El motor 2.3 V5 de 170 CV da al SEAT Toledo las prestaciones que se pueden esperar de un coche con esta potencia. Nuestra unidad de pruebas no daba sensación de correr mucho y las mediciones que hemos hecho confirman esta impresión. Por poner un ejemplo, el SEAT Toledo 1.9 TDi 150 CV corre mucho más (y gasta menos, claro).
Es de los más potentes, pero no llega a acelerar tanto como otros vehículos que hemos medido con potencia en torno a 150 CV (Alfa Romeo 156 Sportwagon 2.0 T.S., Ford Mondeo 2.0 16V o Toyota Avensis 2.0 D4). El Toledo sí es más rápido en recuperación.
Es un coche muy estable, agradable de conducir, tiene una buena relación entre estabilidad y confort, un buen equipamiento y un maletero grande. Falla en los plásticos utilizados en el interior; en la habitabilidad en las plazas traseras; en la eficacia de los faros (de doble parábola pero con escasa iluminación en los laterales); y la boca de acceso al maletero (algo pequeña).
En cualidades dinámicas, no existen diferencias entre las dos versiones que se venden: Sport y Executive. Pagar más por el modelo «Executive» sólo será interesante si queremos tener elementos como tapicería mixta en cuero y Alcantara, asientos con reglaje eléctrico, retrovisor interior antideslumbramiento, reposabrazos entre los asientos delanteros y programador de velocidad.
Por lo demás, las dos versiones tienen un equipamiento bueno con en relación a su precio. El control de tracción es de serie, pero el de estabilidad es opcional, aunque es unos de los pocos modelos de su categoría que en la actualidad lo puede llevar. Respecto a coches de tamaño, precio y potencia similar, sólo el Hyundai Sonata 2.5 V6 (160 CV) y el Kia Magentis 2.5 V6 (169 CV) son más baratos que el SEAT Toledo V5.