El puesto de conducción del Ford Fiesta está muy bien conseguido. Ya no falta un buen apoyo para el pie izquierdo, como en el modelo anterior, y ahora el volante tiene doble regulación —altura y profundidad—. Los asientos que tienen de serie las versiones «Sport» nos han parecido muy cómodos.
El mando y los botones para moverse por la pantalla del menú están situados muy alto, justo por debajo de la pantalla, bien colocada en la parte superior del salpicadero. Es innecesario que el mando vaya situado en una posición tan elevada (imagen), porque no hace falta mirarlo mientras se acciona, y por ello no es relevante que esté en una posición cercana a la línea de la vista hacia la carretera. En esa posición queda alejado del conductor y hay que elevar mucho el brazo.
Además, en el cuadro de instrumentos se leen mal los números del cuenta kilómetros si se mira desde una posición baja. Una persona de hasta 1,75 metros de estatura y con el asiento en la posición más baja ve los números distorsionados.
Hay dos portalatas entre los asientos delanteros y amplias bolsas en las puertas, estrechas y poco profundas en la parte delantera. Una hendidura por delante de la palanca de cambio permite dejar carteras u otros objetos de tamaño medio. A la izquierda del volante, frente a la rodilla, una pequeña caja sirve para guardar objetos pequeños como unas llaves o el teléfono móvil.
Las plazas traseras no son grandes, pero están mejor diseñadas que las de algunas de sus alternativas, como el SEAT Ibiza o el Peugeot 207, porque no falta altura libre al techo para estaturas de hasta 1,80 m y porque los reposacabezas se pueden colocar bien, a la altura correcta (mediciones interiores 3p y mediciones interiores 5p). En las plazas traseras laterales hay fijaciones Isofix para sillas infantiles. En la plaza central trasera, que es la mejor posición para llevar a un niño en su silla, no hay fijaciones.
En la versión con carrocería de tres puertas, el acceso a las plazas posteriores está bien resuelto. Los asientos delanteros se abaten con facilidad y el espacio que se abre es suficientemente amplio.
El interior tiene abundancia de superficies blandas, plásticos pintados con buen aspecto y tapizados que encajan bien (por ejemplo, el del techo). Lo que no tienen todas las versiones, y nos parece un error, son asideros en el techo o luz en los espejos de cortesía.
La visibilidad es buena en todas las direcciones. Me ha parecido mejor de lo habitual la que hay en tres cuartos traseros: las pequeñas ventanillas que hay en los montantes traseros dan la visibilidad suficiente como para que sea muy fácil salir de aparcamientos en batería o incorporarse a determinadas vías.
El maletero tiene 295 l —34 l más que le modelo precedente— y su forma aprovechable favorece su utilización. Lo único mejorable es que el borde de carga es muy alto: hay que levantar mucho los objetos para meterlos en el maletero.
Todas las versiones tienen rueda de repuesto de emergencia, aunque opcionalmente, y por un precio bajo, puede llevar una rueda de la misma medida que las otras cuatro.