Tradicionalmente, el Fabia siempre ha destacado frente a la competencia por su practicidad, y el modelo de nueva generación no es una excepción. Sigue siendo un coche particularmente práctico y fácil de utilizar porque tiene un habitáculo amplio y luminoso, pero también porque puede tener una serie de detalles de equipamiento (algunos opcionales) que hacen más agradable el día a día tanto para el conductor como para los pasajeros.
Algunos de ellos son un respaldo del pasajero abatible, una bolsa bajo la bandeja del maletero, dos bolsillos para teléfonos móviles en las plazas posteriores, una toma USB en el espejo retrovisor (permite alimentar una cámara de salpicadero sin que el cable moleste), una pinza en el parabrisas, un rascador de hielo en la tapa del depósito de carburante o un paraguas alojado en la puerta del conductor (imagen).
También resulta llamativo el hecho de que, desde las versiones más básicas, los ocupantes de las plazas posteriores tengan a su disposición asideros en el techo, un punto de luz o salidas de aire entre los dos asientos delanteros, elementos que no son del todo frecuentes en modelos de este tamaño y, sobre todo, de este precio (el Fabia es un coche relativamente asequible).
El habitáculo es más amplio que el de la mayoría de sus alternativas. Según nuestras mediciones, el espacio para las rodillas de la fila trasera no ha crecido con respecto al modelo anterior, pero está entre los más grandes de los coches similares y es suficiente para que dos adultos de 1,85 metros de altura viajen uno detrás del otro sin agobios. Incluso cuando los asientos delanteros se colocan en su posición más baja, queda espacio para meter los pies por debajo de ellos. La anchura entre puertas también es buena, pero insuficiente para tres adultos, como es habitual en coches de este tamaño. Además, la plaza central de las tres traseras es incómoda, con el mullido muy duro y menos espacio libre hasta el techo porque va más alta (imagen).
El maletero tiene 380 litros de capacidad (50 más que antes), por lo que es mayor que cualquiera de los turismos de longitud similar (listado comparativo). Además de grande, tiene algunos elementos que facilitan su uso, como una bandeja del piso que se puede colocar a dos alturas y que, en la más elevada, deja una superficie de carga plana cuando se abaten los respaldos de los asientos traseros. En los laterales hay un par de cintas elásticas, ganchos y piezas separadoras para llevar objetos pequeños. Bajo el piso está el kit de reparación de neumáticos en caso de pinchazo (imagen), pero hay sitio para colocar una rueda de repuesto de tamaño convencional (es una opción).
El diseño del salpicadero no difiere mucho del que tenía el modelo anterior, aunque hay algunos elementos que están ordenados de manera distinta. Por ejemplo, las salidas de aire del sistema de climatización van situadas bajo la pantalla del sistema multimedia (antes era al revés) y los mandos del programador de velocidad ahora están integrados en el volante (antes estaban en un mando satélite por detrás del volante). Los del sistema de climatización, con buen criterio bajo nuestro punto de vista, siguen siendo físicos (imagen).
El sistema multimedia Bolero (el intermedio, con pantalla de 8 pulgadas), que es el que hemos tenido oportunidad de probar durante más tiempo, no tiene el sistema operativo más moderno que utiliza Škoda en otros modelos (por ejemplo, el del Octavia), pero sigue siendo muy competente por rapidez y facilidad de uso. Además, es compatible con Android Auto y CarPlay sin necesidad de utilizar cables. Y con la instrumentación mediante pantalla que tienen algunas versiones ocurre lo mismo: no es tan moderna y vistosa como la de modelos más recientes, pero es una referencia por visibilidad, claridad a la hora de mostrar los datos y posibilidades de personalización.
La unidad que probamos durante más tiempo tenía el nivel de equipamiento Ambition, uno de los más sencillos de toda la gama, y su habitáculo tenía un aspecto poco vistoso (imagen). Con esta configuración, todos los plásticos de recubrimiento son duros y los acabados, aunque correctos, tampoco nos parece que estén especialmente cuidados (ni lo contrario). En estos aspectos, tanto el SEAT Ibiza como el Volkswagen Polo, que son dos vehículos con los que el Fabia comparte estructura, motores y muchos otros componentes, están un paso por encima (especialmente el Polo). Con otros acabados más costosos, como por ejemplo el Style o Monte Carlo, se incluyen molduras decorativas más llamativas (se puede elegir entre varios colores) que le dan un aspecto más moderno al habitáculo, aunque los plásticos de recubrimiento son igualmente duros.