El Suzuki Swift Sport, con 136 caballos de potencia, es la versión más potente de la gama Swift. Está disponible con carrocería de tres puertas y, a partir de septiembre de 2013, también con una de cinco. Sobresale frente a la competencia por su relación entre precio y equipamiento. Cuesta 16 320 euros, con un equipamiento de serie que incluye, entre otras cosas, faros de doble xenón, airbags para las rodillas del conductor, conexión bluetooth para el teléfono o sistema de acceso y arranque sin llaves (precio, equipamiento y ficha técnica).
Por precio, quedan muy cerca el Ford Fiesta 1,6 133 CV y el Fiat Punto Evo 1.4 Multiair 135 CV, aunque ninguno de estos dos tiene tanto equipamiento de serie.
A mi juicio, lo mejor del equipamiento del Swift Sport son los faros de xenón, no porque sean de este tipo, sino porque alumbran bien. Su haz es potente tanto en su función de corto como de largo alcance. Esta característica me parece fundamental para viajar con seguridad por vías sin iluminar. Los rivales del Swift que pueden tener faros de xenón (que además hay que pagarlos por separado) son muchos más costosos, como el Abarth 500 o el Audi A1.
Tiene un buen equilibrio entre cualidades deportivas y coche de uso cotidiano. Con esta versión del Swift se puede disfrutar de la conducción, especialmente en zonas de curvas, porque responde con suficiente agilidad a las indicaciones del volante, frena bien, apoya con calidad en las curvas, tiene buena adherencia (de serie lleva ruedas 195/45 R17 de la marca y modelo Continental Conti SportContact) y su motor da buena capacidad de aceleración si se lleva a un régimen alto. No obstante, creo que si el cliente busca un coche de pequeño tamaño que transmita sensaciones que estén más cercanas a las de un coche de competición, con reacciones más directas y vivas, un Renault Twingo RSme parece mejor opción.
Es suficientemente cómodo y adecuado para quien quiera un coche para ir a trabajar todos los días o de viaje. Hasta unos 120 km/h es relativamente silencioso (para lo que es normal en coches de este tipo), es fácil de conducir pues es raro que tenga reacciones bruscas o inesperadas y se maneja con suavidad. Dos de sus grandes rivales, el Abarth 500 y el Renault Twingo RS, son más ruidosos y, además, el Abarth es más difícil de conducir y menos seguro.
Su amortiguación es algo dura y transmite con nitidez a los ocupantes las típicas irregularidades que hay en el asfalto poco cuidado de algunas ciudades (como pequeños escalones o asfalto roto), pero tampoco es insufrible. Naturalmente, un Swift de gasolina y 94 caballos es más cómodo de suspensión, pero no me parecen coches comparables.
Sorprende, para bien, que su carrocería y paragolpes quedan lejos del suelo. Es muy difícil tocar con los bajos en los bordillos en aparcamientos en batería o al bajar rampas muy pronunciadas de garaje. Algunos coches de planteamiento deporitivo van muy cerca del suelo; no es el caso de este Suzuki.
Motor, prestaciones y consumo
Tiene un motor atmosférico de 1,6 litros de cilindrada, sin turbocompresor, que da 136 CV de potencia máxima a un régimen alto, 6900 rpm. El par máximo es 160 Nm a 4400 rpm. La denominación que da Suzuki a este motor es «M16a» y tiene exactamente 1586 centímetros cúbicos, igual que el del Swift al que reemplaza.
Este motor es particularmente suave y silencioso a baja velocidad. Al ralentí casi no se escucha, ni si quiera desde el exterior del coche. Hasta que el motor no supera unas 4 000 rpm, cosa rara en ciudad, su ruido se hace muy poco patente en el interior.
Tiene una respuesta agradable porque reacciona con suficiente rapidez, sin retrasos, a cada movimiento del acelerador. Esa rapidez de repuesta facilita moverse entre el tráfico urbano y que la conducción sea fluida.
Aunque esa primera reacción al acelerador es rápida, lo cierto es que en marchas largas la aceleración no es grande. Si se necesita una respuesta contundente no queda otro remedio que llevar el motor hasta un régimen alto, por encima de aproximadamente 4000 rpm y hasta casi 7000 rpm. Si se conduce apurando las marchas, la aceleración que puede dar el Suzuki Swift Sport es mayor de la que puede dar un Renault Twingo RS, aunque algo menor que la de un Abarth 500 de 135 CV. Ambos competidores son más ligeros y pequeños que el Suzuki. Sólo el Abarth tiene motor con turbocompresor.
Nuestras mediciones dan una idea clara de que la aceleración está muy condicionada por la marcha que se lleve engranada. Así, el tiempo mínimo empleado para acelerar desde 80 hasta 120 km/h son 6,5 segundos (dato que se consigue haciendo la maniobra en segunda y tercera velocidad), mientras que si esa medición se hace exclusivamente en sexta el tiempo necesario es más de tres veces superior.
Esa diferencia de aceleración entre tercera y sexta velocidad se debe, en parte, a que la sexta marcha es muy larga, es de desahogo. Tiene un desarrollo de 35,5 km/h cada 1000 rpm y teniendo en cuenta que el motor da la potencia máxima a 6900 rpm, con ella engranada el coche podría llegar —si tuviera la fuerza necesaria— a 244 km/h.
Esa sexta larga tiene dos ventajas claras: hace que el coche no gaste más carburante y reduce el ruido a velocidad elevada en carretera.
Según nuestro recorrido habitual de consumo, que es un tramo de 143 km de ida y vuelta por una autovía con alguna fuerte pendiente y tratando de buscar una velocidad media de 120 km/h, el Suzuki Swift ha gastado 8,2 l/100 km (consumo real) que es más bien mucho para un coche de este tipo. El ordenador de viaje de nuestra unidad de pruebas tenía un error de consumo exagerado: durante los 627,7 kilómetros que hemos apuntado datos de consumo y repostado minuciosamente el depósito hasta que estaba completamente lleno, el consumo real ha sido, de media, un 21 % superior al indicado (desconocemos un error así será habitual en otros Suzuki Swift Sport). Durante la prueba, a la vista de las indicaciones del ordenador, me parecía que el consumo iba a ser muy bajo, pero finalmente y aplicando el error, el consumo ha pasado a ser más bien alto.
A continuación hay un tabla comparativa del consumo de este coche con otros parecidos, todos en el mismo recorrido y a una velocidad media similar.
Datos de consumo. Mediciones de km77.com | |||
Coche | Combustible | Velocidad media | Consumo |
Fiat Punto Evo 1.4 Multiair 135 CV | Gasolina | 120 | 7,6 |
Abarth 500 (135 CV) | Gasolina | 120 | 7,9 |
Renault Twingo RS (133 CV) | Gasolina | 120 | 8,7 |
Suzuki Swift Sport | Gasolina | 120 | 8,2 |
Interior
Una de las cosas que más me ha gustado del interior del Suzuki es que da mucha sensación de espacio porque las ventanillas y el parabrisas quedan lejos. Según nuestra forma de medir, no sobresale por ser más espacioso de lo habitual en comparación a coches de este tipo (está, más o menos, en la parte media de la tabla), pero las formas cuadradas de la carrocería favorecen que parezca más grande de lo que realmente es.
El dato más desfavorable del interior es sin duda el volumen del maletero. Con 211 l está mucho más cerca del que tiene un Fiat 500 (185 l) que del que tiene un Fiat Punto (275 l) o un Ford Fiesta (295 l). El maletero no tiene rueda de repuesto, sino un kit de reparación de pinchazos (imagen).
El puesto de conducción es bueno. El volante tiene regulaciones muy amplias (en altura y profundidad), con lo cual es posible, por ejemplo, separarse mucho del salpicadero y que las rodillas no queden muy cerca de partes duras (que debe ser lo más seguro en caso de accidente, pero que no es fácil que ocurra en coches pequeños).
Sobre los asientos delanteros (imagen) no tengo una opinión clara; son grandes y recogen bien el cuerpo. En general me han gustado, pero en ocasiones me ha dado la impresión de la parte central del respaldo es excesivamente blando y no impide que el cuerpo se hunda ligeramente a medida que pasan los kilómetros. Me ha parecido que van altos. A mí eso no me parece un inconveniente, habrá otras personas que preferirán ir más cerca del suelo.
Lo que sin duda me parece mejorable del puesto de conducción es la posición de los mandos del ordenador de viaje y del cuenta kilómetros. Están en la base de la instrumentación y por lo tanto hay que meter el brazo entre el aro del volante (lo cual puede ser peligroso) o rodearlo en una complicada maniobra para poder pulsarlos. Tampoco me ha gustado el velocímetro, graduado con números de 30 en 30 kilómetros por hora (imagen) porque a veces es difícil saber a la velocidad real a la que se circula.
Otros pequeños fallos de equipamiento son que los espejos de cortesía no tienen iluminación, que no hay un plafón de luces específico para las plazas delanteras (hay uno en la mitad del techo, que comparten los ocupante anteriores y posteriores) y que hay mandos que se manejan a menudo sin iluminación (como el de los elevalunas eléctrico o el bloqueo de las cerraduras).
Coste del seguro
En nuestro comparador de seguros hemos calculado lo que costaría un seguro para un Swift Sport. El tomador sería una persona de 31 años, con 10 de carné que lleva 2 años como titular de un seguro de automóvil (y en ese tiempo no ha tenido siniestros). Con esos condicionantes, el precio más bajo que hemos conseguido para una póliza a todo riesgo lo ofrece Balumba, por 604 Euros. Esta póliza tiene una calidad de 4,48 puntos sobre 10. Si se desea una póliza de mayor calidad, una posible alternativa la ofrece Reale: por 821 Euros ofrece una póliza de 7,38 puntos. Más información sobre la puntuación de la calidad de cada póliza.