Hasta ahora, el reformador de combustible se considera necesario cuando un hidrocarburo es la fuente de hidrógeno para la pila. Tiene una temperatura de funcionamiento superior a la ambiente por dos causas: primero, obtiene hidrógeno a partir de la evaporación en presencia de vapor de agua; segundo, de cara a mejorar su rendimiento, hay un proceso de oxidación posterior. En el caso del metanol, es necesario que opere a 200º C, y con gasolina requiere unos 800º C.
Los productos de desecho son CO2, CO y vapor de agua. La oxidación elimina el CO que se haya formado, pero necesita platino para catalizar esta reacción, como en los catalizadores de los coches actuales.
El reformador es necesario actualmente y quizá incluso para la primera generación de vehículos alimentados por pila, hacia el 2003; pero no será imprescindible en un futuro más lejano. Ya existe un tipo de pila que utiliza directamente metanol y no hidrógeno. Aunque todavía en fase inicial de desarrollo por la empresa Ballard, Daimler-Chrysler se ha apresurado a montarlo en un pequeño kart y hacer una presentación un tanto informal paralelo a la presentación del Necar 5.
Es del mismo tipo que la PEM, solo que utiliza directamente el metanol en lugar de extraer hidrógeno de él. Sus principales inconvenientes en este momento son que la reacción es mucho más lenta que en la PEM de hidrógeno, que necesita mayor cantidad de platino y que genera poca potencia. Por lo demás, es igual que una pila tipo PEM y funciona a 65ºC. No es una pila de hidrógeno, lo correcto sería llamarla «pila de metanol» o sencillamente «pila de combustible».
La propia Ballard está interesada en la obtención de hidrógeno a partir del borohidruro de sodio; de prosperar la técnica, podría trasladarse al sector del automóvil. Pensando en el futuro inmediato, el reformador de combustible estará presente, cada vez ocupando menos espacio, como ya ha demostrado la evolución del Necar 3 al Necar 5, que en 2 años ha reducido su volumen a la mitad. |