilindros y 2,5 l. Ahora hay un motor nuevo de seis cilindros, 3 litros de cilindrada, 24 válvulas y 209 CV de potencia máxima. Este motor le da más capacidad de aceleración en carretera (en campo no le hacía falta), a costa de aumentar (en torno a un diez por ciento) un consumo que ya era alto. Con este motor, Subaru varía su estrategia para conseguir motores potentes; hasta ahora sólo tenía motores de cuatro cilindros y, cuando tenían que ser muy potentes, con turbocompresor. Tanto del Impreza como del Legacy fabrica una versión de 2 litros de cilindrada y 280 CV.
El nuevo motor, como casi todos los que usa Subaru, tiene los cilindros dispuestos horizontalmente, en este caso con dos filas de tres cilindros opuestos. Esta configuración de los cilindros da una regularidad de funcionamiento que sólo iguala el seis en línea y el V12 a 60°; de hecho, este motor tiene un cigüeñal igual al de un seis en línea (seis codos y siete apoyos). Otra ventaja del motor horizontal de cilindros opuestos es que queda ligeramente más bajo que uno de cilindros en línea que esté vertical o inclinado. Es un motor completamente nuevo, con una longitud sólo 20 mm superior al cuatro cilindros, algo de lo que Subaru está muy satisfecha.
Lleva un sistema de admisión variable, con un colector de gran longitud por debajo de 3.700 rpm y más corto por encima de ese régimen. Lo curioso es que también tiene un colector de escape variable, con una válvula que puede cambiar su volumen. En conducción urbana, por ejemplo, está cerrada y cuando trabaja con más carga o régimen se abre y aumenta el volumen. La potencia máxima es 209 CV a 6.000 y el par máximo 282 Nm a 4.400 rpm 282. Este motor tiene necesariamente una caja de cambios automática de cuatro velocidades.
La suspensión tiene una altura constante sobre el suelo de 20 cm, mucho para un turismo; esta altura no disminuye con la carga. Tiene un control de estabilidad (Subaru lo llama VDC) que no sólo actúa sobre los frenos y el motor para dirigir al coche en caso de pérdida de adherencia, también modifica el reparto de fuerza entre los dos ejes, a través del diferencial central.
No he llevado éste coche, pero sí el 2,5 de cuatro cilindros. Es un coche con una capacidad de maniobra en campo sorprendente, limitada porque sus voladizos son muy grandes. Tiene reductora, pero sirve de poco porque apenas reduce; con la tracción tal y el motor de 2,5 nunca falta fuerza para subir y, en cambio, para bajar puede hacer falta más retención. Lo mejor del Outback en campo es lo cómodo que resulta, porque la suspensión absorbe mucho las irregularidades del suelo.