Este modelo es una actualización del Insignia (2017). Los cambios de mayor relevancia están en la gama de motores y en el equipamiento, aunque también los hay, en menor medida, de diseño. Afectan a las dos principales variantes de carrocería: cinco puertas o Grand Sport y familiar o Sports Tourer, que tratamos por separado en este artículo.
El Insignia Grand Sport está en venta desde 27 150 euros (todos los precios). Este precio corresponde con el motor Diesel de 122 caballos. Con motor Diesel de 174 caballos cuesta un mínimo de 33 450 euros, ligeramente más que la versión equivalente de un Renault Talisman (desde 33 089 euros) y más barato que un Peugeot 508 (desde 34 400 euros) o un Mazda6 (desde 36 175 euros; ficha técnica comparativa). Listado, ordenado por precio, de turimos de entre 4,7 y 5,0 m de longitud, con motor Diesel y potencias comprendidas entre 160 y 190 caballos.
El Insignia Grand Sport mide 4,90 metros de longitud y el Sport Tourer, 4,91. Por lo tanto, es de mayor tamaño que todas sus alternativas, entre las que también están el Ford Mondeo, el Škoda Superb o el Volkswagen Passat. Es un coche grande y eso tiene algunos inconvenientes, como que puede ser algo más difícil de aparcar que el resto en algunas plazas de garaje. El espacio interior es acorde en algunas cotas, como la anchura entre hombros, pero no es destacable en otras, como espacio libre al techo. Tabla de mediciones del interior.
Lo mejor del Insignia es la calidad que transmiten la suspensión y el tacto de la dirección. Dinámicamente es muy equilibrado; es ágil, cómodo y da una sensación de control elevada. Hay otros mejores en algunos apartados, como el Ford Mondeo en aislamiento acústico, aunque el Insignia no se queda lejos. El interior no es lujoso, pero está cuidado y bien ensamblado, por lo que deja buena impresión. Además, tiene elementos agradables, como los asientos opcionales AGR (son las siglas de una asociación alemana de espalda sana), que son particularmente confortables.
La gama de motores es nueva casi por completo y tiene un consumo homologado inferior. Inicialmente hay dos Diesel (122 y 174 CV) y dos de gasolina (170 y 200 CV; este último con desactivación de cilindros). En función del motor seleccionado, el cambio puede ser manual de seis velocidades, automático de ocho (para los Diesel) o automático de nueve (para el gasolina), ambos de tipo convertidor de par. Hay otro motor de gasolina (230 CV) asociado a la versión depotiva GSi que, de momento, no está disponible (estamos a la espera de que Opel nos diga si llegarán a nuestro mercado). Prueba del Insignia GSi (2018).
Versión | CV | Cambio | Tracción |
Gasolina | |||
2.0 Turbo | 170 | Manual 6 vel. | Delantera |
2.0 Turbo | 200 | Automático 9 vel. | Delantera |
2.0 Turbo* | 230 | Automático 9 vel. | Total |
Diesel | |||
1.5D | 122 | Manual 6 vel. / Automático 8 vel. | Delantera |
2.0D | 174 | Manual 6 vel. / Automático 8 vel. | Delantera |
*No disponible en la actualidad
En una jornada de prensa he probado dos unidades de Insignia Sports Tourer; una con el motor Diesel de 174 CV y otra con el de gasolina de 200 CV, ambos con cambio de marchas automático. La prueba ha durado poco tiempo y ha sido en condiciones poco propicias para sacar conclusiones sobre ellos, pero, en conjunto, me ha gustado más el de gasolina. Un motivo es que funciona con mucha suavidad, mientras que el Diesel es más rumoroso de lo normal a baja velocidad y en períodos de aceleración. Las prestaciones del de gasolina también son claramente superiores a las del Diesel (ficha comparativa).
El cambio de nueve marchas del motor de gasolina realiza las transiciones con mucha suavidad, mientras que el de ocho marchas del Diesel parece más tosco porque, sobre todo a baja velocidad, hace que el coche avance a tirones. El consumo de ambos me ha parecido normal para las características del coche: en un trayecto de 30 km por una autovía sin desniveles y con tráfico, a velocidad de entre 100 y 120 km/h, el Diesel ha rondado los 5,5 l/100 km y el gasolina los 7,5 l/100 km.
El sistema de tracción total, únicamente presente en la versión más potente de la gama (GSi 2.0T de 230 CV), la que aún no se vende, es el mismo que tenía el modelo anterior. Funciona mediante dos embragues que acoplan, en mayor o menor medida, cada una de las ruedas y que hacen las veces de diferencial trasero. Este sistema, desarrollado por GKN, permite gestionar de manera independiente el par en cada rueda y utilizarlo para intervenir sobre la trayectoria del coche para conseguir un paso por curva más rápido.
El maletero del Insignia de cinco puertas es de 490 litros, que es un dato normal para un coche de este tamaño (listado, ordenado por volumen de maletero, de turismos entre 4,8 y 5,0 metros de longitud y hasta 40 000 euros). Más información sobre el habitáculo y el maletero en las Impresiones del interior del Opel Insignia 2017.
La novedad de equipamiento más importante con respecto a la gama anterior está en los faros matriciales de ledes, que ahora tienen una superficie de alumbrado mayor y reaccionan de manera más rápida y precisa (son de serie desde el nivel de equipamiento Business Elegance). Cada uno de estos faros tiene 84 ledes (por 16 del modelo anterior) distribuidos en tres filas y adaptan el alcance, la anchura y la intensidad del haz en función de la información recibida por tres unidades de control, una de ellas conectada con la cámara frontal y otras dos integradas en cada uno de los faros. De esta manera, pueden crear zonas de sombra para no deslumbrar a los vehículos que vienen de frente y a los que circulan por delante. Los faros del Insignia anterior ya eran muy buenos.
Otra novedad importante está en el sistema de alerta de tráfico cruzado al circular marchas atrás, que ahora añade función de frenada automática y detección de peatones (además de vehículos). Dicho sistema funciona gracias a los sensores de radar de la parte posterior del vehículo y, según Opel, es capaz de detectar obstáculos en movimiento hasta a 20 metros de distancia y en un ángulo de 90 grados. La cámara posterior de aparcamiento ahora da una imagen de mayor calidad.
Los sistemas de seguridad y ayuda a la conducción que ya estaban y siguen estando disponibles son, entre otros, el de frenada de emergencia en ciudad con reconocimiento de peatones, otro de mantenimiento de carril, el programador de velocidad activo, el detector de objetos en el ángulo muerto, el sistema de aparcamiento semi automático o el detector de algunas señales de tráfico. También forman parte de la lista de equipamiento el Head-up Display, el portón con apertura y cierre automáticos para la variante Sports Tourer (la familiar), los asientos ergonómicos con certificación AGR o una suspensión adaptativa con hasta cuatro niveles de ajuste (Estandar, Tour, Sport y Competition; este último solo en la versión no disponible de 230 CV).
Hay tres sistemas multimedia: Multimedia Radio, Multimedia Navi y Multimedia Navi Pro. Todos ellos son compatibles con Android Auto y CarPlay, pero solo el último tiene servicios adicionales mediante conexión a Internet (estado del tráfico en tiempo real, actualizaciones de mapas o navegación predictiva). Los menús de los tres sistemas han sido renovados y ahora tienen un aspecto algo más moderno, aunque no me ha dado tiempo a comprobar si las diferencias son muy grandes.
Los cambios de diseño respecto al modelo precedente son muy pequeños y se concentran principalmente en la parte frontal del vehículo (imagen del Insignia 2020 e imagen del Insignia 2017). Es nuevo el parachoques (especialmente en la parte inferior del mismo), la parrilla y los faros antiniebla. En la parte posterior, Opel únicamente ha añadido unas salidas de escape más grandes (imagen e imagen).
Los niveles de equipamiento disponibles (hay seis) también tienen una denominación distinta. Se llaman GS Line, Edition, Business Edition, Business Elegance y GS Line Plus. Desde el Insignia más básico, son de serie elementos como los sensores de aparcamiento o unos faros que realizan todas sus funciones mediante ledes y tienen una función de luz de carretera automática, entre otros.
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