El salpicadero del Outlander no tiene un diseño tan moderno y ornamentado como —por ejemplo— un CR-V o un X-Trail. Sin embargo, la impresión que me dio nada más montar fue notablemente mejor de lo que parece a la vista de las fotografías.
Como otros coches Mitsubishi, no tiene plásticos acolchados o el tacto de goma en algunos mandos que tienen los coches más refinados. Sin embargo los plásticos están bien unidos entre sí y con ausencia de bordes cortantes o puntas afiladas (o no fui capaz de encontrarlos). En general me parece mejor por dentro que —por ejemplo— un Space Star.
Los asientos dan un apoyo muy bueno a toda la huella que deja el cuerpo y la sujeción lateral es correcta. La distancia entre pedales, asiento y volante me ha parecido buena, a pesar que el volante no tiene regulación longitudinal. La regulación en altura del asiento sólo cambia la posición de la banqueta. El espacio en las plazas traseras es suficiente para que dos personas viajen holgadamente, con espacio suficiente en todas las direcciones. Sin embargo, un Honda CR-V es más espacioso en todas las dimensiones.
Los pasajeros pueden meter completamente los pies por debajo de los asientos delanteros, algo muy importante para viajar cómodo. Todos los cinturones de seguridad son de tres puntos de anclaje.
La banqueta y el respaldo de las plazas posteriores se pueden abatir y queda una superficie de carga enrasada con el maletero. En estas circunstancias el maletero tiene 1.049 litros de volumen, pero sólo 402 usando todas las plazas. Un X-Trail tiene 350 litros. En estos dos la rueda de repuesto está en el maletero (un CR-V la tiene en la puerta trasera; su volumen de maletero es 527 litros).