Cuando hay que reemplazar un neumático hay que respetar tres principios. Primero, siempre hay que cambiar al tiempo los neumáticos de un mismo eje (cuando no los cuatro a la vez; hay coches, como los de tracción trasera, que pueden desgastar los cuatro casi por igual). Segundo, siempre hay que colocar los nuevos en las ruedas traseras. Tercero, siempre se debe poner neumáticos idénticos en el mismo eje (de las mismas medidas, tipo, código de carga y velocidad y la misma escultura o «dibujo»). En el libro de mantenimiento de cada vehículo están indicadas las características que deben cumplir los neumáticos.
Donde más de acuerdo están los fabricantes de neumáticos y de coches, es en que los mejores neumáticos deben estar colocados siempre en las ruedas traseras. La explicación es fácil: hay que tratar de evitar por todos los medios que derrapen las ruedas del eje trasero, porque las reacciones del vehículo en ese caso son particularmente bruscas y poco controlables. Si se equipa neumáticos de invierno o de clavos, hay que montarlos en las cuatro ruedas.
En el caso de que se realicen muy pocos kilómetros al año puede ser recomendable rotar los neumáticos. La razón es que, en un coche de tracción delantera, los neumáticos traseros se desgastan muy poco, pero envejecen porque su goma pierde calidad a causa del paso del tiempo. Para acelerar su desgaste, el sistema de rotación más frecuente es es cambiar las ruedas delanteras por las traseras de su mismo lado y viceversa.
En función del tipo de neumático y su desgaste, también puede ser recomendable cruzar los neumáticos: el delantero de un lado se colocaría en lado opuesto de las ruedas traseras y así sucesivamente. Esta forma de rotar los neumáticos no es siempre posible sin desmontar los neumáticos de sus llantas, porque algunos (como los direccionales) están hechos para girar en un sentido determinado.
Si el coche monta ruedas con llanta de aleación y la de repuesto tiene llanta de chapa de acero, no es recomendable utilizar las tuercas de la llanta de aleación en la rueda de repuesto durante más de unas dos semanas. Asímismo, las llantas de aleación ligera no deben fijarse con tuercas para llantas de acero. La rueda de repuesto de emergencia se debe utilizar lo menos posible y sin superar una cierta velocidad (unos 80 km/h).
Después del montaje de la ruedas en el vehículo se recomienda un apriete con llave dinamométrica aplicando el par definido por el fabricante del vehículo. El par de apriete de las tuercas antirrobo suele ser distinto.
Cuando se estrena un neumático es recomendable someterlos a un cierto rodaje (de al menos 100 km) porque, al principio, puede que no ofrezca un grado óptimo de adherencia. |