El Mazda CX-80 es un SUV de cinco metros de longitud y seis o siete plazas. Hay dos versiones, una con etiqueta ECO —Diesel de seis cilindros con 254 CV con hibridación ligera— y otra con la de 0 emisiones —híbrida enchufable de 328 CV—. Ambas tienen tracción total y una caja de cambios automática de ocho relaciones. El precio de partida es casi idéntico: 56 544 y 56 748 € respectivamente (listado de precios del Mazda CX-80)
El CX-80 es un CX-60 alargado, pero no con un voladizo trasero más largo para dar cabida a la tercera fila de asientos, sino con una batalla que mide 3,12 metros en vez de 2,87 (ficha comparativa), justo los 25 centímetros de diferencia que hay entre la longitud de los dos modelos. Esa batalla es mayor que la de cualquier otro SUV de su tamaño.
Mazda ha hecho un coche con buena presencia y un interior acogedor (especialmente con la tapicería clara). Los ajustes están cuidados (aunque hay detalles a mejorar) y tiene una característica que puede ser del agrado de algunos conductores: la pantalla multimedia no es táctil (una rareza hoy en día, aunque no es del todo cierto, en las impresiones del interior lo explico) y el climatizador cuenta con sus propios mandos.
Para la segunda fila de asientos del CX-80 hay tres configuraciones distintas que dan lugar a versiones de seis o siete plazas. La de serie es una banqueta corrida con tres plazas (imagen), mientras que las configuraciones de seis plazas mediante dos asientos individuales sólo se puede pedir con el equipamiento Homura (los dos asientos separados) y Takumi (separados por una consola; imagen). La configuración de seis plazas es opcional sin coste excepto con el equipamiento Takumi, en el que cuesta 850 € porque incluye una consola entre los asientos, además de ventilación.
La tercera fila es siempre de dos plazas individuales que se pueden guardar bajo el piso del maletero cuando no se usan (imagen). Me ha parecido que son unas plazas con un acceso complicado y utilizables, principalmente, por los niños, ambas cosas habituales en este tipo de coches. Aun con ello hay más espacio para un adulto que en un Audi Q7 o un Volvo XC90, y similar al que ofrece un Hyundai Santa Fe.
La capacidad del maletero varía en función de las filas de asientos utilizadas y de la posición en la que se encuentre la segunda (tiene ajuste longitudinal, así como del ángulo de inclinación de los respaldos). En el mejor de los casos —dos filas de asientos; estando los de la segunda completamente adelantados— tiene 687 litros y en el peor —tres filas de asientos en posición de servicio—, 258. Son datos normales, dentro de la media.
Versiones
De la versión Diesel E-Skyactiv D de 254 CV se podría decir que es algo casi exclusivo porque Mazda emplea un motor de seis cilindros en línea de reciente creación. No es la primera vez que mazda va contracorriente, desarrolló sus motores Skyactiv de 2,2 litros y cuatro cilindros en plena época de la reducción de cilindros y cilindrada. El motor Diesel está asistido por un motor eléctrico de 17 CV que ayuda a iniciar la marcha y sirve de apoyo en algunas circunstancias. Este motor está conectado a una segunda red eléctrica de 48 voltios con su correspondiente batería adicional.
La versión 2.5 E-Skyactiv PHEV es híbrida enchufable. Mazda combina un motor de gasolina atmosférico de cuatro cilindros y 2488 cm³ de 192 CV con uno eléctrico de 175 CV. El resultado del trabajo conjunto es una potencia máxima de 328 CV. Es por tanto más potente que el Diesel pero el par máximo es 50 Nm menor (500 Nm).
El motor eléctrico se alimenta de la energía almacenada en una batería de iones de litio que tiene una capacidad de 17,8 kWh y un peso de 175 kg. La autonomía homologada haciendo uso exclusivo de esta fuente de energía es de 60 kilómetros.
Durante la presentación he conducido precisamente esta versión, el CX-80 2.5 E-Skyactiv PHEV. Es un coche que, a pesar de sus cualidades, no iguala a otros como un BMW X5 en aspectos como el filtrado de la suspensión o el ruido. O en la sofisticación del equipamiento. Pero esas diferencias se diluyen cuando se tiene en cuanta que un X5 PHEV cuesta 102 000 euros, casi lo que valen dos CX-80.
Aunque este modelo es casi idéntico al CX-60, construido sobre una misma plataforma modular con mayor distancia en el conjunto que va entre los ejes de ruedas, Mazda ha llevado a cabo algunos cambios para mejorar el confort. La suspensión delantera —un doble trapecio— tiene modificaciones en la geometría; la trasera —un conjunto multibrazo— cuenta con muelles y amortiguadores menos firmes y se ha eliminado la barra estabilizadora.
Al sistema híbrido le pasa lo que a otros, como el Audi Q7: si de repente se pisa el acelerador a fondo, hay un retraso notable hasta que el cambio selecciona la marcha adecuada y se produce la entrega de potencia demandada. En el resto de ocasiones, el sistema cumple correctamente ayudado por una transmisión de ocho marchas (que no es de convertidor de par ni de doble embrague, sino un multidisco) que hace las selecciones con suavidad. También se emplean casquillos diferentes y la dirección está más asistida.
Alternativas
El CX-80 cuesta unos 3000 euros más que el CX-60 a igualdad de motor y nivel de equipamiento (ficha comparativa).
Mazda hace frente con el CX-80 a modelos como el Audi Q7, el BMW X5, el Mercedes-Benz GLE, el Toyota Highlander o el Volvo XC90, entre otros (listado). Pero de todas esas, sólo hay una que ofrezca siete asientos y un sistema hibrido enchufable, el Volvo XC90 T8, cuyo precio de partida es de 91 150, un 50 % superior. Si el número de plazas no importa, hay mucho coche para elegir (listado).
En el caso del E-Skyactiv D hay más alternativas de siete plazas, pero todas cuestan considerablemente más (la menor diferencia es de 16 000 euros; listado).
Equipamiento
Los niveles de equipamiento se llaman Exclusive-line, Homura y Takumi. Además hay cuatro paquetes de equipamiento: Comfort y Driver Assistance (sólo para Exclusive-line), Convenience & Sound y Techo solar panorámico. Para disponer de portón eléctrico o del techo solar hay que adquirir dos de estos paquetes porque no vienen de serie con ninguno de los niveles. Cuando se montan los cuatro paquetes, Mazda añade la denominación Plus a cada uno de los niveles de equipamiento (Exclusive-line Plus, Homura Plus y Takumi Plus).
El CX-80 Exclusive-line tiene los pasos de rueda y el perímetro inferior de la carrocería sin pintar y tapicería de tela. Los asientos delanteros cuentan con regulación manual y calefacción. Las versiones Homura y Takumi tienen faros matriciales y tapicería de cuero Napa (negro en el Homura, blanco en el Takumi). La carrocería tiene elementos en negro (Homura) o cromados (Takumi)
El sistema multimedia es el mismo del CX-60, con pantalla de 12,3 pulgadas (imagen), pero ahora incluye tres nuevas funcionalidades: un control por voz mediante el asistente Alexa (de Amazon), un sistema de navegación «mixto» que combina los datos de la cartografía guardados en una tarjeta de memoria con los que recibe de manera inalámbrica y un sistema de ayuda para el enganche de un remolque que proyecta imágenes en la pantalla y superpone una serie de guías e indicaciones para facilitar la tarea.
En el apartado de los asistentes de la conducción, el CX-80 lleva los mismos que en el CX-60, pero algunos de ellos han sido mejorados. La función de guiado automático que combina el funcionamiento del programador de velocidad activo con el de mantenimiento de carril, por ejemplo, ahora incluye una función llamada «Unresponsive Driver Support» que alerta al conductor si éste conduce de manera errática o suelta las manos del volante durante un tiempo determinado (desconocemos si también actúa sobre frenos o dirección). También ha sido mejorado el sistema de frenada de emergencia en ciudad, que ahora también actúa en cruces cuando viene un coche en sentido contrario.
Para la carrocería hay nueve colores: Arctic White, Crystal Blue, Deep Crystal Blue, Jet Black, Machine Grey, Platinum Quartz, Soul Red Crystal, Artisan Red y Melting Copper (estos dos últimos son nuevos). Las llantas son de 20 pulgadas en todos los niveles de equipamiento.