Incluso en la versión con el nivel de acabado «SE» (que es la que hemos probado), la sensación que transmite el Range Rover es de excelente calidad por su presentación, cuidada terminación y materiales empleados. En los tres niveles de acabado disponibles (SE, HSE y Vogue), todos los plásticos del salpicadero, las puertas y la consola central son mullidos y el resto de las piezas están acabadas con plástico pintado de suave tacto o con bandas decorativas en plástico (de color plateado) o en madera de cerezo y raíz de nogal (de serie en HSE y Vogue). El propietario puede elegir entre varias combinaciones de colores y guarnecidos en el interior.
El ajuste de todos los elementos es sólido y no he apreciado ningún crujido indeseable, ni siquiera en conducción todo terreno o en carreteras con baches. El tacto de los mandos transmite calidad y algunos de ellos son los mismos que se utilizan en modelos de BMW (pedales, lectores de mapas, equipo de audio o pantalla digital de la instrumentación). Su cuidada terminación se puede apreciar en detalles como el interior de la guantera acabada en terciopelo, los bajos de los asientos en plástico pintado o los asideros situados encima de las puertas forrados en cuero. También están tapizados en suave piel los asientos, el volante, el pomo del cambio y la palanca del freno de mano (de serie en las tres versiones).
Como otras berlinas de lujo, en el techo tiene cuatro puntos de iluminación indirecta que aporta una luz muy tenue y agradable sobre la consola central delantera y trasera.
El puesto de conducción me ha parecido cómodo en líneas generales. El volante tiene regulación eléctrica en altura y distancia (esta última un poco corta) y unos cómodos mandos para seleccionar las funciones del equipo de audio, el programador de velocidad de crucero y el teléfono manos libres (opcional).
También tienen reglaje eléctrico los asientos delanteros (incluido la altura e inclinación de la banqueta y el apoyo lumbar y su altura), resultando muy sencillo encontrar la posición idónea. Son cómodos y ofrecen una correcta sujeción lateral en el respaldo, pero la banqueta parece algo resbaladiza por su tapicería de cuero. Opcionalmente (de serie en las versiones «Vogue») se ofrecen unos asientos de diferente forma que se denominan «Contour» y que no he probado: tienen un respaldo más alto y regulable en inclinación en su parte superior, reposacabezas diferentes, calefacción, memoria en el asiento del conductor y tapicería de piel «Oxford». En cualquier caso, los asientos delanteros tienen un cómodo reposabrazos replegable que, además, se puede regular en altura mediante una ruedecilla de fácil accionamiento.
Tiene una instrumentación con grandes indicadores y de fácil lectura, pero no muy surtida. Lleva una pantalla digital en la parte central en la cual se puede ver la información del ordenador de viaje, temperatura exterior, cuentakilómetros (total y parcial), así como las completas indicaciones del check-control (luces fundidas, puertas abiertas, averías, indicador de sistemas activados, niveles de líquidos, pilas del mando a distancia gastadas, etcétera).
La disposición de los distintos mandos es buena y se localizan con facilidad, aunque algunos de ellos quedan un poco alejados del alcance del conductor dadas las dimensiones del salpicadero y la consola central (concretamente los mandos que están más a la derecha). La visibilidad hacia atrás es correcta desde el puesto de conducción, algo entorpecida por el reposacabezas central trasero.
El equipo de faros halógenos con doble parábola me ha gustado especialmente por su potencia, y los faros antiniebla amplían mucho el campo de visión y me parecen muy útiles en carreteras con curvas. Las versiones HSE y Vogue llevan faros de xenón dobles (opcionales en el SE). Ambas llevan también de serie un control de distancia en aparcamiento (denominado PDC), algo que en las versiones «SE» se ofrece en opción y que me parece especialmente recomendable y de gran ayuda a la hora de aparcar, dadas las grandes dimensiones del Range Rover.