La capota tiene accionamiento eléctrico completamente automático, no hay que desengancharla manualmente del parabrisas.
Para accionarla hay que pulsar un botón situado en la consola central, por detrás de la palanca de cambio (en el anterior Carrera Cabrio el interruptor estaba situado en el salpicadero). La maniobra completa de apertura o cierre requiere 20 segundos y es posible hacerlo por debajo de 50 km/h. Cronometré el tiempo de apertura y cierre con el coche parado, incluido el movimiento de las ventanillas laterales, y me dio ligeramente menos de 20 segundos. La posibilidad de poner o quitar el techo en marcha, hasta 50 km/h, resulta útil en ciudad. También se puede capotar y descapotar con el mando a distancia.
Al igual que en la versión anterior, la parte delantera de la capota, la zona situada sobre la cabeza de los pasajeros, es rígida; sobre un bastidor de magnesio se sitúa una lámina de plástico duro. Esta parte rígida es la que hace de tapa de la capota una vez plegada. Por tanto, siempre queda a la vista. El conjunto es una integración entre capota y techo rígido, que a mi juicio da un resultado excelente por ajuste, aislamiento acústico y aspecto, tanto con la capota abierta como cerrada. Nunca queda ningún pliegue a la vista y no es necesario poner funda o tapa alguna para tapar la capota plegada.
Hay otros coches en los que la capota queda perfectamente escondida y que no requiere poner fundas, por ejemplo en el BMW Serie 6 Cabrio. Es una solución que permite ahorrar espacio, factor importante en el 911, porque no tiene maletero en la parte posterior. El lugar en el que va alojada la capota plegada es difícil de aprovechar cuando la capota cubre el coche. Es un espacio grande, situado por detrás de los asientos posteriores, de muy difícil acceso.
Este sistema mixto entre capota blanda y dura, también permite reducir peso. Según los responsables de Porsche, el techo completo y el sistema hidráulico pesan 42 kilogramos «menos de la mitad que un techo variable comparable». En Porsche dan mucha importancia a que el peso del techo sea reducido, porque «cuanto menores son las masas de las estructuras superiores de un vehículo, tanto más cerca del suelo se encuentra el centro de gravedad del mismo», lo que beneficia a la estabilidad.
Por este motivo, el trabajo principal con relación a la capota del anterior Porsche 911 Cabriolet se ha centrado en reducir peso. Un 26 por ciento de los materiales de la estructura del techo son de aluminio y un 20 por ciento de magnesio. El varillaje es de acero forjado.