Por estabilidad y confort me parece plenamente satisfactorio para quien haga un uso normal del coche, y también para quien aprecie una cierta agilidad.
Una de sus mejores cualidades, apreciable por cualquier conductor en carretera o en ciudad, es un tacto muy bueno de la dirección. Hace igualmente fácil doblar una esquina en ciudad o trazar una curva en una carretera lenta; no es particularmente rápida, pero sí suave y precisa. Se echa de menos mayor asistencia en maniobras, similar a la que tienen otras direcciones con asistencia eléctrica.
El volante da 3,0 vueltas entre topes en un coche que no tiene un diámetro de giro pequeño (para su tamaño). Bien porque la distancia entre ejes del smart no es corta (2.500 mm) o bien porque las ruedas no doblan mucho, lo cierto es que resulta menos maniobrable de lo que hace pensar su tamaño. Dentro de lo malo, lo bueno es que el diámetro de giro entre paredes no es mucho mayor del que tiene entre bordillos, porque los voladizos son extremadamente cortos.
Creo que es un fallo en cualquier coche, y sobre todo en los que previsiblemente se van a usar más en ciudad, que sus esquinas no estén defendidas con algún tipo de plástico fácilmente intercambiable. Las aletas del forfour son de un plástico flexible que resisten mejor los roces sin romperse, pero se rayan igualmente.
Me parece un coche normalmente confortable de suspensión. Lo mejor que tiene en este sentido es que la amortiguación no trasmite como golpes los baches pequeños y que hacen moverse a la rueda rápidamente, frecuentes en muchas ciudades y algunas carreteras. Además, los movimientos de la carrocería en curvas o frenadas son muy limitados, lo que conviene igualmente a la estabilidad y a la comodidad.
Hay una opción llamada «Paquete deportivo» que consta de algunos elementos decorativos (que ya tiene la versión passion de serie), una suspensión más dura y ruedas 205/45 16”. No he probado el coche así, pero después de ver lo bien que va el coche de serie, me parece que esa opción no es recomendable para la mayoría de los usuarios, sólo para quien efectivamente quiera un coche «deportivo» y acepte los inconvenientes de algo así.
En recorridos por carreteras rápidas o por vías de circunvalación, el forfour tiene tacto de coche grande. A diferencia de otros modelos de este tamaño y aún mayores, conserva muy bien la trayectoria cuando hay impedimentos para ello, como viento, baches o cambios de carril más o menos bruscos.
Por su tacto de dirección, por lo poco que se mueve la carrocería y por un agarre bueno para lo que se puede esperar de un utilitario de este tipo, el forfour puede ser hasta divertido en una carretera de curvas. La unidad que hemos probado tenía neumáticos Continental ContiEcoContact en medida 175/14 T, que me han parecido buenos para tratarse de un neumático hecho para durar mucho y tener poca resistencia al avance.
El control de estabilidad funciona perfectamente dentro de lo posible. En caso de subviraje hace lo que puede, que normalmente no es mucho más que tratar de frenar al coche y —si es preciso— limitar la fuerza del motor. He tenido que forzarlo mucho para que actuase en sobreviraje, porque es muy raro que se dé esta circunstancia. A base de mover la carrocería como sólo haría un conductor en una situación extrema o en un error muy grave, he visto que el control de estabilidad efectivamente contiene muy bien esa posible desviación de la trayectoria.
Los frenos también están muy por encima de lo que requiere un uso normal en resistencia y tacto, e incluso aguantan frenadas intensas y frecuentes. La estabilidad en la frenada cuando el coche no está completamente recto, o cuando tiene una cierta guiñada, es mayor que la de otros utilitarios de este tamaño.