El 75 Tourer 2.0 CDT ofrece una buena relación entre estabilidad y confort. Las suspensiones fueron desarrolladas conjuntamente entre Rover y BMW, antes de que la marca alemana se deshiciera de Rover; el resultado es bueno. En conducción exigente, es ligeramente subvirador al abordar una curva cerrada. Si se suelta el acelerador en medio de un fuerte apoyo, podemos apreciar un movimiento de carrocería que acaba con una leve deriva las ruedas traseras. Dicho movimiento se nota algo más que en el Rover 75 2.0 CDT berlina, aunque sus reacciones difieren poco. En conducción normal, creo que es difícil apreciar diferencias entre el modelo Tourer y la berlina.
Tanto en conducción tranquila como en un uso exigente, las reacciones son muy progresivas. La carrocería balancea de forma moderada y el coche se mantiene dentro de la trayectoria. Puede dar confianza incluso a elevada velocidad por carretera rápida o autopista. Nuestra unidad de pruebas tenía suspensión trasera autonivelante (opción de 516,89 €), que parece dar un buen resultado. He tenido ocasión de probarlo con cuatro personas y su equipaje, y el coche transmitía prácticamente el mismo equilibrio en estabilidad y confort como cuando va sin carga. La suspensión trasera autonivelante se encarga de mantener la carrocería a la misma altura con carga y sin ella.
El confort es otro de los aspectos que destacan especialmente en este modelo. La amortiguación absorbe muy bien las irregularidades del piso y la insonorización del Tourer es correcta. Sólo son mejorables los ruidos aerodinámicos que se producen en algunas juntas de las puertas.
Nuestra unidad de pruebas tenía control de tracción (opción de 384,65 €), pero me ha parecido un elemento poco útil sobre asfalto seco (no lo he probado sobre suelo deslizante). La potencia del motor apenas pone en aprietos la motricidad y tampoco ayuda a contener el subviraje normalmente. Sí se puede echar en falta un control de estabilidad, elemento que no se ofrece ni siquiera en opción y que muchos modelos de su categoría ya ofrecen de serie.
Su caja de cambios es Getrag, de cinco marchas, y tiene un accionamiento suave y suficientemente rápido, aunque pierde algo de precisión en un uso demasiado exigente (no es un coche deportivo). Los desarrollos de transmisión son un poco largos (45,3 km/h en 5ª a 1.000 rpm) con relación a la potencia del motor.
Los frenos destacan en el Tourer 2.0 CDT por su potencia y buen tacto. La frenada se dosifica con facilidad y el funcionamiento de su ABS (Bosch) con repartidor electrónico de frenada es impecable: actúa en el momento apropiado y con eficacia. En las mediciones de frenada con el Correvit, las distancias han sido cortas (54 m a 120 km/h) y los valores han salido casi idénticos en las distintas pruebas (nuestra unidad tenía unos neumáticos opcionales 215/55 WR 16 93).
En carreteras bacheadas, el ABS no entra en funcionamiento antes de tiempo y permite dosificar la frenada con precisión (ayudado también por la excelente capacidad de absorción de la amortiguación). El equipo de frenos aguanta correctamente el trato duro al que puede ser sometido en condiciones de carga máxima, aunque se llega a apreciar el sobrecalentamiento en una conducción muy exigente (la llanta opcional de 16" de diámetro ayuda también a disipar mejor el calor; con la llanta original de 15" es probable que el fading aparezca antes).