Tal como queda expuesto en sus respectivos artículos, el Toyota Prius y el Honda Insight suponen dos formas muy diferentes de plasmar en un automóvil de gran serie un mismo objetivo: sacar partido de un sistema propulsión que tome lo mejor de los automóviles puramente eléctricos, sin perder las ventajas de los clásicos motores de combustión.
En ambos casos se utiliza un motor de combustión de reducida cilindrada junto a un motor eléctrico, y aquí nos encontramos ya con las primeras diferencias. Mientras Honda apuesta por un propulsor por debajo de un litro de cilindrada, Toyota lleva las cosas más allá recurriendo a una mayor cilindrada (1,5 litros) que compense las menores prestaciones que tanto su peculiar ciclo de funcionamiento como su limitada velocidad de giro impondrían.
También hay grandes diferencias en lo que al funcionamiento del motor eléctrico se refiere y su coordinación con el de combustión. En el caso del Honda es el motor de gasolina el encargado en toda circunstancia de mover el vehículo. El eléctrico genera la electricidad necesaria actuando como freno regenerativo, ofreciendo la posibilidad de actuar también como motor junto al de combustión cuando la potencia solicitada sea alta.
El Toyota cede el protagonismo al motor eléctrico, que propulsará al Prius a bajas velocidades, y siempre que su potencia y la carga remanente en las baterías sea suficiente. Cuando al menos una de estas dos condiciones no se da entrará en acción el motor de combustión, bien para facilitar una fuerte aceleración, bien para recargar las baterías. Este particular planteamiento permite hacer funcionar al motor de gasolina siempre por encima de un 80% de carga, que es cuando todo motor de este tipo presenta un rendimiento más alto.
También en el sistema de transmisión el Prius se distancia del Insight y de los demás automóviles. Mientras el Honda puede equipar un cambio de variador con correa o uno manual de cinco velocidades, según el mercado de destino, el Toyota confía en una transmisión por un planetario. Sus más innovadoras soluciones permiten al modelo de Toyota ofrecer un nivel de emisiones menor que el del Honda, obteniendo la calificación de SULEV del estado de California, frente a la ULEV del Insight, a pesar de sus ligeramente superiores consumos.
Finalmente, cada marca ha apostado por un tipo de automóvil distinto para ofrecer su primer híbrido. Mientras el Prius es una berlina de cuatro puertas con capacidad para 5 personas, el Insight presenta una carrocería de tipo coupé que únicamente da cabida a dos. Esto, junto al mayor tamaño y complejidad de su sistema motriz y el chasis de aluminio del Insight, hacen que el peso del Toyota sea notablemente superior (1.250 frente a 850 kg). A pesar de todas estas diferencias, ambos vehículos se ofrecen en el mercado norteamericano por un precio muy similar, ligeramente por encima de los 20.000 dólares (alrededor de los cuatro millones de pesetas). |