Se puede reconocer a un Cupra de diversas formas. Una de ellas es el nuevo escudo con este nombre, mucho más discreto que el letrero del anterior Cupra. La rejilla tiene forma de panal, los faros un cerco de color titanio y faldón delantero es más grande e integra los faros antiniebla. En la parte lateral destacan los estribos más bajos y en la de atrás la salida de escape, doble y cromada. Los paragolpes están pintados y tienen, en cada esquina, una protección de color gris oscuro. Las llantas (6 x 16) son nuevas, de aluminio, con cinco brazos y pintadas de color titanio. Tras ellas se puede ver una pinza de freno exactamente igual que la del anterior Sport, pero ahora pintada de rojo.
La tapicería tiene un tejido nuevo llamado Cupra, salvo que se encargue la de cuero, o la mixta de cuero y Alcantara. La instrumentación tiene fondo blanco (ninguna ventaja práctica) y el volante -de tres radios- un diseño distinto al del Sport que se vendía anteriormente.
También son nuevos los pedales, de aluminio y con una forma que los hace muy resbaladizos. Normalmente los pedales de aluminio, si no son planos, sí tienen una textura que les da muy buen agarre. Estos son de aluminio finamente pulido, muy convexos, están cubiertos de semicircunferencias que limitan la superficie de contacto y -además- dificultan la maniobra de punta-tacón.
SEAT dice que el Cupra es un «4+1» plazas, con lo que se refiere a que la plaza central trasera sólo vale para viajes muy cortos, por su tamaño y forma. Ha dispuesto unos asientos traseros que sujetan muy buen a dos pasajeros, a costa de ser muy incómodos para tres.