En el Opel GT pueden ir dos personas altas en su interior sin que el techo o el marco del parabrisas quede cerca de la cabeza. La anchura también permite que dos personas anchas se acomoden sin que rocen entre sí o con las puertas. En el Opel GT hay más espacio que en un Mazda MX-5 y mucho más que en el anterior Opel Speedster.
La posición de conducción es la típica de los roadster con motor central delantero. El asiento va cerca del suelo, las piernas estiradas y la cadera prácticamente sobre el eje trasero. La posición al volante no es mala pero podría ser mejor si el volante tuviese ajuste longitudinal además de vertical. Esa carencia es común en coches americanos; constituye un inconveniente menor en los coches de cambio automático, pero no en este caso.
Detrás de los reposacabezas hay una barra para proteger a los ocupantes en caso de vuelco (disimulada por la tapa del maletero, imagen) aunque, dado lo poco que sobresale, sería poco eficaz en caso de vuelco para personas relativamente altas. En esta foto se puede ver que la cabeza de una persona de más de 1,90 m queda fuera de la línea imaginaria que une el marco del parabrisas con lo que sería el extremo superior de la barra antivuelco.
El cuadro de instrumentos tiene una pantalla digital en la que se puede ver la temperatura del líquido refrigerante del motor, la presión del turbocompresor, un indicador de la vida que le queda al aceite y la información del ordenador (dos contadores parciales de distancia, consumo y velocidad media).
Ningún coche de este tipo se caracteriza por ser muy cómodo para un uso diario; el Opel GT es especialmente poco funcional.
Prácticamente no hay huecos a mano para depositar objetos. No hay bolsas en las puertas, ni ningún hueco en la consola; el cenicero es tan pequeño que no entra el mando a distancia del garaje. El teléfono, las llaves y la cartera se pueden dejar en unas bolsas que hay en el extremo de las banquetas (hechas con el propio tapizado del asiento).
Hay una guantera (pequeña), pero para el conductor está lejos y llegar a ella es difícil porque estorba el túnel donde van montados el freno de mano y la palanca de cambios. Hay otro cajón con tapa entre los respaldos de los asientos, pero también es muy poco accesible porque hay que girar mucho el tronco para llegar a él.
El maletero mide 157 l cuando el techo está sobre la carrocería y 66 l cuando está guardado. En volumen es pequeño, y además, tiene una forma muy poco aprovechable: los 67 l que quedan para depositar objetos resultan de una forma alargada que hay entre la capota y borde trasero de la carrocería. Por su forma no hay manera de meter una maleta de las que entran en la cabina de un avión. Opcionalmente se puede adquirir como opción de concesionario un bolso y una maleta muy pequeña, específicas para este modelo.
Para plegar el techo, primero hay que soltarlo del marco del parabrisas mediante una palanca, después soltar los tirantes que lo unen a la tapa del maletero (que se liberan automáticamente pulsando un botón del mando a distancia), levantar la tapa del maletero (manualmente) y desplazar el techo hasta su alojamiento dentro del maletero.
Para colocar el techo sobre la carrocería, es necesario un paso más: abrochar a mano los tirantes de la parte trasera del techo sobre unos agujeros que hay la tapa del maletero (imagen). También requiere tener cierta fuerza y algo de maña (el techo tiene unos pivotes que hay que meter dentro de unos agujeros en el marco y no siempre coinciden a la primera).
La calidad de fabricación de los materiales del interior es pobre, pero esto ya no me parece un inconveniente porque probablemente utilizar plástico barato ha sido una necesidad para conseguir que el Opel GT tenga un precio bajo (un interior con unos recubrimientos semejantes a los de un Opel Corsa hubieran preferibles). El aspecto del interior no me parece preferible al de otros modelos fabricados en EEUU.
El sistema de aire acondicionado tiene una capacidad muy grande para enfriar el habitáculo, si es preciso.