El sistema de propulsión del Opel Ampera es exactamente el mismo que el del Chevrolet Volt, de cuyo artículo reproducimos parte de esta información.
El Ampera tiene dos máquinas eléctricas y un motor térmico. Una de esas máquinas, la de mayor potencia (111 kW), funciona siempre como motor —Opel lo llama "impulsor"—, mientras que la otra (55 kW) funciona como motor y generador. Opel utiliza un engranaje epicicloidal para transmitir la fuerza de los diferentes motores a las ruedas, en función de la situación de conducción. Hasta aquí, el sistema es igual que el de un Toyota Prius.
La diferencia es que el Toyota Prius utiliza la propia fuerza o resistencia de los motores eléctricos para variar las relaciones de giro y cambiar así entre los distintos modos de funcionamiento (más información sobre el sistema de transmisión del Toyota Prius), mientras que Opel y Chevrolet usan unos embragues que conectan o desconectan distintos elementos del engranaje epicicloidal (explicación sobre cómo funciona un engranaje epicicloidal).
El motor impulsor está conectado al planeta y el portasatélites a las ruedas (a través de una reducción con engranajes). El sistema de propulsión tiene cuatro modos de funcionamiento.
Para cambiar entre los diferentes modos hay tres embragues. Uno bloquea la corona (C1 en la imagen), otro conecta la corona al generador (C2) y el tercero conecta el motor térmico al generador (C3).
En el gráfico de la izquierda se ven todos los elementos anteriores y cómo van enlazados entre sí.
Funcionamiento con la batería cargada
Los dos primeros modos de funcionamiento corresponden a cuando el motor térmico está apagado porque la batería tiene carga suficiente como para funcionar en modo exclusivamente eléctrico.
Cuando se circula a velocidad baja, se activa el embrague que bloquea la corona y se hace funcionar el motor impulsor. Esto provoca un movimiento de los satélites y del portasatélites, que a su vez impulsa las ruedas.
Cuando se circula a mayor velocidad, se activa el embrague que conecta la corona con el generador. En este modo de funcionamiento tanto el impulsor como el generador trabajan para mover las ruedas. Como el generador hace girar la corona, el impulsor puede girar a menor velocidad, lo que aumenta el rendimiento del sistema (la eficiencia de los motores eléctricos desciende cuando se acercan a su límite máximo de giro). Según Chevrolet, este aumento de rendimiento hace que la autonomía crezca en hasta dos millas (3,2 km).
Batería con poca carga. Motor térmico en funcionamiento.
En los otros dos modos de funcionamiento el motor térmico está en marcha, porque el nivel de carga de la batería ha llegado al mínimo.
A velocidad baja el motor eléctrico de impulsión hace toda la fuerza para mover las ruedas, mientras que la batería y el generador, movido por el motor térmico, proporcionan la electricidad al motor impulsor a través del inversor. En este modo de funcionamiento la corona se bloquea y el motor térmico se conecta con el generador con los embragues correspondientes.
A velocidad alta, el generador (movido por el motor térmico) produce electricidad para que funcione el impulsor y, además, mediante el bloqueo del embrague correspondiente, mueve también la corona.
Según Chevrolet (no tenemos información de Opel), la estrategia de combinar los dos motores eléctricos y el térmico ha hecho que se alcance una eficiencia entre 10 y 15 por ciento mayor que la que se obtendría con un solo motor eléctrico.