El interior recibe diversos cambios con relación a otros Focus; algunos afectan a su aspecto y otros al puesto de conducción. Tiene unos asientos Recaro, un volante distinto y una instrumentación más abundante; parte de su tapicería puede ir a juego con el color de la carrocería.
Sobre la parte central del salpicadero hay una capilla con indicadores adicionales sobre el motor (imagen). De izquierda a derecha son: temperatura del aceite, presión del turbo y presión del aceite. El testigo que tienen en el cuadro de intrumentos todos los Focus y que advierte del momento oportuno para cambiar a una marcha superior, no existe.
En nuestra unidad, que tenía la tapicería de cuero opcional, todo el interior, incluido el techo, era de color oscuro. Además, con esa opción los asientros traseros son para dos personas, por lo que se convierte en un cuatro plazas (no tiene cinturón de seguridad trasero central).
Los asientos dan una sujeción lateral grande (algo indispensable en un coche de estas características), aunque incluso en su posición más baja van lejos del suelo. Tienen los reglajes normales en altura, distancia a los pedales e inclinación del respaldo. Además tienen ajuste lumbar, otro para aumentar longitudinalmente el tamaño de la banqueta y por último uno para variar la inclinación de ésta.
Tiene un sistema de control por voz para el sistema de sonido, el teléfono y la climatización. Este dispositivo, que Ford llama «V2C», es sencillo de utilizar y permite no desviar la vista de la carretera para utilizar esos elementos.
Las luces de xenón dan un resultado excelente con las largas. Llas cortas no me han gustado tanto porque la transición de la zona iluminada a la que no lo está es muy brusco.
Más información del interior de un Ford Focus 5p.