El habitáculo trasmite una sensación de calidad más que aceptable. No hay materiales lujosos ni ajustes ultra precisos, pero todo encaja bien y no se oyen chirridos durante la circulación. Hay varias cosas del interior que llaman la atención. Por ejemplo, el marco de las dos pantallas (instrumentación y sistema multimedia) es blanco, cuando lo normal es que sea negro. Esto, por lo que hemos probado, no da ningún beneficio (más allá de que agrade más o menos a la vista), pero tampoco ningún perjuicio. A la izquierda de la instrumentación hay un espacio pensado para fijar fotos con un imán (imagen). También es curiosa la consola central que hay en la fila delantera, que puede deslizarse 14 centímetros a lo largo de un carril (imagen e imagen). Esta consola resulta práctica: se pueda mover, hacia delante y atrás y hay muchos huecos.
Los asientos delanteros vienen de serie con función de calefacción mediante unas resistencias eléctricas. Además, si se pide el nivel de equipamiento más alto (Energy), llevan un reposapiés desplegable (imagen). Las regulaciones eléctricas, así como la tapicería de piel son de serie a partir del nivel intermedio (Star). Son unos asientos confortables y que dan una sujeción correcta del cuerpo.
Las pantallas, ambas de 12,3 pulgadas, tienen una buena resolución y se ven bien. Cuesta poco hacerse con el manejo del sistema multimedia, aunque en ocasiones el procesamiento de algunas tareas es lento (sobre todo cuando se arranca el coche) y nos ha sucedido que el navegador se ha quedado colgado durante nuestra prueba. Este sistema multimedia es compatible con Android Auto y Apple CarPlay, pero no de manera inalámbrica. El manejo del climatizador se hace a través de un módulo con botones destinado a tal efecto (imagen), por lo que no es necesario recurrir a la pantalla central. Un acierto.
Por encima de la instrumentación hay un sistema de proyección de información en el parabrisas con función de realidad aumentada (proyecta dibujos y animaciones que parecen superpuestos sobre la carretera además de mostrar la información habitual como la velocidad, la lectura de señales de tráfico o las indicaciones del navegador). No es un sistema tan bueno como el que utiliza el grupo Volkswagen en algunos de sus modelos, véase el Q4 e-tron. Al del Hyundai le falta algo más de resolución y una mayor precisión a la hora de colocar las indicaciones virtuales sobre la calzada.
En las plazas traseras el espacio para las piernas es tan grande como el que tienen un Enyaq y un ID.4, pero hay unos cinco centímetros menos de distancia entre la banqueta y el techo (tabla comparativa de mediciones interiores). Una persona de 1,85 metros de estatura no puede viajar con la espalda totalmente pegada al respaldo, tendrá que deslizar un poco la cadera hacia delante, aunque no tanto como para ir incómodo. El IONIQ 5 sobresale por anchura entre puertas; hay casi 10 centímetros más que en el Škoda y el Volkswagen. Además, la banqueta posterior se puede desplazar longitudinalmente (13,5 cm) y los respaldos son reclinables (ambas regulaciones son eléctricas con el nivel de equipamiento Energy). Esto es algo que no tiene ninguna de sus alternativas, a excepción del Kia EV6.
En las plazas posteriores hay dos tomas USB (convencionales, no de tipo C), dos salidas de aire para el cuerpo (situadas en los pilares, no en la consola central) y una toma Schuko (como los que hay en las viviendas para conectar electrodomésticos y otros aparatos electrónicos) en la zona central inferior de la banqueta que suministra corriente alterna a 230 voltios y 16 amperios (imagen).