El motor turbodiésel de seis cilindros en línea y 2.926 cm³ que lleva el Range Rover es de BMW, el mismo que el fabricante alemán utiliza en el BMW X5 3.0d (y también en las berlinas 330d y 530d). A diferencia de ellos, el que lleva el Range Rover tiene un poco menos de potencia y par: 177 CV a 4.000 rpm (184 CV en el X5 3.0d) y 390 Nm a 2.000 rpm (410 Nm entre 1.750 y 3.200 rpm en el BMW X5).
Su motor de inyección directa con culata de cuatro válvulas por cilindro y conducto común es idéntico, comparte el mismo turbocompresor de geometría variable, intercooler y centralita electrónica (Bosch DDE 4.0), pero el mapa de gestión es diferente. Según nos comentan en Land Rover, la política de BMW es que todos los motores que ceden a otras marcas deben tener menos potencia y par (ocurre también con el Opel Omega 2.5 DTI).
En el Range Rover tiene un buen funcionamiento, pero debe tirar de mucho peso (2.485 kg según la ficha técnica homologada) y vencer una resistencia aerodinámica alta (factor de resistencia 1,12). Teniendo en cuenta su desfavorable relación entre peso y potencia (13,75 kg/CV), la capacidad de aceleración y recuperación del Range Rover Td6 es buena, aunque la sensación subjetiva es de que el coche es pesado y no corre mucho. Su enérgica respuesta desde bajo régimen lo hace más rápido en recuperaciones de lo que cabría esperar en un coche así.
El buen funcionamiento del motor y la correcta elección de los desarrollos de transmisión han permitido a nuestra unidad de pruebas subir hasta el régimen de potencia máxima (4.000 rpm) en la marcha más larga (5ª velocidad), lo que supone una velocidad máxima de 182 km/h (179 km/h es la declarada por el fabricante). En las primeras marchas es capaz de subir con facilidad hasta 4.750 rpm, un régimen alto para tratarse de un motor Diesel.
El consumo medio homologado ya es alto (11,3 l/100 km), y en las mediciones que hemos realizado lo es todavía más. Por carretera y ciudad, con un estilo de conducción tranquila (sin superar 120 km/h en carretera), el consumo ha sido 13,2 l/100 km.
Con una conducción más ágil, el consumo medio sube hasta 14,9 l/100 km. En conducción a fondo por carreteras de montaña y todo terreno, el consumo puede acercarse a 20 l/100 km (hemos medido 19,3 l/100 km).
A pesar de ser el mismo motor que BMW utiliza también en el 330d y 530d, en el Range Rover me ha parecido que tiene un funcionamiento más áspero. Una vez en marcha, el sonido se suaviza y parece más de «seis cilindros en línea» que de Diesel. No creo que sea un problema de insonorización, aunque en el Range Td6 se escucha más el motor que en las berlinas de BMW. En cualquier caso, tampoco resulta muy ruidoso o molesto en el interior.
El Range Rover también comparte el cambio automático «Steptronic» con los modelos de BMW. Con tres modalidades de funcionamiento (normal, deportivo y manual secuencial), dicho cambio resulta suave, cómodo de accionar y agradable en un uso normal y en conducción todo terreno, pero es lento para una conducción de estilo deportivo, sobre todo para reducir de marcha, incluso en el modo manual secuencial. Los desarrollos de transmisión están muy bien adaptados al funcionamiento del motor y el escalonamiento es muy bueno, con saltos cortos entre marchas. Más información sobre el funcionamiento del cambio.