El habitáculo del Jeep Cherokee 2014 está, con diferencia, más cuidado que el de la generación anterior, tanto en su presentación como en los materiales de recubrimiento. La mejoría es grande en lo que se ve y en aquello que no queda tanto a la vista, como el cableado de los componentes electrónicos que hay tras el retrovisor interior o el maletero, ahora convenientemente ocultos en el interior de una pieza de plástico.
No es un coche con materiales lujosos ni de acabados exquisitos, pero creo que son lo suficientemente buenos para que estos no sean un motivo de descarte del Jeep Cherokee frente a alternativas como el Honda CR-V o el Hyundai Santa Fe. Además, hay detalles de buen gusto y que realzan la sensación de calidad. Uno de ellos es el doble pespunte que recorre de lado a lado la zona superior del salpicadero (para el acabado Limited y Trailhawk). Este tipo de costura es habitual verla en las partes recubiertas con cuero. Lo curioso aquí es que no es cuero, sino plástico. Los botones y los mandos giratorios se notan sólidos y precisos al tacto.
Otro aspecto positivo es la presencia de numerosos huecos. Huecos que, además, tienen un tamaño generoso y son cómodos para dejar en ellos objetos de uso cotidiano. Algunos de los más útiles son los dos posavasos que hay detrás de la palanca del cambio, el que hay debajo del reposabrazos delantero y los de las puertas (delanteras y traseras, imagen e imagen). Hay tres tomas de corriente de 12 voltios —dos en el habitáculo y una en el maletero— y opcionalmente puede haber otra de 230 voltios para las plazas traseras (imagen; es de serie con el nivel de equipamiento Limited).
El Jeep Cherokee tiene un habitáculo amplio. En la tabla comparativa de mediciones es posible ver las diferencias con otros todoterrenos de tamaño semejante.
Los asientos delanteros son cómodos, aunque en carreteras curvas se pierde parte de ese confort porque sujetan poco el cuerpo. Con el equipamiento Limited, tienen calefacción y ventilación, y el del conductor, ajustes eléctricos (en longitud, altura, inclinación del respaldo y apoyo lumbar). Con ellos, queda un poco más alto que el del pasajero, algo que posiblemente solo notará un conductor de estatura elevada porque la cabeza le quedará más cerca del techo. Estas dos plazas son muy amplias en todas las cotas.
Detrás, también es un coche amplio por espacio para las piernas y anchura entre puertas. La distancia libre al techo es comparativamente la peor medición, pero en cualquier caso suficiente para que una persona de 1,85 metros de estatura pueda viajar sin que su cabeza roce con el techo. Del Jeep Cherokee no hay una versión de siete plazas. Esta posibilidad sí se ofrece en el KIA Sorento, el Hyundai Santa Fe y el Nissan X-Trail.
La banqueta trasera se desplazas manualmente en sentido longitudinal. Si se lleva atrás del todo, hay 76 centímetros de distancia entre el respaldo trasero y el delantero (donde hacen contacto las rodillas) y el maletero tiene 412 litros capacidad. Si se adelanta, apenas queda espacio para que un adulto introduzca las piernas, pero sí que puede ir un niño. Con esta configuración el maletero aumenta su capacidad hasta 500 litros. El respaldo de la fila trasera de asientos está divido en dos partes abatibles (en proporción 1/3 y 2/3; imagen). El volumen de carga asciende así a 1267 litros.
Hay multitud de alternativas con un maletero más grande, por ejemplo: KIA Sorento (605 litros), Honda CR-V (589 litros), Nissan X-Trail (550 litros), Toyota RAV4 (547 litros) y Mitsubishi Outlander (519 litros). El único todoterreno de similares longitud con un maletero más pequeño es el Infiniti QX50 (340 litros).
Bajo el piso del maletero hay un doble fondo que puede estar ocupado por una rueda de repuesto del mismo tamaño que las otras y es opcional. Si no se elige esta opción, queda un hueco de 77 litros de capacidad (imagen). En la pared izquierda del maletero hay unas guías con cuatro ganchos para colgar bolsas de la compra (con el coche viene una). Además, hay muchos accesorios diseñados específicamente para este modelo (por ejemplo, una nevera o una bolsa para llevar a un perro).
Un inconveniente del maletero es el diseño del portón. Baja desde el techo con poca pendiente (es decir, no queda cerca de la vertical) con lo que si se necesita meter un objeto alto es posible que no quepa porque la distancia desde los respaldos traseros hasta donde toca el portón por dentro no es grande si se mide a la altura de la cabeza.
El portón puede tener accionamiento eléctrico. Es lento, aunque el proceso de apertura y cierre se puede acelerar manualmente sin que el sistema se bloquee. La apertura y cierre eléctrico del portón se puede activar desde el puesto del conductor (imagen), desde la llave-mando a distancia y desde un botón que hay en la pared izquierda del maletero (imagen). Este último es un detalle positivo a tener en cuenta por las personas de menor estatura porque no tendrán que estirarse para alcanzar la tapa del maletero cuando está abierta.
De serie, la pantalla central del salpicadero tiene un tamaño de 8,4 pulgadas y es táctil. Forma parte del sistema multimedia que Jeep denomina Uconnect Smartouch 8.4 (imagen). A través de esta pantalla se maneja todo lo que tiene que ver con el sistema multimedia (radio, reproducción de archivos almacenados en medios externos, conexión bluetooth del teléfono, navegación, etc.) y con las diversas funciones del coche como, por ejemplo, el ajuste del sistema de climatización, la visión de la cámara de trasera y la configuración del vehículo.
Aunque el funcionamiento de este sistema se detalla con esmero (y con vídeos) en el apartado sistema multimedia, comento aquí algunas impresiones acerca de él. En la pantalla se muestra mucha información, en algunos menús de forma un tanto abigarrada, y hay funciones que se encuentran en lugares inesperados. Por ejemplo, la desconexión de la función de oscurecimiento automático del retrovisor central se halla en el menú llamado «Controles», desde el que también se activa y desactiva la calefacción y ventilación de los asientos. También me parece curioso que para establecer por dónde se quiere que salga el flujo de aire, haya que acudir a la pantalla central, mientras que para el resto de funciones del sistema de climatización hay unos botones físicos en la parte baja de la consola (imagen).
En realidad, son detalles de poca importancia y a los que es fácil habituarse. Más preocupante me parece lo poco que se ve la pantalla cuando sobre ella incide el sol (hay veces en la que sencillamente se ve todo negro). Esto es especialmente molesto si la información que la pantalla muestra en ese momento es importante, como pueda ser, por ejemplo, una indicación del sistema de navegación.
En la instrumentación, entre el velocímetro y el cuentarrevoluciones, hay una pantalla de 7,0 pulgadas a color (imagen; en el nivel de equipamiento Business Plus y Night Eagle es monocroma y de 3,5 pulgadas). En ella se lee de forma permanente el nivel de combustible en el depósito y la temperatura del líquido refrigerante. Con los botones que hay en el brazo izquierdo del volante se puede navegar entre los diferentes menús y la abundante información que se da en algunos de ellos (vídeo).