Es posible hacerse con un Colt de 95 CV con aire acondicionado por menos de 13.000 €; este precio es unos 1.000 € inferior al de cualquier otro monovolumen de su tamaño y potencia (también con aire acondicionado).
De hecho, el precio del Colt es más semejante al de coches con carrocería de turismo que de monovolumen. Por ejemplo, cuesta más o menos lo mismo las versiones de cinco puertas del Fiat Punto 1.4, el Opel Corsa 1.4, el Peugeot 206 90 o el SEAT Ibiza 1.4.
No por ser barato tiene aspecto de calidad malo ni un equipamiento escaso; está como mínimo al nivel de su competencia en los dos aspectos.
Es un coche recomendable para quien acostumbre a usar las plazas traseras y valore la comodidad de los que las ocupa. El espacio disponible (cuando se retrasa el asiento) y las características del asiento lo hacen muy apto para niños y para adultos que no sean altos (hay mucho espacio, pero no un buen reposacabezas para los que sí son altos).
El maletero no es grande, pero tiene varias posibilidades para ampliarlo si se puede restringir o eliminar el espacio para los pasajeros.
El motor de 1,3 l de cilindrada y 95 CV le da una aceleración buen siempre y cuando se use el cambio de marchas para llevar el motor alto de vueltas. De lo contrario, se siente menos aceleración que en otros coches de potencia semejante. El consumo es algo alto, incluso comparado con el de algunos otros monovolúmenes parecidos.
Es un coche fácil de conducir hasta cierto punto; me parece un fallo que sólo la versión más costosa («Inform») pueda tener control de estabilidad y, además, lo tenga dentro de un paquete de opciones que cuesta 1.520 €. En ciudad es maniobrable por su tamaño, por la visibilidad que hay desde puesto de conducción (salvo hacia atrás) y porque gira en poco espacio.