Es la versión descapotable del actual MINI 3 puertas (información del MINI 3 puertas). Tiene un techo de lona de accionamiento completamente automático y su interior es de cuatro plazas. Está en venta desde 22 700 euros, un precio que corresponde a la versión One de 102 CV. La versión más cara es la John Cooper Works (información de la versión de carrocería cerrada), que tiene un motor con 231 CV y cuesta 37 250 euros (todos los precios). A igualdad de motor, el MINI Cabrio es entre 4250 y 7500 euros más costoso que su equivalente con carrocería cerrada (ficha comparativa).
En toda la gama MINI Cabrio la tracción es en las ruedas delanteras y el cambio de marchas manual de seis velocidades. Hasta diciembre de 2017, MINI ofrecía en opción un cambio automático de convertidor de par de seis relaciones (con posibilidad de llevar levas detrás del volante y función Launch Control). Desde esa fecha, el cambio automático opcional es de doble embrague y siete relaciones (MINI no dice que tenga manejo manual mediante levas ni Launch Control, pero sí función de avance por inercia o a vela y comunicación con el sistema de navegación para seleccionar la marcha óptima en función del relieve o las curvas de la carretera).
En las plazas delanteras del MINI Cabrio la anchura es menor que en la mayoría de sus alternativas, a excepción del Fiat 500 C que es tres centímetros más estrecho (125 frente a 128 cm). En un Mazda MX-5 hay 4 cm más de espacio en esta cota. La altura disponible es muy parecida a la del MINI de tres puertas, por lo que no limita en exceso a conductores altos, y es particularmente buena en las plazas traseras (99 cm, mayor que en cualquier otra de sus alternativas que hayamos medido). Sin embargo, éstas están muy limitadas en espacio para las piernas y en anchura, por lo que son aconsejables para un uso esporádico por adultos y, en todo caso, para que viajen niños. El volumen del maletero con la capota desplegada es 45 litros mayor (215 frente a 170 litros; ficha comparativa).
La cualidad más notable al comparar el nuevo MINI Cabrio con el anterior modelo es, además del mayor tamaño, la ganancia en calidad que se percibe en el habitáculo. Todos los plásticos y molduras tienen mejor aspecto y hay mayor proporción de materiales blandos. Particularmente en la consola central, las piezas coaptan con mayor solidez y no se producen los crujidos que antes sí eran habituales al presionarlos con los dedos. Por la diversidad de combinaciones con las que MINI permite configurarlo, el Cabrio es una buena opción para quien valore especialmente el diseño y las posibilidades de personalización.
Como en el MINI Cabrio 2011, la capota tiene dos niveles de apertura. Por una parte, es posible descubrir únicamente una sección de 40 centímetros (a modo de techo corredizo; imagen) y por otra, se puede plegar por completo y guardarlo en el maletero. Para aumentar el confort cuando se circula descapotado, hay un nuevo deflector de serie (más ligero y fácil de poner, según MINI) que anula la posibilidad de llevar pasajeros en las plazas posteriores. El ajuste de la capota parece preciso y los materiales de que está hecha, de calidad. Cuando se pliega, la parte que sobresale por encima del maletero limita mucho la visibilidad hacia atrás por el retrovisor central.
El maletero tiene 215 litros de capacidad cuando el techo está sobre la carrocería y 160 cuando aloja parte del techo. Los asientos posteriores son abatibles (en dos partes) lo que permite aumentar el espacio de carga si es necesario. El hueco que libera la tapa del maletero es mayor que en el modelo anterior; también es posible levantar la parte posterior de la capota para que el acceso al maletero sea más cómodo (imagen). La tapa del maletero deja la boca de carga a 75 cm del suelo, y en su cara interna hay una inscripción que indica que puede soportar bultos de hasta 80 kg cuando está abierta.
El techo tiene una función (denominada Easy-Load) que permite separar su parte anterior del marco del parabrisas, para así poder transportar objetos de gran longitud. Esta función también estaba disponible en el Mini Cabrio anterior, pero ahora el hueco libre que queda es mayor.
El proceso de apertura y cierre se completa en 18 segundos y se puede hacer con el coche en movimiento hasta una velocidad de 30 km/h. Desde fuera, se puede hacer pulsando un botón que hay en el mando a distancia. La capota es de color negro, si bien es posible elegir una decoración especial (MINI Yours, con un diseño de la bandera «Union Jack». Tiene un coste de 650 euros; imagen).
Como elemento de protección en caso de vuelco hay unos arcos que salen de la parte posterior de la carrocería, tras los asientos posteriores, en caso de peligro. En el modelo previo las barras estaban a la vista (imagen), y ahora quedan ocultas (imagen). Además, hay otras protecciones en la estructura de la carrocería que sirven para mejorar su rigidez dada la ausencia de techo.
Estos refuerzos hacen que el MINI Cabrio sea más pesado que el modelo del cual deriva. Así, un MINI Cooper Cabrio pesa 1280 kg en condiciones de homologación, por 1160 de la versión con carrocería cerrada. Este incremento de peso afecta negativamente a las prestaciones.
La aerodinámica también es menos favorable en el modelo descapotable; en el mejor de los casos, el coeficiente aerodinámico (Cx) es 0,34, por 0,28 en el modelo de carrocería cerrada.
El MINI Cabrio 2016 tiene algunos de los motores disponibles en el resto de la gama, de tres y cuatro cilindros. En el momento del lanzamiento, MINI comenzó su comercialización con dos de gasolina (de 136 y 192 caballos; versiones que se denominan comercialmente Cooper Cabrio y Cooper S Cabrio) y uno Diesel (116 caballos; Cooper D Cabrio).
Hemos conducido brevemente una unidad del Cooper S Cabrio con cambio manual. Destaca porque su motor da un empuje notable, que es aprovechable desde apenas 1200 rpm y particularmente intenso a medio régimen. El efecto del turbocompresor se nota, además de por la potencia, porque produce un marcado sonido de sobrealimentación —especialmente cuando se deja de acelerar porque la válvula de descarga es muy ruidosa—. Si se pisa a fondo el acelerador en marchas cortas es fácil que las ruedas delanteras pierdan adherencia.
El manejo del cambio manual es suave y suficientemente preciso, pero ni por recorridos ni por tacto es un cambio ejemplar ni puede considerarse deportivo. En este aspecto, dista mucho del delicioso tacto que da la palanca de cambios de un Mazda MX-5. Tampoco el manejo del MINI Cooper S Cabrio lleva al conductor a cotas tan altas de disfrute como en el Mazda, aunque su respuesta es sumamente eficaz en los cambios de trayectoria y, a diferencia de los MINI de anteriores generaciones (sean Cabrio o no), la suspensión absorbe con suavidad las imperfecciones del asfalto. La dirección sí tiene un ajuste adecuado para el planteamiento y las prestaciones del coche.
Hay tres modos de conducción (Sport, Mid y Green) que alteran el funcionamiento de la dirección, del cambio de marchas automático, de la suspensión de dureza variable (si está montada) y la respuesta del acelerador. En el modo Sport del Cooper S Cabrio que condujimos, por los altavoces se escucha un sonido que simula las detonaciones de un escape deportivo. A nuestro juicio, es una función superflua e innecesaria dado que el motor y el escape ya tienen un sonido suficientemente acentuado y agradable que no requiere de artificios sonoros adicionales. Las llantas pueden ser de 16 hasta 18 pulgada de diámetro.
El equipamiento tiene muchas de las cosas que MINI ya ha mostrado en otros modelos de su gama. Puede tener información proyectada en una lámina de plástico —head up display, cuya visibilidad y buen funcionamiento hacen que nos parezca una opción interesante—; asistente de aparcamiento, servofreno de emergencia con detección de obstáculos, programador de velocidad activo, cambio automático de luces largas a cortas, reconocimiento de señales de tráfico, cámara posterior de aparcamiento, un equipo de sonido Harman Kardon y distintos elementos decorativos para el exterior e interior.
También hay equipamiento que es específico para este modelo por tratarse de una versión descapotable, como un climatizador con un programa específico que distingue cuándo se circula con capota y sin capota. El cronómetro Always open timer muestra el tiempo que se ha circulado con el techo guardado, y como novedad, presenta un contador parcial además de uno total. También hay un sistema que, vía internet, puede predecir si hay riesgo de que llueva; en tal caso avisa al conductor para que cierre el techo (si es que circula descapotado).
La versión más potente, John Cooper Works, comparte características mecánicas y estéticas con el MINI John Cooper Works. Tiene un motor de 2,0 litros que da 231 CV. Para esta versión, MINI anuncia una aceleración de 0 a 100 km/h de 6,5 segundos con la transmisión automática y de 6,6 segundos con la manual.
La versión John Cooper Works también difiere en el aspecto de la carrocería y del habitáculo. Son específicos de esta versión los paragolpes delantero y trasero y los embellecedores y aditamentos aerodinámicos de la carrocería, así como el color de pintura opcional «Rebel Green». Las tapicerías son exclusivas y el logotipo distintivo aparece en diferentes piezas. Las llantas son de 18 pulgadas de serie y puede tener, opcionalmente, amortiguación de dureza variable.
En el Cabrio, MINI estrena un color denominado Caribbean Aqua.