3.1 Rendimiento térmico
El rendimiento térmico del motor es el dato que indica
la eficacia de un motor como máquina. Para valorar
el rendimiento térmico del motor lo interesante sería
tener gráficos de consumo
específico a distintos regímenes y cargas.
A falta de gráficos, es un indicio el dato del consumo
específico mínimo. Cuanto menor es el consumo
específico, mejor es el motor.
El consumo específico mide el combustible necesario
para obtener una cierta potencia, y se expresa en gramos por
cada kilovatio hora (g/kWh). Cuantos menos gramos de combustible
necesite el motor para conseguir un kilovatio hora, tanto
mejor es su rendimiento térmico.
El rendimiento térmico también se puede expresar
como una proporción: de la cantidad de calor que genera
la combustión, la parte que se transforma en trabajo.
Los mejores motores Diesel no llegan al 45 por ciento rendimiento
en condiciones de trabajo ideales, los mejores de gasolina
apenas pasan del 35 por ciento. Las condiciones ideales de
funcionamiento suelen ser, en ambos casos, un poco por debajo
del régimen
de par máximo y con una carga
un poco menor que la máxima.
Que un motor tenga buen rendimiento en condiciones óptimas
de funcionamiento no quiere decir necesariamente que también
lo tenga en otras condiciones. Por ejemplo, un motor de gasolina
turboalimentado puede tener mejor rendimiento a plena carga
que un motor BMW con sistema de distribución
Valvetronic. En carga parcial, en cambio, es posible que
el motor de BMW (atmosférico)
tenga mejor rendimiento que el turboalimentado.
En condiciones distintas de las óptimas, el rendimiento
del motor desciende (sobre todo en los de gasolina), y es
prácticamente nulo cuando el motor está al ralentí.
Según datos de Bosch, el rendimiento medio de un motor
en el ciclo de consumo es inferior al 10 por ciento. Es decir,
en condiciones normales, por cada diez euros de combustible
que echa usted en su depósito, nueve se los gasta exclusivamente
para contaminar, para hacer ruido, para calentar la atmósfera
y para reducir la vida de su motor.
3.1 Presión máxima y presión media efectiva
Otro dato que dice mucho acerca de un motor es la presión
máxima; es decir, al valor más alto de presión
que hay en la cámara. Cuando se diseña una familia
de motores que tiene elementos en común para varias
unidades con distinta cilindrada o número de cilindros,
uno de los pocos datos que suele ser común a todos
ellos es la presión efectiva máxima (también
lo es la distancia entre centros de cilindros).
Muchas variables del motor están determinadas por
ese valor máximo de presión para el que está
diseñado. Es decir, si puede soportar —por ejemplo—
una presión máxima de 150 bar (nota),
otras variables se determinan en función de ese valor
de presión máxima proyectado: el momento del
inicio de la combustión, la relación de compresión
o eventualmente la presión de sobrealimentación.
Para valorar técnicamente al motor, también
es mucho más interesante que el par máximo la
fuerza que hace con relación a su cilindrada: esa magnitud
equivale a la presión
media efectiva. La presión media efectiva se calcula
con el par máximo y la cilindrada; o bien con el dato
de potencia, el régimen y la cilindrada. Es, por tanto,
la misma magnitud que lo que podríamos llamar «par
específico», o relación entre par máximo
y cilindrada.
Como ocurre con la presión máxima, la presión
media efectiva permite comparar motores de distinta cilindrada.
Por ejemplo, Porsche da un enfoque distinto a los motores
del Boxster que a los del 911, que se pude ver al comparar
las cifras de presión efectiva media. Los dos motores
del Boxster tienen 12,6 bar de presión media efectiva.
Es una cifra alta, pero no tanto como la que alcanzan los
motores del 911: 12,9 bar el del Carrera y 13,1 el del Carrera
S.
En los motores del Boxster, esa presión es constante
en un intervalo de régimen muy amplio para ser un motor
atmosférico: entre 4.700 y 6.000 rpm. En los motores
del 911, en cambio, Porsche ha preferido que el motor dé
la máxima cantidad de fuerza posible, a costa de que
la alcance sólo en un régimen.
Con estos datos, se puede interpretar que la idea de Porsche
es que los motores del Boxster hagan al coche más cómodo
de utilizar, y que los del 911 tenga la potencia más
alta posible a todo régimen. |