La presentación interior de los MG ZR tiene detalles específicos que remarcan su condición deportiva. El volante forrado en cuero tiene el anagrama MG en la parte central, los relojes de la instrumentación son de color plateado, tiene inserciones decorativas en el salpicadero que imitan el aluminio y los asientos bacquet están tapizados parcialmente en piel de suave tacto. Además, el ZR 160 tiene motivos decorativos de piel y costuras de los asientos en el mismo color de la carrocería (opcional en el resto de los MG ZR). El ajuste de todos los elementos parece correcto, pero algunos plásticos utilizados en la parte baja de las puertas y el salpicadero son mejorables en su tacto duro y remate.
Los MG ZR llegan a España con dos niveles de equipamiento: el ZR+ del ZR 105 y ZR TD lleva de serie elevalunas eléctricos delante, cierre centralizado con mando a distancia, retrovisores eléctricos, asiento del conductor con reglaje de la altura y apoyo lumbar, volante y pomo del cambio en piel, faros antiniebla, aire acondicionado, doble airbag frontal, ABS y llantas de aleación ligera de 16". El ZR 160 se distingue por las llantas de aleación de 17", alarma volumétrica y la tapicería parcial en piel con el color de la carrocería. No existe control de tracción o estabilidad para ninguno de estos modelos.
La habitabilidad no destaca especialmente. En la parte trasera, el espacio para las piernas es un poco justo para personas altas, al igual que la altura hasta el techo. Para adultos de talla media, el espacio disponible es correcto. El maletero es pequeño (300 litros) y poco aprovechable a causa de las columnas de suspensión situadas en los laterales. Bajo el piso hay espacio para la rueda de repuesto, pero en su lugar se encuentra un kit antipinchazos que suele sacar del apuro pero no siempre es útil y nos puede llegar a dejar tirados. Habiendo espacio como hay, sigue siendo más recomendable una rueda de repuesto, sobre todo, teniendo en cuenta que con el kit antipinchazos tampoco se ha ganado volumen de maletero.