He probado la versión Diesel de 150 CV, con el equipamiento «Sport Pack» que conlleva unos neumáticos de medidas 234/45 R18. Esta versión, que además tiene una suspensión algo más firme, calca los baches y otras irregularidades del asfalto y las trasmite, en ocasiones de forma brusca, a los pasajeros.
La suspensión trasera de esta versión (y de la de gasolina de 156 CV) tiene un sistema hidráulico para limitar el balanceo. Yo no he conducido un 3008 sin él, por lo que no puedo decir si la mejora es muy evidente. Sí es cierto que el 3008 2.0 HDi 150 FAP cambia de trayectoria con rapidez y sin movimientos laterales amplios de la carrocería. El cabeceo es apreciable tanto al frenar como cuando se acelera con intensidad.
En la presentación condujimos el 3008 1.6 HDi con neumáticos Michelin Green X (225/50 R17), sin «Dynamic Rolling Control». En este caso, la carrocería balancea más y la suspensión resulta más confortable para los ocupantes.
El 3008 entra bien en curvas muy lentas pero, si se va rápido, pronto aparece el subviraje. Esto ocurre también en curvas más rápidas y hace que el control de estabilidad tenga que entrar en funcionamiento a menudo para intervenir sobre la trayectoria. Aunque no es un coche ágil, si liberamos la presión sobre el acelerador cuando está muy apoyado ayuda ligeramente a redondear la curva.
La dirección tiene una asistencia que es, para mi gusto, excesiva en carretera y que, como consecuencia, hace necesario corregir la trayectoria con cierta frecuencia al circular en línea recta. En ciudad, que ofrezca poca resistencia, facilita las maniobras. Al conducir el 3008 por una carretera bacheada, el volante transmite vibraciones y da golpes secos (esto es algo que ocurre en otros modelos, especialmente en los Fiat) pero que no repercuten en la trayectoria.
El motor Diesel de 150 CV tiene un funcionamiento bueno y se oye poco desde el habitáculo. En ciudad no complica las salidas desde parado como otros motores turbodiésel. A pesar de esto, no sale de un ceda el paso en segunda marcha a poca velocidad con la misma facilidad que un Renault Grand Scénic 2.0 dCi. Las prestaciones que hemos medido son normales para su potencia. Es más rápido que un Toyota Verso 2.0 D-4D 150 CV (con cambio automático) e igual que un SEAT Altea 2.0 TDI 140 CV. Si lo comparamos con un turismo, un Citroën C4 de 136 CV acelera igual.
En el recorrido que hago habitualmente por carretera de más de dos carriles por sentido ha gastado 6,4 l/100 km (hay un desnivel entre los extremos de 610 m) a una media de 134 km/h y 8,1 l/100 km en el trayecto inverso a 133 km/h. Es una diferencia de consumo entre los dos trayectos más grande de lo habitual, posiblemente por el viento que hacía tanto a la ida como a la vuelta.
En ciudad, haciendo un uso mixto por el casco urbano y vías periféricas (70 y 30 % respectivamente), el ordenador indicaba 7,8 l/100 km. Aquí se pueden ver los errores del velocímetro, del ordenador de consumo y del cuentakilómetros. El gasto mayor que hemos obtenido ha sido 15,8 l/100 km que corresponde a un recorrido de ida y vuelta por una carretera de montaña (en total 14 km, con 200 m de desnivel) realizando una conducción rápida.
El freno de estacionamiento es eléctrico y se activa automáticamente al sacar la llave del contacto. Lo contrario ocurre al iniciar la marcha, el freno se libera por sí solo. La iluminación que proporcionan los faros de xenón es satisfactoria.
1.6 THP y 1.6 HDi
Hemos conducido de forma breve el 3008 con el motor Diesel de 109 CV y con el de gasolina de 150 CV.
Con el motor turboalimentado de 150 CV, da un resultado excelente, tanto por su agrado de utilización como por sus prestaciones. El 3008 con este motor es muy suave y tiene mucha fuerza desde un régimen muy bajo hasta por encima de 6.000 rpm. Además, responde muy bien al acelerador incluso en marchas largas, lo que permite recuperar velocidad con rapidez.
Con el 3008 en combinación con el motor HDi de 109 CV hay que tener la precaución de no dejar caer el motor a un régimen muy bajo; no hay que engranar marchas largas a muy baja velocidad porque hasta unas 1.700 rpm tiene muy poca fuerza. A partir de ahí da una aceleración correcta, si bien nunca es grande porque el 3008 es un coche pesado.
Ambas versiones resultan muy silenciosas, tanto por ruido mecánico como por el del viento, aunque se lleve el motor a un régimen alto o se conduzca a una velocidad elevada. Bien es cierto, que las versiones de los 3008 que hemos conducido llevaban parabrisas y cristales laterales con laminado doble, lo que mejora el aislamiento notablemente.